Política

Visto, oído y comentado en el H. C. Delirante

 La peatonal Rivadavia colmada de artistas callejeros,  y La Rambla como anfiteatro, se convertirán en el boom de la temporada alta. Se cae el negocio protegido de Aldrey Iglesias y Rottemberg (A Javier Faroni ¿es diputado provincial? lo mantienen oculto). Vidal dispuesta a rifar su credibilidad por un par de pillos. La brasa caliente se la tiran al Concejo, que en este caso,  el oficialismo podría convertir en una escribanía, cuya línea bajan de Balcarce 50 de CABA y 6 entre 51 y 53 de La Plata. Este es un esquema, que también (en otros casos) apunta directamente al intendente municipal. ¿Y Mourelle?, es un jugador que no puede ser el primer cambio. Hace el papel de la policía, lo ponen para cabecear adoquines. El sciolismo es demasiado influyente en la política provincial en Mar del Plata.

 

 Coherencia es credibilidad. El retorno a la Mar del Plata alambrada. El desafío de la gobernación, de torcer la tendencia declinante de la ciudad en todos sus aspectos, fundamentalmente sociales, implica no caer en las concesiones que han llevado a la Municipalidad de General Pueyrredon a acumular un 25 % anual acumulativo de déficit. Fue posible merced a frases hechas, como la aplicación de la contabilidad creativa y a la costumbre gobernante de vivir con presupuestos bajo tensión.

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Hay demasiado olor a Scioli. Satélites que giran alrededor de la gobernadora ¿Qué otra alternativa pueden proponer? La partida de Ignacio Crotto en simultáneo con el lanzamiento de “Mar del Plata te hará feliz”, dejó a la provincia poniéndole el pecho a las balas, del éxito o el fracaso a la temporada turística. Asumió todos los riesgos, como si sólo una decisión política pudiera desafiar la Ley de Gravedad. La temporada será regular, por más que se la infle y se la promocione.

¿Quién medirá los costos? Es muy posible, que lo que se gane por derecha se pierda por izquierda. En este caso, festejar un empate sería consagratorio. La movida de Carlos Rottemberg y Aldrey Iglesias, no tiene demasiadas diferencias con los picapiedras vandalizados, de adentro y de afuera del Congreso Nacional, en oportunidad de la aprobación de la reforma previsional. No se ha descartado que los sucesos planificados, obedecieran a un plan creciente de desestabilización del gobierno de la Nación.

El apriete mediático y cholulo. El ejército que apresta sus cañones para pelear con hormigas. Todo un despropósito. El multimedios La Capital alentado por las ambiciones enfermizas de Rottemberg (Javier Faroni ocultado por ser massista) han lanzado una guerra sin cuartel por un problema que es no menor, sino de fondo,  para la política económica de CAMBIEMOS.  Las amenazas se publican desembozadamente, y ubican a los artistas como Fátima Florez y Lizy Tagliani hablando mal del oficialismo, con guiones sobre el escenario de los teatros marplatenses en distintas obras.

Aflojar será la peor señal. Para nada ayudará, que el rumbo del multifuncional equipo de economistas presidencial (que no termina de convencer), y viene peleando contrarreloj, sea condicionado por un diario en papel que se regala, o cuya devolución se vende al peso, y se imprime en blanco y negro en el 2017. El Gallego y el empresario inescrupuloso a la hora del borderaux, han planteado, innecesaria e inoportunamente, exenciones si, o exenciones no.

Las cuentas claras. Si el Estado (la gente) de la Provincia de Buenos Aires pone todos los huevos en la canasta, con la promoción, el transporte público, la frecuencia ferroviaria, las playas públicas, la asistencia pública, los recitales, la financiación de la gastronomía y hotelería a través del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Los desalmados empresarios pelean por imponer en una disputa mediática lo que es equivalente a la comida del canario.  Consiste en no pagar tasas y derechos municipales (ya debe haber excepciones en ARBA y AFIP). Hay que recordar al doctor Juan Carlos Pugliese cuando dijo “les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”.

La clásica Mar del Plata alambrada. Reducir la planta política, los gastos en la legislatura, subir los impuestos, los peajes y las tarifas de servicios público, es totalmente impúdico si graciosamente se releva de sus obligaciones a empresarios que deben invertir de la suya, lo cual hizo posible la gente de Scioli, entre quienes se podía contar a Fabián Perechodnik. Ahora el Estado tiene que llenar Mar del Plata de gente, poniendo toda su estructura, logística y poder económico para que facturen Aldrey Iglesias y Rottemberg. Es un desatino político, que no es gratuito para la gente y mucho menos cuando suenan los ecos de aquel  “Vamos a cuidar cada mango de los bonaerenses”.

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El tema es exactamente al revés. Por qué no acompañar la medida, de no dejar caer Mar del Plata en su faz turística como economía regional, acompañando con inversiones sin privilegios de los cuales han vivido y agotado en la “década ganada”. Es decir apostar al riesgo, a las inversiones genuinas y no a la prebenda pública de la que formaron parte durante el saqueo que inexorablemente nos llevaba a la Venezuela de Nicolás Maduro, como lo demuestran los fallos judiciales y las unidades penales de Ezeiza y Marcos Paz, que ya saturan la capacidad de los mismos.

Cero exenciones. No se puede rifar una idea política, una militancia, un soporte ideológico y demostrado sostén electoral, para que dos especuladores se salgan con la suya, en un abierto desafío a las medidas económicas que son defendidas a capa y espada en el Congreso Nacional y en la Legislatura Bonaerense. Que no se exponga más a la policía para que cabecee adoquines, como acertadamente lo afirmó el fiscal federal Germán Moldes.  ¿Para defender a quién? A empresarios que fueron el fruto de la corrupción que emanó del Estado.

Todos a la calle Rivadavia. Tejiendo una probable manifestación del consumo en esta temporada alta, bajo estas reglas de promoción, no se descarta que la espuma supere el nivel de las olas. La calle Rivadavia (convertida en peatonal nocturna) con salas más económicas, payasos, espectáculos a la gorra, covers, contadores de chistes, malabaristas, músicos etc. prometen saciar la necesidad de entretenimiento de la franja de turistas que llegarán a la ciudad. Además en La Rambla del Hotel Provincial, los imitadores convocan a miles de espectadores que ocupan el lugar como en un anfiteatro, dándole un marco muy popular.

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