
Para el intendente Guillermo Montenegro el hombre que falleció ayer en el garaje de la vivienda de 14 de Julio y Rivadavia que le prestaban para dormir, no era “una persona en situación de calle”, sino “un delincuente”, y que “no murió por hipotermia”, sino por “una arritmia cardíaca”. Y agregó para desligarse de sus responsabilidades políticas subiendo el tono de la disputa pública justamente en un momento en el cual se ha identificado con LLA para sumarse a sus listas, junto a su elenco de mayor relevancia política: » “Pobres ratas, ¿cómo caminarán hoy por la calle después de todo lo que acusaron? Pero como no paran de mentir, acá están los hechos”, publicó Montenegro. Y afirmó: “El fallecido no era una ‘persona en situación de calle’, como repitieron durante horas. Se trataba de un delincuente con antecedentes (ex convicto), alcohólico, denunciado múltiples veces por vecinos”.
Contó que “en las últimas seis semanas” la Patrulla Municipal había recibido “nueve denuncias por este trapito”, y relató algunos de los pedidos: “Por favor, vengan a sacarlo”; “orinó en el ingreso, ¿esto es justo?”; “cae borracho, orina y defeca en la vía pública”; “está agresivo, tirado en la calle”.
También informó que ingresaron reclamos por el 911: “Masculino cuidacoche alcoholizado, tirado en la calle inconsciente”; “informa que está agresivo”; “(…) sobre un auto, las piernas hacia el asfalto, está como dormido”.
Aunque desde el Secretariado de Pastoral Social de la Diócesis de Mar del Plata y la Mesa de Diálogo por la Dignidad de las Periferias expresamos «nuestro profundo dolor e indignación por la muerte de un hombre en situación de calle, en el contexto de frío extremo, abandono y violencia estructural».
«Una vez más, la desidia y la indiferencia se cobran una vida que podría haberse cuidado. Vivir en la calle no es una elección, es el resultado de múltiples exclusiones: falta de trabajo, salud mental desatendida, vínculos rotos y ausencia de políticas públicas integrales».
«El Estado debe asumir su responsabilidad indelegable. Exigimos el cese inmediato de todo tipo de violencia hacia las personas en situación de calle, ya sea institucional, social o simbólica. Ninguna persona merece ser descartada».
Reclamamos con urgencia un sistema de atención que contemple:
*Respuestas rápidas y coordinadas ante las olas de frío.
*Dispositivos dignos y permanentes para personas sin techo.
*Políticas de salud mental comunitaria que abracen sin criminalizar.
*Presencia activa en los territorios donde la vida está en juego.
Cuidar a los más vulnerables no es caridad: es justicia.
Secretariado de la Pastoral Social.
Mesa de Dialogo por la Dignidad de las Periferias.
Pbro Hernán David
Vicario General




