Política

Sergio Massa, no es ningún Carlitos: clásico panqueque; un adelantado

 

No es el primero porque ese apodo lo consiguió hace mucho tiempo atrás don Pedro de Mendoza, pero Sergio Massa sin dudas que puede ser considerado como “el segundo adelantado” de la historia argentina. Tanto, que parece el Wanchope Abila de la política vernácula: vive en posición adelantada.

“Ventajita”, así dicen que lo llamaba Mauricio Macri. Es que Sergio es un especialista en el sagrado juego político de saber ubicarse y caer bien parado donde haya que caer.

Si se distanció rápido de los Kirchner para construir una tercera posición, luego de mostró cercano a Macri en los albores de Cambiemos y a la hora de construir consensos, para luego alejarse cuando el buque macrista se hundía.

Pero Sergio no se quedó a regar los helechos en la casa: fue clave en el armado del Frente de Todos, que unió con Plasticola a peronistas y kirchneristas en las elecciones que consagraron a Alberto Fernández como presidente. Hoy, es una figura que pivotea política e ideológicamente en la alianza gobernante, con el oportunismo de siempre.

Tan oportunista, que se anticipa a lo que van a decir oficialmente los ministros para quedar siempre como la bandera y la voz líder. Lo hizo hace poco, cuando salió decir que los alumnos de los últimos años debían volver a clases. “El segundo adelantado” no es vidente, sabía que era un tema que se estaba negociando y salió para primerear al resto.

Massa nos hace pensar que marca agenda, cuando en verdad camina sobre seguro. Lo que sí es llamativo, es su rol de termómetro de la confusión interna que vive el oficialismo: sus posiciones sobre los silobolsa, las pistolas taser o la salida de los presos difieren de la lógica del kirchnerismo. Sin embargo, termina siendo funcional a los volantazos que se han visto en estos meses confusos de gestión albertista.

Lo bueno de Massa, nuestro “segundo adelantado”, es que parece tener respuestas para todos, para todas y para todes. Especialista en saber acomodarse, hubiera merecido un panqueque con su nombre en el malogrado “Carlitos”.

Deja un comentario