Alberto Fernández recibía anoche a los diputados del Frente de Todos para planear la estrategia de este martes, cuando defenderán la postura oficial sobre el impuesto a los bienes personales.
También esperaban detalles sobre la agenda de sesiones extraordinarias para enero y febrero, cuando todavía no hay sesiones convocadas. Sólo puede citarlas el presidente y con temario definido.
Hasta la medianoche no se conocían fotos y las fuentes consultadas aseguraban que la reunión continuaba y esperaban este martes tener indicios de las urgencias presidenciales.
Le interesaba el paquete de leyes impulsado por Martín Guzmán para incentivar el ingreso de divisas, como la ley de cannabis medicinal a escala industrial (aprobada en el Senado), la de industria automotriz (cajoneada en Diputados) o la de electro movilidad, que nunca envió.
También la de hidrocarburos, que inició su debate en la cámara alta pero los gobernadores la rechazaron y el secretario de Energía Darío Martínez intenta remendar.
Los diputados citados a Olivos esperaban nuevas propuestas de Alberto para sesionar en el verano, aunque descartan que los recintos no se abrirán hasta febrero. La última semana de enero, en el mejor de los casos.
La otra incógnita, tal vez la más importante, es qué pasará con el presupuesto 2022, rechazado por la oposición. No se puede tratar otro hasta marzo y tampoco llegaría esa fecha el plan plurianual prometido al FMI.