Carta de Lectores

Salimos subcampeones del mundo y demostramos que hay Maras argentinas en el Obelisco

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Este tema de los mundiales de futbol tiene dos enfoques básicos, uno deportivo y otro cultural. Desde el deportivo puede decirse que la selección argentina tuvo un comienzo bastante malo, ganando los primeros partidos cortando clavos contra países futbolísticamente intrascendentes y de allí en más comenzó a elevar su rendimiento hasta terminar en una final donde así como perdió, pudo haber ganado, cambio que podría adjudicársele a una buena dirección técnica y una predisposición positiva integral del equipo.

En cuanto a lo cultural, podemos decir y afirmar en función de ciertas decisiones y hechos, que hemos perdido mucho y que hemos confirmado lo que muchos sabíamos.

En primer término, que el Gobierno oficialmente haya mandado a los servicios de inteligencia del Brasil una lista de 1.200 barrabravas es insólito, es lo mismo que decir: ahí te mando malvivientes que en mi país gozan de libertad y conviven con la gente decente.

Algunos podrían decir que la afirmación anterior es exagerada o malintencionada, pero el hecho de los tristes acontecimientos ocurridos en el obelisco creo que me dan la razón. Si de cultural seguimos hablando, lo triste era ver a través de las cámaras que los más de mil malvivientes que estaban en los saqueos y las rupturas sin que nadie los parara y digo más de mil porque cuando las cámaras hacían los paneos de las corridas, realmente eran muchos los que corrían sumados a los que le hacían el aguante de grupo de hinchas en la zona de los metrobus, cuando toda la gente decente ya había empezado a irse. Además, que andaba gente armada no me cabe duda.  Lo peor también desde lo cultural, es que en su mayoría eran jóvenes que podrían estar entre los quince y veinticinco años. Esto significa que hace diez años atrás estos jóvenes tenían entre cinco y quince años, lo cual tiene que ver con la imagen que veíamos desde hace más de una década en las movilizaciones y cortes de calle de gente que llevaba niños, incluso bebes en carrito y que hoy es tan común que a la mayoría ni les llama la atención.

El proceder observado en el obelisco me hacía reflexionar que las conductas eran más de maras que de barrabravas, más allá de que el haber llegado a aceptar, tanto la sociedad como el gobierno,  que todos los clubes tienen sus barrabravas, es inadmisible.

Este fenómeno demuestra que los asaltos en salideras y entraderas, más el asalto realizado a ancianos muchas veces seguido de muerte tiene su explicación, como así también tiene explicación que en la mayoría estén implicados menores o sean menores en su totalidad.

Muchos se reían cuando decíamos que la marización o pandillas organizadas se estaban formando en el país, cosa que puede seguir agravándose si el estado no emplea la Ley como se debe y no hace el uso legítimo de la fuerza que el Estado tiene.

Anoche cuando veíamos que esos marargentinos corrían a la policía tal como lo veíamos en televisión, si le sacábamos los pies de pantalla donde decían que esto ocurría en el obelisco y nos hubieran dicho que estaban transmitiendo desde Palestina, lo hubiéramos creído.

Podría decir que uno está reconfortados con el actuar de la selección argentina y entristecido por la existencia de maras en argentina, porque erradicar un mal cultural como este lleva décadas y se lleva puesto muchas vidas en forma taxativa y muchas vidas de jóvenes en concepto de proyecto.

Licenciado Abel Ayala

http://ayalaabel.blogspot.com.ar/

 

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2 Comentarios

  1. Incendiaron, saquearon, rompieron, agredieron, causaron heridas, quemaron, robaron, nos avergonzaron ante el mundo civilizado…
    Sin embargo, ya están libres.
    Culpables: nuestros legisladores que la van de “progres” por establecer leyes benignas; nuestros jueces que cumplen a rajatabla esas absurdas leyes; nuestra policía que les tiene miedo a esos vándalos; cierto periodismo para el cual esa basura con forma humana es víctima de la exclusión social.
    “Exceso en legítimo festejo” diría el secretario municipal de DD.HH., para quien la policía no está para reprimir sino para prevenir.
    Y sin embargo, fueron liberados.
    Y aunque bajo otro poder político de distinto signo al actual se hubiera actuado con mano dura, también habría que liberarlos, porque NO HAY CARCELES DONDE ALOJARLOS y en las comisarías está prohibido encerrarlos.
    Hace medio siglo que no se construyen cárceles nuevas. La de Batán fue la última, en 1960, y aún entonces no alcanzaba.

  2. Gracias Néstor como siempre.

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