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Siguen las audiencias del juicio contra el represor Gregorio Rafael Molina

Una nueva Audiencia del juicio oral y público contra Gregorio Rafael Molina, Suboficial de la Fuerza Aérea, imputado por los delitos de homicidio agravado de Norberto Centeno y Jorge Candeloro, la privación ilegítima de la libertad y en la  aplicación de tormentos y apremios ilegales de 38 víctimas, se llevó a cabo este jueves en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata.

Primer testimonio: Un estudiante de ingeniería portador de apellido.

Gustavo Adolfo Soprano, quien era estudiante de Ingeniería en La Plata por esa época, relató cómo fue secuestrado y sometido a tormentos entre el 20 de setiembre y el 12 de octubre de 1976.

Contó como el 20 de ese año, cuando viajaba desde la Plata a Mar del Plata con sus padres, fue secuestrado a la altura de Santa Clara, luego de ser interceptados por un operativo militar,  cuando al controlar sus documentos advirtieron que su apellido figuraba en una lista que cotejaban (en realidad el de la lista era su primo Daniel Soprano que hoy continúa desaparecido).

Es encapuchado con su propio suéter y subido a un vehículo, delante del que se puso su madre tratando de evitar que lo llevaran. Él reconoce adonde lo llevan, advierte a través del suéter las luces del Aeropuerto, y que es bajado en un lugar, que los mismos secuestradores denominan la “Cueva”, dentro de la Base Aérea.

Allí  fue interrogado, golpeado  y sometido a condiciones infrahumanas.”Lo peor de todo eran los gritos de tortura que eran permanentes o casi permanentes”.

El lugar de tortura era la cocina, allí eran desnudados, mojados y atados a una mesa para someterlos al pasaje de corriente eléctrica, según recuerda.

El interrogatorio se centraba en su primo, y en sus relaciones de la ciudad de La Plata, especialmente le preguntaban por Alejandro Monjeau, por “Canabis”, el hermano de un compañero de Facultad y por el “Pájaro” Miguens. Supo por los secuestradores que también se habían llevado a sus convecinos Alejandro Shultz, Miguel Castorina y Guillermo Monjeau.

Durante estas evocaciones plantea que lo que más le impresionó fue cuando durante una noche entera escuchó los gritos de una mujer joven y el llanto desesperado un bebé recién nacido.

Recordó la presencia de mujeres en otra de las habitaciones, habitación con la que tenían contacto visual a través de una ventanita y expresó que con las mujeres la única diferencia es que a ellas las violaban, de eso se encargaba uno de los que entraba para torturar.

Sostuvo que la persona que tenía bastante mando en la Cueva se apodaba “Pelusa” al que algunos de sus compañeros identificaron como Tolosa y que el día en que Tolosa murió en un enfrentamiento, el lugar se llenó de detenidos y hubo muchas más sesiones de tortura. Llegó a haber más de ciento cincuenta secuestrados en ese lugar. La consigna de los secuestradores era “cinco por uno” o “diez por uno”.

También relató que durante esos días de cautiverio tuvo charlas con otro secuestrado, Roberto Allamanda, un albañil, aún hoy desaparecido, que dejó a su esposa e hijos sin sustento   y con quienes, su familia  se comunicó una vez que él fue liberado.

Al salir, el 12 de octubre, se reencuentra con su padre  quien estaba absolutamente desmejorado, y que no volvió a trabajar en su profesión, tenía ataques de pánico y nunca llega a recuperarse hasta el día de su muerte.

Cuando se le pregunta por qué piensa que él no fue picaneado, responde que debe de haber sido por influencias de un amigo de su padre, De Mattei, quien tenía un vivero y relación con oficiales, tanto es así que tiene una nota firmada que certifica que su detención se produjo por averiguación de antecedentes y que había sido dejado en libertad.

“Creo que hay cosas que no se pueden reparar pero otras sí”. Al final de su testimonio el Ing. Gustavo Soprano expresó: “No se pueden reparar las muertes y los desaparecidos la angustia y todos sus  trastornos; pero hay cosas que sí se pueden reparar: En los secuestros extorsivos ocurridos en democracia las víctimas están acompañadas por  la sociedad que se pone de su lado. Nosotros después de salir éramos tomados como delincuentes. No lo podíamos decir, sólo los familiares más cercanos lo sabían. Esto se puede reparar se lo digo a los Sres. Jueces, lo que se puede reparar es que la víctima sea la víctima y que el delincuente sea el delincuente y esté en el lugar que tiene que estar”.

Segundo testimonio: Un abogado inaugura la “Cueva”.

El Dr. Alfredo Nicolás Bataglia , abogado oriundo de Dolores y radicado en Mar del Plata es detenido en su domicilio en las primeras horas del Golpe de Estado,24 de marzo de 1976. A partir de allí es llevado a distintas dependencias.: Prefectura, Base Naval (donde le tomaron declaraciones), ESIMy finalmente el 8 de abril de ese año es trasladado a la Base Aérea. Hasta ese momento no era reconocido como detenido, pero ese día previo al traslado lo llamaron y ante un escribano hizo un poder a nombre de su socio para que atendiera sus casos y otro a nombre de su esposa .El abogado ofreció aportar tal documento.

A la Cueva fueron trasladados tres: Bataglia, Julio Lencinas y Rafael Molina (ex Intendente de Miramar).Al momento de llegar estaban acomodando el lugar, escuchó como planificaban donde iba a estar la guardia, las camas, la máquina de escribir y también que esperaban a Molina, apellido que en repetidas oportunidades fue mencionado por sus captores como el de un compañero que iba a funcionar con ese grupo, en ese lugar. A la semana de estar hubo un cambio de trato que él atribuyó a la irrupción del Ejército en ese lugar. También mencionó la presencia de un Capellán de Ejército de Balcarce quien se presentó como un hombre muy ligado a las Fuerzas Armadas.

En la Cueva estuvo unos veinte días y  de allí es trasladado al Penal de Sierra Chica y luego, previo paso por la Comisaría lV de Mar del Plata (lugar que reconoce como de tortura diaria a los detenidos), ingresa a la Unidad Penitenciaria  de Villa Devoto y finalmente a la Unidad Penal de L a Plata bajo el régimen de alta peligrosidad.

Al año y medio es liberado, y debe escuchar del entonces Coronel Barda recomendaciones y advertencias, ya que él mismo se autotitula “garante de su libertad y de su vida”.

Cronograma de audiencias – testigos

6 de mayo a las 9 inicio.

A las 15 – Marta Haydée García de Candeloro –en audiencia privada.

7 de mayo

A las 9 – Carmen Ledda Barreiro de Muñoz – en audiencia privada.

A las 15 Lucía Beatriz Martín – en audiencia privada.

12 de mayo

A las 9 – Adriana GAIG (psicóloga), Marcelo Garrote López, Martín Garamendi.

A las 15 – Eduardo Antonio Salerno (San Isidro), Eduardo Miranda, Enrique Rodríguez Llames.

13 de mayo

A las 9 – Gustavo Adolfo Soprano(La Plata), Alfredo Battaglia, Miguel Angel Cirelli.

A las 15 – Guillermo Alberto Gómez, Luisa Bidegain (privada), Margarita Ferré.

14 de mayo

A las 9 – Carlos Aurelio Bozzi, María Esther Martínez Tecco (Canadá).

A las 15 – José Jardín, Julio D´Auro, Julio Víctor Lencina.

19 de mayo

A las 9 – Rodolfo Néstor Facio, Luís Rafaghelli.

A las 15 – Eleonora Alais, Susana Alicia Muñoz de Alais, Rubén Junco.

20 de Mayo

A las 9 – Carlos Márquez, Miguel Angel Nicosia(La Plata).

A las 15 – Mirta Mántara, Alberto José Bolgeri, Roberto Oscar Pagni.

España: Daniel Thomas, Luís Demare.

(Prensa Marta Abachian)

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