Vidal evitó referirse a un exabrupto de la “Morsa”, peor que el ataúd de Herminio Iglesias

María Eugenia Vidal fue terminante con el ex súper ministro K y ex candidato a gobernador, Aníbal Fernández  a quien superó en 2015. Fue categórica y sólida como en todas sus respuestas:  “No contesto las agresiones.  Me parece importante que uno sea quién es, siempre, en campaña y fuera de campaña, lo que dijo habla más de él que de mí” dijo la gobernadora al responder sobre las expresiones del hoy candidato a concejal en Pinamar quien dijo: “Antes de dejar a mis hijos con María Eugenia Vidal, se los dejo a Barreda”. Una expresión no sólo de mal gusto sino que impropia,  que seguramente se va a condenar desde todos los ámbitos de la política que rechazan la violencia.

Reivindicó la militancia y la forma de militancia de CAMBIEMOS, “somos silenciosos, no hacemos escraches y tenemos un alto compromiso con nuestra gestión y proyecto de gobierno”.

Rescató a Guillermo Montenegro por ser su compañero de gestión de muchos años, pero  ubicó también a Vilma Baragiola, como “dos grandes candidatos que podrán votar a los marplatenses”y “es lo que hay que celebrar, porque ellos decidirán. El voto es una oportunidad, no una obligación, por eso pido que el 11 de agosto vayan a votar para levantar su voz”

La relación con Arroyo no estuvo ausente: “Cuando vine durante más de 3 años, dije que tenía diferencias con él y las sigo teniendo, entonces no forma parte de Juntos Por el Cambio y es candidato por su lado, los marplatenses son los que tienen el poder y decidirán lo que pase el 11 de agosto”

También sumó cuando hizo referencia a Evita, “sin dudas fue una de las mujeres más destacadas de la historia y deberíamos reconocerla desde a su acción y derechos que defendió y trabajó para que tuviéramos”.

Al referirse a índices de pobreza y puestos de trabajo en la ciudad expresó: “No somos analistas, nos ocupamos todos los días de Mar del Plata y el trabajo en esta ciudad. Nuestra preocupaciones no son actos de campaña”