Jorge Elias Gomez, Opinión

Vida, muerte, política y un baño de realidad

Hay reflexiones en las cuales, el sentido de la oportunidad resulta clave. Entre ellas el folklore del P.J., único para despertar la pasión de un sentimiento irrefrenable. Los cientos de miles de personas que se volcaron sobre la Casa Rosada, para expresar su dolor por la partida del líder, que no obstante estaba cierta y fuertemente cuestionado, como en su momento lo estuvo Juan Domingo Perón.

Hubo momentos, en que pareció que se estaba rindiendo el último tributo a Mahatma Ghandi, desde el arco opositor y dirigentes del P.J., hicieron todos los méritos para adjetivar bondades sobre el hombre de Santa Cruz. Esas manifestaciones eran dedicadas a las virtudes, al compromiso y a las convicciones de Kirchner.

El morbo que despierta la muerte, lleva a una  exaltación desmedida de un líder, un fenómeno que los argentinos reproducimos, ante cada experiencia de esta naturaleza.

¿Cómo cierra el círculo después de Néstor Kirchner? Esta es la cuestión de fondo de una historia que acaba de comenzar, justamente con la muerte. ¿Qué vida habrá después de esta muerte? ¿Cuál es el legado? ¿Quién cargará con el testimonio?

Estamos ante un caso de auto magnicidio. Néstor Kirchner hizo todo lo posible, y más, para que esto ocurriera. La ciencia médica lo había advertido, desaconsejaba su participación en una actividad de semejante nivel de estrés. Definido como un ex presidente en ejercicio, era la columna del sostén del gobierno de su esposa. Sentirá que ese pilar no estará más a su lado, dando órdenes, fijando posiciones, lidiando con varios adversarios a la vez, el FMI, la Iglesia, los medios de comunicación críticos, con la oposición; contra el que raye.

¿Pero la construcción de Kirchner es lo que resulta de las expresiones de deseos, de las ganas de ayudar a Cristina, es lo que sienten todos los argentinos? Definitivamente no.

En principio el propio oficialismo, cuando el último son de la pompa fúnebre se apague, estará expuesto a todos los problemas que están sin resolver, que no son pocos ni simples. Una interna donde Hugo Moyano siembra rechazos por doquier. Nadie quiere a Moyano jugando para su equipo. Le chupó hasta la última gota de sangre a Néstor Kirchner. Fue quien primero tomó la palabra, cuando no se había escuchado otra voz en el gobierno. Ponderó al difunto y enarboló a CFK, como candidata a presidenta por el P.J. En ese espacio que encabeza en la provincia de Buenos Aires dejó encerrado a Daniel Scioli y tiró la llave.

¿Cómo se puede manejar un gobierno con semejante calidad de condicionamientos? ¡Fuerza Cristina!, ¡Aguante Cristina! ¡Vamos Cristina! rebotan como eco todavía en los muros de Balcarce 50. Pero la Argentina está en una situación muy complicada. El modelo que enamoró a muchos (demasiados) es una manera ficticia de imponer la política. La indigencia, la pobreza, los haberes jubilatorios, la inflación, la inseguridad, la falta de estructura en todos los órdenes, son un denominador común. Se ha saturado la Casa de la Moneda, imprimiendo billetes, y esta película ya la vimos.

¿Cómo y por qué se los oculta? Porque es la forma de hacer política del matrimonio Kirchner. Los casos de corrupción (hasta en causas de enriquecimiento ilícito), lo han salpicado bastante, las empresas vinculadas a socios del gobierno lo tocan de cerca. Por estas horas hay una tregua en torno al asesinato del joven del Partido Obrero. Y si las investigaciones siguen así uno de los integrantes del PO, terminará siendo el autor de la muerte. En todo se ve la mano de una conducción, de un estilo, el de Néstor Carlos Kirchner.

¿Quién no está de acuerdo con la justicia social? ¿Quién no está de acuerdo con una mejor distribución de la riqueza? Es de Perogrullo, un infantilismo, que se ha vendido como fórmula política exitosa, y que se ha comprado en una versión que tarde o temprano terminará pasando sus facturas. Una vez más allá estaremos los argentinos para pagarlas, como siempre.

Esta muerte apaga momentáneamente la realidad. Posterga los problemas, los temas no han desaparecido, no se han esfumado. Terco y obstinado, Kirchner chocó con la mortalidad, ahora en este esquema del ejercicio del poder, surgirán los lechuceros, los oportunistas, quizás demasiados para una mujer, que deberá apelar a una templanza de dimensiones extraordinarias. Pero no se le cayó un artillero, sino el general de campo, clave en el destino final de su batalla política.

No será para nada extraño, que CFK comience a medir mejor en las encuestas, este será otro capítulo que será híper observado, en los meses que vienen, aún con el relajamiento de las próximas fiestas y de las vacaciones de temporada alta. Moyano ya está con la servilleta puesta y los cubiertos en la mano. Enriquecido personalmente, el patrón de los sindicatos, dio cuenta de Kirchner. ¿Cómo se desprenderá el gobierno de ese lastre? es una incógnita, también lo usaron para la gobernabilidad y como equilibrio de poder.

Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com

Un comentario

  1. Muy oportuno y ojala que los deseos del autor y de todos los argentinos se cumplan.

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