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Una naturaleza privilegiada y una vista que avergüenza

Habitual y no por eso nos tenemos que acostumbrar. No escribiremos demasiado. Las imágenes nos la remitió una lectora de nuestro medio y ya sabemos desde el periodismo lo que significan para ahorrar palabras. 

Las mismas corresponden a uno de los tantos días en que partimos con gran expectativa para gozar de una jornada de playa en la Bristol. 

Claro, la recepción no parece la mejor si lo que muestran las fotos es lo que debemos ver, pisar, soportar. 

Responsabilidades, compartidas. El que tira en cualquier lugar, en la arena o en el mar, sabiendo que el mismo no es amante de la mugre y nos devuelve lo que desaprensivamente dejamos a la naturaleza haciéndole perder lo de privilegiada y convirtiéndola en un predio de recolección de residuos. 

A propósito de esto, recolección, falta asimismo. En tanto, estamos permanentemente invitando a que vengan a disfrutar de todas nuestras virtudes. Sin ninguna duda esto no lo es, es una de las peores miserias que podemos ofrecer. 

Y no lo vamos a esconder para no espantar a nadie, simplemente pretendemos ocupar a quien le corresponda para que desaparezca una vista que avergüenza. No hay que pensar demasiado en soluciones, hay que pasar a la acción. 

Marplatenses y turistas nos lo merecemos. 

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