El mismo se enfoca en reducir la mayor cantidad de objetos a bordo, por lo que se suspenden los servicios de comidas y bebidas para vuelos de cabotaje, la revista a bordo, mantas y almohadas.
En tanto, para los vuelos internacionales se ofrecerá un menú de contingencia en bolsas individuales, compuesto por productos frescos e industrializados que al finalizar el vuelo, deberán descartarse en la misma bolsa.
Las indicaciones también requieren una presentación en el aeropuerto con mayor antelación para poder pasar los controles y abordar al avión con el suficiente distanciamiento, que lógicamente, demandará más tiempo.
A su vez, no estará permitido el acceso de acompañantes, se controlará la temperatura de todos los pasajeros y se exigirá el uso de barbijo o tapaboca en todo momento.
A pesar de no estar incluido en este protocolo, fuentes allegadas a la compañía reconocieron a LPO que están estudiando bloquear las línea de asientos del medio -en aquellos Being 737-800 que cuentan con dos filas de 3 asientos cada una- para garantizar un mayor distanciamiento.
Por otro lado, en la aerolínea de bandera confían en su sistema de aire acondicionado que posee filtros especiales de alta eficiencia para eliminar el 99,9% de bacterias y microbios que circulan.
“En los 80 vuelos de repatriación, trajimos de zonas de riesgo a más de 22 mil personas y solamente tuvimos tres contagios en la tripulación, lo que nos marca la poca circulación del virus en el avión gracias a los filtros del aire acondicionado”, aseguraron a este medio.
Finalmente, antes y después de cada vuelo, se realizará un minucioso procedimiento de limpieza y desinfección, con especial hincapié en las zonas de alto contacto como asientos, apoyabrazos, mesas rebatibles, cinturones de seguridad, pantallas y controles.
