El 9 de julio de 2017, a las 19:48, el ARA San Juan “detectó por audio el rumor sonar de un posible submarino nuclear“. El acercamiento de la supuesta nave de guerra del Reino Unido había sido “constatado una hora antes ya que se la tenía por registrador”. Por ese motivo, la tripulación que había zarpado de la Base Naval de Mar del Plata el 1° de julio, a las 15:00, recibió la orden de “disminuir los ruidos al máximo” y proceder “a grabarlo”.
Los tres sonaristas con los que contaba el buque argentino en esa misión -la anterior a la del trágico desenlace con la desaparición de 44 tripulantes y la embarcación- “coincidieron en la clasificación” del submarino, es decir que se trataba de un navío “nuclear”.
Las tres grabaciones de los ruidos del submarino que los acechaba tuvieron una duración de “10, 6 y 2 minutos” y fueron enviadas a la Armada Argentina. El dato hasta hoy se mantuvo en secreto.