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Cómo en los ´90 y también con el gas: Quitan subsidios a la energía eléctrica

El Gobierno nacional dio un paso clave para cambiar el funcionamiento del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y avanzar hacia la desregulación que permita volver al esquema de los años 90, en el que los precios se fijaban sin la intervención del Estado. De ahora en más, será el mercado el que tome las decisiones de compra y venta de energía.

Lo hizo a través de la Resolución 400/2025 de la Secretaría de Energía, publicada este martes en el Boletín Oficial, y cuyo objetivo es restablecer la competencia, y que el Estado recupere el rol de regulador sin interferir en la operatoria. La resolución aprueba las “Reglas para la Normalización del MEM y su Adaptación Progresiva” y se aplicará a partir del 1° de noviembre.

El texto, que busca incentivar los contratos bilaterales, reconoce que la intervención prolongada -a través de precios congelados, subsidios generalizados y contratos administrados- distorsionó las señales económicas, frenó inversiones y generó dependencia del gasto público.

«De esta manera, se promueve la competencia, se impulsa la instalación de nueva capacidad de generación y se facilita la planificación de inversiones de largo plazo», dijeron en la Secretaría. Es decir, se reemplaza el modelo centralizado y administrado por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) por uno basado en la contratación directa y en señales reales de precios, con la competitividad de todas las fuentes y el Mercado a Término (MAT) como protagonistas de la transición.

Si bien en otra parte del mundo esto es más común, en la Argentina el sistema que se busca implementar ya se dio en la década de los 90, pero colapsó con el fin de la Convertibilidad y el comienzo de los subsidios masivos.

Según cálculos privados, más del 60% del costo total de la energía eléctrica está hoy subsidiado. La normalización, por lo tanto, implicará que esa diferencia empiece a trasladarse de manera gradual a las tarifas finales.

Los cambios en el sistema eléctrico

De ahora en más, cada distribuidor (podría ser una de las cooperativas eléctricas del interior) deberá buscar su energía en acuerdos a largo plazo con generadores o comercializadores, en lugar de depender exclusivamente del despacho centralizado. El objetivo es que el mercado sea el que tome las decisiones de compra y venta de energía, reforzando la competencia y reduciendo la exposición a subsidios y precios regulados.

En este nuevo contexto, Cammesa tendrá un rol de coordinador activo, no sólo como operador técnico, sino también como administrador del registro de contratos. Deberá publicar precios de referenciasupervisar las operaciones, y liquidar diferencias entre la energía contratada y la efectivamente consumida por cada agente.

Este esquema, según estiman desde el Gobierno, convierte al MAT en un mercado transparente, trazable y con información pública, donde los precios y volúmenes reflejan las condiciones reales de oferta y demanda. Asimismo, se incorporan mecanismos de ajuste horario que permiten compatibilizar las variaciones entre lo pactado y lo despachado en el Mercado Spot, garantizando equilibrio y previsibilidad.

Una innovación clave es la segmentación de productos, que habilita contratos independientes de energía (MWh) y potencia (MW disponibles), o acuerdos mixtos que combinen ambas variables. Los grandes usuarios podrán asegurar precios fijos para su consumo energético, mientras los distribuidores podrán contratar capacidad firme para atender picos de demanda; sumado a que las reglas permiten que los distribuidores conformen agrupaciones o “pools” de compra.

La medida también avanza en la descentralización del manejo de combustibles y Cammesa dejará de concentrar su compra, aunque mantendrá sus funciones de despacho y administración del mercado, así como su rol de proveedor de última instancia, en línea con su diseño original. Al tiempo que se establece mecanismos de respaldo durante la transición de régimen.

«Durante las últimas dos décadas, la fijación administrativa de precios y los subsidios indiscriminados distorsionaron las señales económicas, desincentivaron la inversión y generaron dependencia del gasto público. La normalización del MEM revierte ese proceso, restableciendo el principio de marginalismo como base del funcionamiento del sistema», indicaron desde la Secretaría de Energía.

El nuevo marco reafirma el respeto a los contratos vigentes del Plan Gas hasta su finalización en 2028. (DIB)

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