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El caso del STM pasó de activa militancia a ser ciego, sordo y mudo: Está bajo sospecha

 

El Sindicato Trabajadores Municipales de Gral. Pueyrredon (STM) vive en la actualidad aciagos momentos de representatividad a raíz de haber provocado con sus acciones, o cómo habitualmente se dice, mostrado la hilacha en desmedro de los intereses de los agentes municipales.

Ya, ahora, no resulta ser una cuestión vital que el salario le empate o le gane a la inflación porque desde el año 2020 donde comenzaron el indisimulable romance con el Departamento Ejecutivo, y pudieron llegar a la gloria de “cobrar sin prácticamente trabajar” por efectos de la pandemia de COVID19 y aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO).

O sea mejor dicho el fatídico encierro, al que el gobierno nacional de entonces condenó a la población, la remuneración de los empleados municipales de General Pueyrredon, fue perdiendo puntos frente a los índices inflacionarios que se incrementaban de manera impetuosa y sobre todo desde los meses agosto de 2022 hasta enero de 2024.

Sin embargo, en esa época complicada de la economía nacional es un secreto a voces que el STM y el Departamento Ejecutivo de la MGP disfrutaban de las mieles que le provocaba permitir el ingreso sin concursos para la planta de personal y el ascenso de “allegados” al gremio en el escalafón municipal.

Todo esto fue motivo de desafiliaciones masiva de los municipales al STM, porque observan al gremio en un evidente stand by, cuando de defender los derechos se trata.

Ya no incitan a convocar a un paro ni mucho menos tomar el palacio, cuando hay atraso en el pago de haberes mensuales o del aguinaldo. Nadie se queja de las Dependencias sin calefacción, ni de la falta de insumos y mucho menos de que no se compren repuestos para poder reparar maquinarias que se requieren para brindar los servicios en la ciudad.

Se advierte que las únicas preocupaciones del STM son el torneo de fútbol y el campeonato de truco. Ya no recorren las Dependencias para hacer paro por una lámpara quemada, como se llegó al extremo en el anterior gobierno del Dr. Carlos Arroyo o al paro antes del vencimiento del plazo para el pago de haberes por si las dudas no estaban los sueldos en el cajero el día pre fijado.

Entonces, desde el gremio que ahora conduce Daniel Zacarías, quien sucedió a un histórico del gremio,  el fallecido Antonio Gilardi, camuoflaron una campaña de afiliación escondida detrás de las supuestas acciones legales para recuperar el 3% de antigüedad.

Pero, lo cierto es que hasta el momento no hay una sola causa iniciada en el Juzgado Contencioso Administrativo de Mar del Plata. Y hasta donde pudo saber mdphoy.com los únicos agentes municipales que han accionado judicialmente por ese reclamo salarial, fueron quienes decidieron contratar un abogado particular y no someterse a la imposición del sindicato.

En este contexto de real penuria de las arcas municipales, no reaccionan para tomar medidas de acción directa en defensa de los “compañeros municipales”, ni el ruidoso “cuerpo de delegados” hace campaña para que los empleados tengan la actitud combativa frente al gobierno.

Tampoco logran el apoyo que, antes, recibían del funcional diario La Capital, con estrepitosas operaciones que trataban de generar e instalar el caos desestabilizador, mientras la administración municipal se dirigía a ordenar las cuentas y poner en condiciones muchas dependencias y servicios municipales, que a fines de 2019 fueron recibidas por el actual intendente.

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