Arte y Cultura, Cine

Una comedia neorrealista sobre la Segunda Guerra Mundial

En la continuidad del ciclo de cine italiano que durante julio está presentando la Sala Nachman del Teatro Auditórium (Boulevard Marítimo 2280), esta tarde desde las 19 se proyectará el film Todos a casa, dirigido por Luigi Comencini y con el protagónico de Alberto Sordi, Serge Reggiani y Eduardo De Filippo. El film es una típica comedia italiana en la que el patetismo se hace presente en los personajes.

Todos a casa se centra en los momentos de confusión que vivieron los soldados italianos al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Aquí, el director utiliza ese estado para el bien de la comedia: la película se enmarca estéticamente lo que promovía un cine como el de Rossellini, aunque con algunas variantes propias del neorrealismo.

En el film, tras el armisticio el Ejército italiano se perdió en la confusión general, desapareciendo los puntos de referencia de las tropas. Por eso los soldados empiezan a volver a casa, aunque siempre está quien quiera mantener unida a la tropa. Es ante esta situación que uno de ellos se fuga acompañado por un sargento.

Todos a casa no evita lo trágico de la posguerra: allí la familia de un soldado es exterminada por haber ofrecido hospitalidad a un americano; en otro pasaje se asiste a la marcha de los partisanos hacia el monte y a la captura de una joven judía por parte de un grupo de alemanes.

Estos elementos, que podían ser de una profundidad dramática asfixiante, por obra y gracia de un concepto como era el neorrealismo, adquieren instancias de comedia y de humor, que no dejan de lado el horror. Sin embargo, en esa convocatoria a la risa, es donde se logra exorcizar algunos demonios y, a la vez, demostrar el absurdo de estas situaciones.