Tal vez se trate de una deformación profesional de mi parte, que pretende ver o leer algo referido al turismo en todo lo que ve, lee o escucha. Pero no. Juro que revisé varias veces las grabaciones de la tele, los comentarios radiales, todo lo que Arroyo como intendente electo dijo.
Fue muy reiterativo en lo de “vivir la calle y los barrios”, enfatizar la educación, la seguridad, trabajar contra la pobreza de las zonas más castigadas por la carencia de trabajo genuino. “Darle de comer a los niños”, fue una de sus frases más impactantes.
Claro que para lograr todo eso mencionó reiteradamente, el estado económico de la Municipalidad cuyo déficit recibe, de una magnitud que aún le es desconocida.
Me resulta extraño, difícil de entender, que se haya referido casi machaconamente, a sus intenciones de invertir en las mencionadas cuestiones sociales, sin hacer referencia alguna al origen de los fondos requeridos para ello.
Toda mención al Turismo como generador de ingresos genuinos, y obviamente, trabajo, estuvo totalmente ausente en su discurso. No en uno o dos, sino en Todos.
¿Lo hizo adrede? Me interesaría mucho saber el porqué.
Las poderosas corporaciones que operan y manejan la economía del turismo marplatense sería suicida para cualquier jefe comunal borrarlas de su Agenda.
No puede desconocerse la importancia para el fisco municipal de la hotelería instalada, de la gastronomía, de los alquileres temporarios por parte de miembros del Colegio de Martilleros y, especialmente, los poderosos concesionarios de playas cuyos cánones, algunos de ridículo monto, es verdad, debieran constituir una porción importante del PBI de la ciudad, estrafalariamente vendida, aun hoy, como “balneario”.
Conozco de antiguo al Dr. Arroyo. Se dé su formación profesional como docente, de su actuación cuando le tocó ser funcionario, cuya gestión ameritó un mote que aún perdura, el de “Arroyo, el Zorro uno”.
Fuentes que no menciono, por considerarlas objetables, me dicen que sería su intensión intervenir el EMTUR, reducirlo a su mínima expresión, quitarle la potestad de negociar concesiones de servicios turísticos de playas especialmente, y reducir su cúpula a la mínima expresión de una Subsecretaria.
Si así fuera, aunque lo dudo, su silencio sobre el tema “Turismo” podría tener alguna explicación. No ha trascendido -y seguramente no trascenderá-el nombre de un posible titular del “Turismo marplatense”. Cualquiera sea su rango.
Recuerdo y va como anécdota, que en una reunión en que llegó a Mar del Plata Hernán Lombardi, apoyando la candidatura, obvia de Arroyo, alguien marcó la “Estación de Cruceros”. Estaba cerca y pude ver su gesto. Se estaba tragando un sapo.
El verano marplanauta ya está encima. Están tirados al mercado de la demanda los precios promedio de los alojamientos, de los balnearios, de los alquileres temporarios.
¿Hablará de turismo el futuro intendente antes del 10 de diciembre?
La ansiedad me mata.
Quelevachaché
Lucho Martínez Tecco
Para que estés tranquilo y no te mueras, Arroyo no desconoce que ésta es una ciudad turística, lo que me parece es que vos no oís o no querés oir lo que dice, yo no soy periodista, no sigo todo lo que escribe o dice Arroyo, pero si hubieras escuchado el noticioso del canal 8 hubieras escuchado que hizo referencia al turismo y por ejemplo una de las cosas que recuerdo fue que dijo que era una lástima que a una ciudad “turística” como ésta se le hubiera quitado toda la cartelería de propaganda que la dejaba de noche como una ciudad triste y oscura. Ahí tenés un ejemplo el resto te toca a vos—–
Me parece excelente que desarticulen ese antro de negocios donde el que siempre pierde es el Estado y los vecinos. Son unos prevendistas. Han regalado nuestro patrimonio, vean Playa Grande y lo que quieren hacer con La Perla. Vamos Arroyo, una Subsecretaria dependiente de economia o de gobierno. Chauuuuuu Fernandez y la niña Kuba. Marcos