
El rol de Massa
En las conversaciones de esta semana jugó fuerte Sergio Massa. Tuvo contactos con un sector de la UCR y del PRO. Los primeros, reflotan exigencias históricas sobre cargos en la corte que ahora Kicillof no quiere negociar. Pero no es una postura para amalgame a todo el partido. En PRO, la ausencia de Christian Ritondo demoró una charla que podría esta semana acercar a un legislador que le responde al acuerdo. Kicillof se había visto el finde semana pasado con Massa, pero primó cierto aire de desconfianza.
En el entorno de Kicillof creen que Massa necesita refrendar su rol de dirigente clave que a cada sector de la política le puede resolver una demanda. Y que para eso necesita el acuerdo. Ponen como ejemplo la foto que difundió Alexis Guerrera en la que aparece junto al camporista Facundo Tignanelli recibiendo una orden de Massa hacer un nuevo intento de destrabar el conflicto. La construcción del salvador, sería. Un detalle, o no tanto: la escena relega a un segundo plano a Máximo Kirchner, tal vez porque eso aceite las conversaciones.
Pese a las suspicacias internas, en una reunión este sábado del equipo de negociadores del gobierno, integrado por los legisladores electos Gabriel Katopodis y Mariano Cascallares (todavía uno es ministro y el otro intendente), la vice Verónica Magario y la secretaria general Agustina Vila, se trazó un diagnóstico optimista. Creen que finalmente puede haber un acuerdo el miércoles, impulsado sobre todo por la necesidad de financiamiento de los intendentes, cuyos fondos suplementarios están atados a la deuda que tome la Provincia. El jueves por la noche, miembros de este equipo hablaron con líderes opositores para intentar cerrar un acuerdo que creían factible para el jueves (y de paso chequearon lo que había hablado previamente Massa). De varios opositores recibieron la siguienbte respuesta: «mañana es muy difícil, no dan los tiempos. Pero la semana que viene podría ser».
Como fuere, las negociaciones finales serán arduas, de todos modos, porque los dos puntos nodales hacen al corazón de la gobernabilidad de la Provincia. 1) La propuesta camporista de que la lleve del reparto de la porción del endeudamiento que va a las comunas esté en manos de una bicameral es rechazada de plano por Kicillof. Cree que los intendentes propios se sentirían desprotegidos ante la influencia que tienen los aliados de Cristina en la Legislatura. A la oposición es difícil que la seduzca establecer un criterio objetivo -una fórmula, como el CUD o similar- es para ellos más seguro. 2) La ampliación del directorio de Banco Provincia -una idea de Massa- es un movimiento que exige precisión quirúrgica: Kicillof debe ceder, pero conservando la capacidad de impedir biocots en un área clave para el desenvolvimiento económico del gobierno.
Pero la opción de no acordar también es dura. Kicillof ya avisó que sin el financiamiento y en un contexto de recorte de giros nacionales, el ajuste que deberá hacer podría impactar en la gobernabilidad de la provincia, algo que no le conviene a nadie. “Los aumentos serán difíciles, estaríamos reducidos a pagar los sueldos, asegurar la contención salarial, la provisión de medicamentos y de elementos para la seguridad. Y poco más. Las ayudas extra coparticipación a municipios, varios de los cuales hoy no saben si podrán pagar aguinaldos, desaparecerían.




