A seis días del balotaje, los encargados de ensamblar los engranajes del aparato político de la Provincia de Buenos Aires aparentan estar relajados. Una distensión esperable ya que ningún jefe comunal de los 135 municipios bonaerenses pone su poder en juego. Tampoco los dirigentes opositores comunales.
Sergio Massa asegura confiar en la lealtad de los jefes peronistas para desplegar el mismo esquema que ejecutaron en las Generales y que fue clave para la remontada de su candidatura tras el sapo de las Primarias, aunque mantiene la presión sobre ellos.
Los jefes de la Primera y Tercera Sección del Conurbano explican más del 50% (1.000.000 de votos) de la diferencia que Massa le sacó a Milei. Es todo un desafío que esa maquinaria electoral repita el rendimiento.
Esa supuesta tranquilidad del candidato de Unión por la Patria no estaría impactando de la misma manera entre los integrantes de La Libertad Avanza, donde perciben que muchos de los 36 intendentes radicales del interior de Buenos Aires no estarían muy dispuestos a sumarse a la fiscalización que Mauricio Macri le prometió a Javier Milei.
En territorio bonaerense se necesitan unos 43.000 fiscales para que evitar que los astutos intendentes peronistas no se tienten a meter el perro. Serían demasiados, incluso para el PRO.
Lo cierto es que en los municipios bonaerenses no abundan militantes dispuestos a hacer ese último esfuerzo para el balotaje. En esa incertidumbre, Massa corre con la ventaja de los caciques del Conurbano que juran tener siempre el aparato aceitado para salir a la cancha. Además, por lo menos públicamente, todos salieron a alinearse a las expectativas electorales de ministro de Economía.
Por el contrario, es extraño encontrar apoyos nítidos y concretos a la propuesta de Javier Milei. “Los radicales probablemente no muevan un pelo para favorecer al libertario”, señalan desde LLA. Y algo de razón tienen: aseguran que serán “neutrales” pero se preocupan en aclarar que Milei “es peligroso”. Además, indican que participarán de la elección y su voto será positivo, es decir, no en blanco. Extraordinaria voltereta para no reconocer que votarán a Massa.
Varios seguidores del economista, entre los que se encontraría su propia hermana Karina, desconfían de que efectivamente exista tal aparato del PRO para garantizar la protección de la boleta libertaria en Buenos Aires.
“Es cierto que hay integrantes de nuestro espacio político que les cuesta entender el apoyo, no el acuerdo, que Mauricio Macri hizo por a la candidatura de Javier”, señala Guillermo Francos, ex director del BID, convocado por Gustavo Beliz para colaborar con el gobierno de Alberto Fernández y probable Ministro del Interior en un eventual gobierno libertario.
Cumbre de fin de semana
Como adelantó Clarín, algo de todo esto se intentó superar el sábado a la noche en el Hotel Libertador. Hasta altas horas de esa noche, un numeroso grupo de representantes de LLA y el PRO aseguran haber acordado el titánico trabajo de mapear los 135 municipios de Buenos Aires y el resto del país. El objetivo: que en cada una de las 108 mil mesas haya al menos un fiscal, más otro general en cada escuela.
El encuentro se dio tras los cimbronazos de la semana pasada, cuando un puñado de libertarios encabezados por Carlos “Chino” Kikuchi desafió la autoridad del propio Milei al cuestionar el acercamiento a Macri.
Tal insubordinación le costó a Kikuchi el cargo de principal armador de LLA. Venía con carga previa: lo apuntan por haber congeniado el acuerdo con Sergio Massa para que dirigentes del Frente Renovador encabecen listas libertarias en varios municipios del GBA.
El poder que antes detentaba Kikuchi hoy lo tiene Guillermo Ferraro, un hábil ejecutivo que fue Director de KPMG Argentina, empresa que provee servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría. Los interlocutores de Macri con LLA son Diego Santilli y Cristian Ritondo. Y a nivel nacional, está Eduardo Bastitta, el empresario creador de Sillicon Valley uruguayo.
Milei enfrenta dos desafíos de difícil solución. Por un lado, cómo logra garantizar la fiscalización y protección de su boleta en Buenos Aires, sobre todo en el Conurbano. Su candidatura no consigue cosechar casi ningún apoyo de los jefes territoriales que deberían convocar a esos mismos fiscales que necesita.
Por el otro, el desgaste interno en LLA, con la amenaza de éxodo de al menos una docena de legisladores bonaerenses electos que responderían a Massa. Detrás de ellos habría un importante número de concejales que también ganaron sus bancas con LLA y tienen la misma terminal política en el líder del Frente Renovador.
Desde el PRO aseguran que aportarán unos 30.000 fiscales de los 43 mil que requiere para vigilar la elección en la Provincia. “El resto lo tienen que poner ellos. Les aconsejaría que dejen de quejarse y se pongan a laburar”, le dice a Clarín uno de los armadores que suele hablar en nombre de Macri.
“Con el macrismo terminamos acordando casi en todos los lugares. No vamos a tener problemas en las comunas bonarense. Tampoco en los grandes centro urbanos. Sí tenemos que ajustar Santiago del Estero y un poco Entre Ríos“, señalan desde LLA.
Justamente, fue Macri quien tuvo que llamar a varios referentes provinciales, como Rogelio Frigerio, que se mostraban reacios a articular la fiscalización del los libertarios.
Lo cierto es que en el albor de la últimos días antes del balotaje, Milei parece ser el más convencido del pacto que hizo con Macri, una decisión que tomó casi en soledad y que le demandó una enorme energía tener que justificar ante las críticas y amagues de ruptura de una parte de sus seguidores.
Sin apoyo radical
Ante Clarín, varios jefes del interior de Buenos Aires, que en general son radicales, admiten haber recibido llamadas de dirigentes del PRO para “tantearnos y convencernos para volcar recursos” y ayudar en la fiscalización de Milei.
“No somos dueños de los votos de nuestros vecinos para decirles a quién votar. Lo que hizo Macri fue una irresponsabilidad que afectó la unión de Cambiemos. Si me preguntás ahora, no veo predisposición de casi nadie para sumarse al trato que hizo el PRO con los libertarios”, le indica a Clarín uno de los pocos candidatos de Cambiemos que logró arrebatarle un municipio bonaerense a La Cámpora.
La respuesta que los radicales dieron a los emisarios del PRO fue ambigua y vaga. Casi ninguno confirmó que ayudará a fiscalizar para Milei y hasta confiesan que “habría que votar por el mal menor” (refiriéndose a Massa).
Milei estaría experimentando la consecuencia de enfrascarse en el dogmatismo. “Creo que Javi empieza a entender que se le fue la mano en convencer a sus seguidores que eso de la anticasta iba en serio y era innegociable. Lo que pasó el lunes es una señal del riesgo que deberemos superar para seguir creciendo. Es inconcebible que cualquiera se le plante a Javier, que es el líder, para recriminarle el pacto con el PRO. Macri será todo lo que quieras pero nos puede hacer ganar. Javier sembró un dogmatismo idiota para construir poder y ahí está la cosecha”, reflexiona un libertario de la primerísima hora.
Y advierte: “Ojo con esta nueva versión de Macri. Hay que tener cuidado si queremos que no nos coma. Con un movimiento, nos ordenó a todos y lo volvió a hacer competitivo a Javier en la misma semana después de la elección General, cuando para todo el mundo Massa ya era el futuro Presidente”.
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