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Tolerancia 10 – Violencia O

Todo esto lo escribo llorando. Voy a hacer pocas referencias, tal vez no muy precisas (en fechas) pero todas reales: Salté y toqué la parra (uva chinche) de mi casa de Villa Italia (Dinamarca 673) de mi querido Tandil, cuando Nai Foino dio el penal para River (contra Boca) que pateó Delem. “Los penales no sólo hay que cobrarlos, sino hay que hacerlos”, me dijo mi querido padre (un gran futbolista). A Nai Foino lo conocí años después y me ratificó (lo juro por mis hijos) “lo de penal bien pateado es gol”, durante un desayuno en Sarmiento entre Rodríguez e Yrigoyen de la hermosa ciudad de Tandil. Roma le atajó el penal a Delem, como es historia vieja, el adelantamiento de tres metros, no tenía la medición en milímetros como hoy tiene el ojo de halcón en el tenis.

Lo de  Guillermo Nimo y Gallo (jugador de Vélez), me confiaron con el paso de los años que era imposible no haberlo visto, porque el marcador de punta se estiró como un arquero. Me comí el campeonato del gol de tiro libre, que se definió por el sistema  average, con el tiro del  “Pato” Pastoriza (un gran hombre personal y futbolísticamente). Ese día estrellé una Spika (radio) contra un colectivo.

También en la cancha de Racing estaba detrás del arco del “Pato” Fillol, cuando se la clavó Suñé sin pedir barrera,  en la cancha de Racing, que me costó como diez cenas. Estuve todas las veces que pude. Como cuando viajé en el ´75 con los pies escarchados (esa vez con mi viejo) en el tren, dándole un beso a una petaca de cognac, para aplacar el frío en el tren, para dar la vuelta después de 18 años. Las entradas no se vendían por internet sino que me las compraba un señor  de apellido Otero, concesionario del buffet de River en el Monumental, al cual le pagaba el favor con quesos y salamines tandileros, no había ningún sobreprecio sino simplemente la gauchada, que siempre en mi vida se lo agradecí.

También estuve cuando el gol de Figueroa, en suplementario (el único que hizo en su carrera) cuando perdimos la final con San Lorenzo en la Cancha de Vélez. Tenía un dedo infectado y con antibióticos para parar la fiebre. La noche anterior pelearon Nicolino Loche y Ray Mercado en el Luna Park.  Sufrí los 18 años sin salir campeones.

En la final de la Copa Libertadores de América, salí del colegio secundario Normal Mixto (con la radio escondida ganando 2 a 0) contra Peñarol. Subí al colectivo y cuando me bajé en mi casa, íbamos 2 a 2. Luego el 2 – 4 con la jugada del pecho de Carrizo.

Quizás esté hurgando en las frustraciones que me han dejado más marcado, lo cual no me parece bueno para nada. Dí un montón de vueltas olímpicas, la Libertadores, bajo lluvia torrencial (gol de Funes) y la Sudamericana (cuando se montó el escenario del festejo, en la cabecera del Río de La Plata, antes de que termine el partido).

Me comí una goleada en la Bombostera, junto a mi amigo Fernando “Choclo” García Oyaga, era su último viaje, enfermo de cáncer murió poco tiempo después, ¡¡¡ pero cómo nos divertimos “Choklito” !!!, hasta en el Bingo de Lavalle parecía que nos cantaban los números para nosotros, cobrábamos todos los tiros. Inolvidable hasta el fin de mis días, con Oscar, el hincha de Gimnasia de la Plata y de alguien me estoy olvidando, creo que era el “Loweis”, también creo que Daniel o Raúl, de la gloriosa banda del “Cervecero”.

Desde el ´75 hasta la fecha dí como diez vueltas olímpicas, o más. Hice una cuenta, si River no participara durante 100 años, ningún otro club podría alcanzarlo, en los títulos obtenidos No saliendo segundo, tercero, cuarto o último, sin que participara, nadie lo alcanzaría según la proyección.

Hoy nos tocó esto,  ¡¡¡ pero ojo !!!  hicimos pocos goles a favor pero nos hicimos cuatro en contra en un campeonato de 19 fechas. Uno de Chichizola (contra Velez) dos de Carrizo (Boca y San Lorenzo) y el de Román en una final, una cosa increíble. Esto es el descenso directo de qué promoción hablan, estamos todos en pedo. NADIE SE SALVA DE NADA HACIENDOSE CUATRO GOLES EN CONTRA EN 19 PARTIDOS, NO HAY QUE SER BOLUDOS. RIVER SI SE VA, SE VA POR SUS PROPIOS MERITOS.  Pero estamos con vida. Y SOMOS GRANDES DE VERDAD.

 

Lo que no se admite es la intolerancia. River no cumplió más de 100 años siendo el más grande, ni por los encapuchados ni por los usurpadores ni por los invasores ni por los golpistas ni por los asalariados de los golpistas que atienden la seguridad, los que venden panchos, coca o cuidan los estacionamientos. Nadie se acuerda cuando en un año compraron a Talamonti, Lusshenffof, Loeschborg, San Martín, Juan Fernández, (todos en un año). River es el 99,99  % restante, el de los títulos que están escritos en sus tribunas y van a hacer falta varios Monumentales para seguir escribiendo años con campeonatos, no le quepa a nadie la menor duda.

Esto es una mezcla de historia, con pasión sentimiento y reflexión, todo es necesario en este momento, cada cual tiene que hacer su contribución, ésta es la mía, y me acordé de la última. Tenía sarampión (era un pibe) estaba en la cama de matrimonio de mis padres (un domingo, obvio, el único día que por aquellos años (60 /61) había futbol). Hubo un gol de River que yo escuchaba en la radio eléctrica (la única de la casa). Era el cuarto de gol de River que hacía Labruna ante Estudiantes de La Plata. Mi viejo escuchó desde la cocina, vino y me dijo “viste Nene, justo a las cinco (17.00 horas) Labruna hizo el cuarto gol”, en ese momento la señal horaria había dado las cinco de la tarde en la República Argentina.

Un abrazo grande para los millones que vamos a entrar mañana al verde césped (como diría el inigualable Angel labruna), porque los jugadores no van a estar solos, pase lo que pase.

Jo.Go.

Un comentario

  1. me gusto!!! y la vida siempre te da revancha.

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