Política

Sierra de los Padres y la producción de kiwis, aparecen en la densa historia de D´Alessio y Etchebest

Como en la “década ganada” y en la causa de los cuadernos, Mar del Plata hace su aporte con escenarios y personajes de tramas oscuras que forman parte de la historia contemporánea. En esta oportunidad un establecimiento agropecuario modelo dedicado a la explotación de kiwis, incluso visitada por el presidente de la Nación, ingeniero Mauricio Macri.

Así se desprende de una nota que lleva la firma de Nicolás Wiñazki y publica el matutino Clarín en su edición de hoy: “El misterioso señor Peivet, o Rodríguez, en fin, Pedro Etchebest, no se ganaba la vida con un “campito” en Sierra de las Padres, como repite todavía cuando habla con periodistas.

Este diario tuvo acceso a documentación oficial que demuestra que esa explotación agropecuaria, de la que se ocupa uno de sus hijos, es más que un “campo chico”. En esas tierras, hoy se levantó una planta modelo en el negocio del cultivo de una fruta que llegó al país desde Nueva Zelanda. El kiwi.

Etchebest sostiene que su nivel de vida es el de un jubilado con un negocio menor.

Lo cierto es que la explotación del kiwi en su campo es reconocida como “modelo” por gente del rubro.

Esa zona de Sierra de los Padres, incluso, fue visitada por el presidente Mauricio Macri para mostrar justamente el negocio creciente de las plantaciones de kiwis”.

En la misma nota Wiñazki describe: El empresario agropecuario Pedro Etchebest, quien denunció que el falso abogado Marcelo D’Alessio lo extorsionó para beneficiarlo en un expediente en el que ni siquiera estaba mencionado es, como su acusado, alguien que esconde parte de su pasado y de su presente. Otras vidas se superponen a las que ellos relataban como su realidad.

El domingo pasado, Clarín reveló que Etchebest trabajaba en una oficina alquilada en el edificio Madero Business vendiendo su influencia en la AFIP y la Oficina de Control Agropecuario (ONCCA), durante la era K, pero presentándose y usando otro nombre.

En ese artículo se dijo que Etchebest se hacía pasar por Pedro González. Las fuentes consultadas, y otras más que, alertadas por esa nota agregaron más información y ratificaron lo ya publicado, aportaron también pruebas documentales sobre las “gestiones comerciales” de Etchebest. Corrigieron, eso sí, un dato: el denunciante del “Caso Extorsión” se hacía llamar, en realidad, “Pedro Rodríguez”, no “González”, como se dijo en ese primer artículo. Lo relevante es que cuanto más se investiga en diferentes ámbitos de poder, judiciales, del agro, e incluso en los archivos públicos de los Estados Unidos, más asombrosos son el pasado y el presente de Etchebest. Ambos se distancian mucho de lo que él cuenta de sí mismo.

Quizás sea por razones de preservación ante una exposición no deseada. U otras variables personales que son una incógnita.

Fue en el edificio mencionado de Puerto Madero en donde “Pedrito” conoció a D’Alessio, quien lo habría extorsionado pidiéndole entre un millón y medio y trescientos mil dólares para sacarlo de la causa Cuadernos de las Coimas K en el que, le decía, lo había involucrado el ex titular del ONCCA, Juan Manuel Campillo.

Etchebest conocía a Campillo, también a D’Alessio, y trataba con los jefes de la AFIP de Ricardo Echegaray y la ONCCA de Campillo, ratificaron las fuentes que lo conocieron en sus épocas de lobbista K. Él mismo admite que tuvo un vínculo con el ex titular de la ONCCA, pero lo sitúa en el 2016.

Cinco fuentes que lo conocen desmienten esa cronología.

Clarín pudo saber, además, y ahora en base a documentos fehacientes, que “Pedro Rodríguez” usaba otro alias para atraer clientes.

Se hacía llamar “Pedro Peivet”.

La familia Etchebest, además, tiene inmuebles en Miami, más específicamente en Port Saint Lucy. Una de esas casas estaría valuada en varios millones de dólares.

Sus hijos radicaron sociedades comerciales en ese país que aun están activas.

Y él y su esposa, Victoria Mercedes Miglietta, también inscribieron compañías en el estado de La Florida, Estados Unidos.

¿A qué se dedica o dedicaba en realidad el misterioso Etchebest, alias Rodríguez, alias Peivet?

Él y su mujer mostraban tener un nivel de vida importante, considerando la media de la Argentina.

Durante al menos varios meses, vivieron en uno de los edificios más emblemáticos de Puerto Madero, y por ende más cotizados de la Capital Federal.

Es la torre Le Parc, en la que apareció muerto el fiscal Alberto Nisman.

Eran vecinos del fiscal.

Tanto es así que la esposa de Etchebest, Miglietta, fue citada como testigo a declarar por la Justicia en el caso que investiga la muerte de Nisman.

Los investigadores quisieron saber si ella podía, como otras decenas de personas que vivían en Le Parc, aportar algún tipo de información sobre la noche en la que Nisman murió con un tiro en su cabeza.

Así consta en el expediente que instruye el fiscal Eduardo Taiano y su equipo, y el juez Julián Ercolini, y que tiene como hipótesis que al fiscal del caso AMIA, denunciante de la senadora y ex presidenta Cristina Fernández, fue asesinado.

Después de la nota de Clarín del domingo pasado, el empresario que sufrió la supuesta extorsión de D’Alessio, intentó desmentir lo que se había contado sobre él y su trabajo ligado al kirchnerismo usando un nombre falso.

Lo hizo, esta vez sí, mediante una entrevista. Le contestó preguntas en una radio al dirigente del PJ Eduardo Valdés: “No conozco Santa Cruz”, buscó aclarar el ruralista, aludiendo a otra argucia retórica. Una mentira.

En la nota de Clarín no hay una sola línea que lo ubique en la provincia de los Kirchner.

Antes de publicar ese artículo, este diario consultó a la abogada de Etchebest para darle el derecho a réplica a quien jura ser un jubilado con “un campito” en Sierra de los Padres, y nada más.

La respuesta fue que Etchebest no iba a dar entrevistas por el momento, aunque al otro día cambió de parecer: está en todo su derecho a hacerlo.

La defensora del denunciante de D’Alessio rechazó las versiones sobre el pasado gestionador ante la AFIP, la ONCCA y la Secretaría de Comercio que Clarín ratifica.

El lunes, Etchebest, o “Rodríguez”, o “Peivet, habló de nuevo en el programa de Romina Manguel que emite Radio Nacional.

Su imputación a Stornelli dejó de tener la intensidad con la que antes acusaba al fiscal de la extorsión por la que llevó a la Justicia a D’Alessio: “La denuncia es contra este hombre, no contra Stornelli”, dijo. Y agregó: “Tengo el mayor respeto por el fiscal. A me llevaron a la punta de un principio, no se imaginan la coacción que sufrí”.

Etchebest declaró también que no tuvo “diálogo con el fiscal”. Contó que sólo le dio la mano. “Le di el dinero a D’Alessio, no a Stornelli”, agregó.

La cuestión de fondo, es decir, el posible delito que denunció de extorsión, debe ser resuelta por la Justicia.

Lo cierto es que el denunciante, por razones que no se conocen aún, no cuenta la verdad sobre cómo se ganó la vida en los últimos años.

Trabajaba en Madero Business y allí conoció a D’Alessio. En la oficina de éste último hacían negocios, también, el dirigente de Hinchadas Unidas Argentinas, un barrabrava ligado al peronismo de Quilmes y acusado de cometer delitos ligados al narcotráfico, cosa que él desmiente, Marcelo Mallo. En el lugar también se solía ver al sindicalista gráfico Luis Siri, y otros dirigentes ligados al kirchnerismo.

Quien parecía comandar las acciones sería Marcos Antonio Menéndez, acusado de ser el jefe de una asociación ilícita en una causa iniciada por varios comerciantes que dijeron que fueron estafados por éste último.

El nombre de la empresa que funcionaba en esa oficina se llamaba “Centro Integral de Negocios”. Sic.

“Pedro Rodríguez”, es decir, Etchebest, reconoció que trataba a D’Alessio desde ese momento. Aunque él se ocupaba de sus negocios en un departamento que alquilaba en otro piso.

Solía acompañarlo el empresario Héctor Alani, amigo del líder del holding quebrado Indalo, el hoy preso Cristóbal López.

Clarín puede confirmar que en esa época el denunciante de D’Alessio hasta había impreso tarjetas personales con el nombre de “Pedro Rodríguez”. Las repartía entre empresarios del campo u otros rubros que buscaban en él conseguir favores de la AFIP, de la ONCCA y sobre todo permisos para importación cuando el cepo cambiario los había reducido, de modo oficial, a un nivel extenuante para los industriales.

Además de trabajar en Madero Business, Etchebest solía utilizar el bar del hotel Panamericano para verse con sus potenciales clientes.

Hay empresas que denunciaron estafas relativas a esas potenciales gestiones.

Ayer, Etchebest dijo que tenía miedo y denunció que su hijo había recibido amenazas.

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