Las razones para que Arroyo no debata, exceden largamente el marco de una campaña sucia. Son otros los fundamentos, mucho más trascendentes que una campaña sucia. No obstante, el candidato se beneficia con la campaña de La Capital, ya que instaló el efecto inverso. Scioli el socio de Aldrey, es el gran perdedor. El candidato más votado se encerró en un cerco, pero no sabe cuál será el precio final de esta decisión. Un entorno sospechoso lo ha enclaustrado, por ahora no es evidente. Es algo más que una (o dos) sillas vacías, en este caso, un contrasentido con Mauricio Macri obstinado en debatir con Scioli.
El repliegue de “Los Arroyos”. La existencia de una campaña sucia en torno a la participación de “Los Arroyos” en debates con otros candidatos, es sólo una parte de la verdad, lo cual constituye como casi siempre, la peor de las mentiras. Padre e hijo, se volvieron desde el 11 de agosto, en las figuritas difíciles del quinteto de políticos de la ciudad que competirán por la intendencia.
Las razones de la invisibilización. ¿En manos de quién está la campaña del dueño de las PASO? Es una movida que alambró y aisló a Carlos y Guillermo Arroyo. Si esta maniobra es sostenible hasta el 25 de octubre y el resultado es exitoso, no debería descartarse que ese éxito se deposite sólo en las urnas. Ese es el objetivo. Primero ganar y luego gobernar, es la subordinación debida, para ir por los negocios, situación que ya ha sido planteada por uno de sus asesores.
No todo lo que reluce es oro. “Los Arroyos” han modificado drásticamente algunas de sus conductas. El despacho de puertas abiertas ha dado lugar casi al uso de contraseñas, pedidos de audiencias y entrevistas con periodistas, que han guardado siempre con ellos una excelente relación, y han formado parte también de su triunfo por cierto, ya que han difundido todo lo que han producido desde Agrupación Atlántica, sin restricciones ni censuras.
Ahora es la élite política. “Los Arroyos” han sido víctimas de una andanada de objeciones, cuestionamientos, críticas y denuncias, que han tenido como cuna el multimedios La Capital. El mismo ha elaborado un verdadero Credo contra los candidatos locales de CAMBIEMOS, que no ha sabido de treguas desde hace 40 días. Lo han seguido hasta con buscamisiles, y algunos se han prestado generosamente, a esta tarea de minar la credibilidad de Los Arroyos, que con sus ausencias indican que es algo pergeñado.
Una selección discrecional. El armado de esta red de contención contempla a medios y periodistas que pueden acceder a los candidatos más votados. Es como una práctica de autoritarismo, una figura que ha complicado, pero esta vez contra parte de la prensa. Pero esta no es la mejor ni la más sana conducta a la hora de evaluar sin restricciones que significa un funcionario público. Es la réplica de lo peor de los K en la materia, cuyos funcionarios sólo aparecen en medios afines.
La Capital les da una mano que no tiene precio. La jugada del multimedios de Aldrey Iglesias juega a favor de Arroyo e hijo, ya que su falta de credibilidad, pérdida de prestigio e información tendenciosa, lo involucran de manera favorable. Hay una fuerte tendencia en la población a consumar la derrota de Scioli en la ciudad, conocida la relación de amistad, comercial y política del gobernador bonaerense y Aldrey Iglesias. Los asocian como los mariscales de la derrota y así es reflejado en los medios de difusión de la Capital Federal.
Es una fiesta que no necesita campaña. Combatir al diario La Capital, una pelea que ya abandonó el Frente para la Victoria, es como haber reconocido la imbecilidad. Todo lo hicieron a sueldo con recursos públicos, es decir cobraban para denostarlo, como concejales, asesores con módulos y pautas extras para sostener otros medios. Y ahora son los reyes del oficio mudo.
El poder siempre arregló. Ahora con su triunfo, Arroyo se ha parado también, y por ahora, en la vereda de enfrente, pero se desconoce cuál ha de ser el futuro de esta relación que siempre se establece por conveniencia. Tarde o temprano habrá un arreglo, porque esa es la lógica del poder. Si gana Arroyo, el 26 de octubre cruza Champagnat o va al Hermitage, en su defecto para más datos ya sabe quién será el emisario. Hay infiltrados y doble comando.
