Axel Kicillof prorrogó los contratos de explotación de seis salas de tragamonedas que gestiona la empresa Boldt. Se trata de las salas del casino de Tandil, casino de Miramar, Hotel Hermitage de Mar del Plata, casino de Mar de Ajó, Hotel Sasso de Mar del Plata y casino de Sierra de la Ventana.
Tres de esas salas (Tandil, Miramar y Hermitage) habían quedado sin adjudicar en la licitación pública que llevó a cabo el gobierno de María Eugenia Vidal debido a que la empresa oferente exigía ganancias por encima de las pretensiones del Ejecutivo.
Por entonces, la oferta presentada por Ricardo Glazman y Alejandro Gravier establecía ganancias del 71,6% para los empresarios, un monto mucho más alto que el resto de los oferentes. Eso obligó al gobierno de Vidal a declarar “fracasada” la licitación de esas salas y Boldt siguió con la explotación las tragamonedas.
Según la resolución, publicada este martes en el Boletín Oficial, afirma que el gobierno se encuentra abocado a un proceso licitatorio para estas últimas tres salas.
En 2018, Vidal encaró un proceso de licitación pública por el plazo de 20 años de 3.860 máquinas tragamonedas que funcionan en siete de los 12 casinos provinciales.
En la licitación, el gobierno planteó un sistema de tres ‘canastas’ que combinaban las salas más y menos rentables, para que no haya ofertas desiertas: Trilenium (Tigre) se licitó junto al casino de Pinamar; el Central (Mar del Plata) junto a la sala de Monte Hermoso; y el Hermitage (Mar del Plata) junto a los casinos de Tandil y Miramar. La última licitación de casinos había sido en 1999 y desde entonces los contratos se renovaron por decreto.
En el proceso licitatorio participaron Boldt; Casino de Victoria, de Daniel Mautone; Codere; la chilena Enjoy; Ajest SA; y Oasis Entertaiment, de Glazman y Gravier.
Tras las ofertas, a Boldt se le adjudicó el manejo de las salas de los casinos de Tigre y de Pinamar; mientras que Mautone se quedó con el control de las salas del Casino Central de Mar del Plata y el de Monte Hermoso.