Mientras la crisis económica va asentándose mes a mes y avanza con la continuidad de las medidas de aislamiento y el parate de la actividad comercial, hay un tipo de emprendimiento que se ha convertido en la vedette de la cuarentena: las verdulerías. Un rápido vistazo por cualquier barrio de clase media o zona comercial de Mar del Plata arroja un promedio impresionante, una verdulería por cuadra.
Si bien los especialistas marcan que desde el inicio de la cuarentena el consumo de frutas y verduras ha ido en descenso (mientras que los precios han ido en ascenso), la instalación de comercios del rubro se ha mantenido constante y hasta ha mostrado una ligera alza en los últimos meses.
Uno de los principales motivos que llevaban a la apertura de verdulerías en un comienzo tenía que ver con el IFE y con una inversión inicial que no demandaba demasiado dinero. Claro que los 10.000 pesos del IFE hoy no tienen el mismo valor que en abril, por lo que esa ecuación se ha modificado.
Más allá del poco o mucho dinero con el que se ingrese al negocio, lo cierto es que las verdulerías no requieren mayor inversión que un mostrador, alguna balanza y góndolas donde exhibir la mercadería. No hacen faltas heladeras como en una carnicería ni otro tipo de maquinaria costosa.
Garajes que se reconvirtieron, locales que estaban cerrados y fueron reabiertos como verdulerías, incluso comercios que cambiaron de rubro es una de las postales que podemos ver recorriendo Mar del Plata. Y a diferencia de otros rubros, las verdulerías que abren no cierran inmediatamente.
