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Quilmes volvió a perder con Boca y se hunde en el fondo

414x283boccia-2_d5803Una vez más Boca le ganó a Quilmes en la Bombonerita y de esta manera los marplatenses continúan siendo el peor equipo de la Liga Nacional. El “Xeneize” fue más que su rival y lo derrotó 89 a 75, con una gran tarea del ex Peñarol Adrián Boccia.

El juego comenzó con un duelo en la zona pintada. Gallizzi abrió muy preciso en Quilmes, mientras que Vallejos, titular en lugar de Freeman (sobrecarga muscular), hizo lo propio en Boca para dejar todo parejo en el marcador.

Los locales tomaron la primera pequeña diferencia de la noche (11-8) con un triple de Ramírez Barrios y un par de libres de un muy intenso Vallejos. Pero la respuesta visitante no tardó en llegar, de la mano de otro joven: Sansimoni, empatando la historia en 11 desde el perímetro.

Todo era muy parejo en el encuentro y ninguno podía imponer su superioridad, más allá de las variantes tácticas y de nombres de los entrenadores. Igualmente, con más puntos de Gallizzi, de gran primer cuarto y una penetración sobre la chicharra de Cequeira (salió desde el banco), los de Ramella cerraron (19 a 16) arriba.

El segundo cuarto iba a presentar un trámite muy distinto al del primero. Los dos conjuntos apostaron por varios minutos de defensas zonales, intentando disimular sus problemas en la marca, pero a ninguno le funcionó. En cambio, subió el caudal de goleo, sobre todo con los disparos externos.

Un par de bombas de Treise hicieron que el “Xeneize” comenzara mejor, pero rápidamente él “Tricolor” iba a tener su mejor pasaje del primer tiempo. Triple de Ruiz y buenos ingresos de Romero y Calvi cerca del aro, para que la visita se escape por (28 a 22).

El problema para el “Cervecero” es que la ventaja le duró muy poco. Rápidamente Boca contestó con un parcial de 7-0, con Ramírez Barrios y Vallejos como protagonistas, para retomar el liderazgo por la mínima diferencia (29-28).

El dueño de casa tenía importantes huecos en su defensa zonal, que Quilmes aprovechaba en la zona pintada. De todas maneras, la gran precisión boquense desde afuera (7-12 en los primeros 20 minutos), compensó en parte estas deficiencias y con conversiones de Treise y Ramírez Barrios, los dirigidos por Capelli cerraron (42 a 38) adelante.

El mejor momento de Boca se vio en el inicio del tercero. El local seguía con la mano caliente y sumó con otro triple de Atkins, aunque ahora le agregó otra variante a su juego: la transición. Quilmes perdió un par de balones y los pagó caro en la contra, estirándose la máxima a 12; (53 a 41).

Lejos de aflojar, los marplatenses levantaron con la misma hoja del libro que usó Boca en el segundo parcial: el tiro de tres. Anotaciones de Baxley, Maciel y Ruiz por dos, para quebrar la zona propuesta por el rival y acercarse a cuatro (57-53).

Una vez que Quilmes perdió esa tremenda eficacia de tres, volvió a caer en el trámite del partido. El cierre “Xeneize” fue con una estrategia muy clara: postear a Boccia y Gargallo contra los más pequeños escoltas contrarios. La táctica dio resultado y los capitalinos entraron al último segmento arriba por (70 a 62).

Boca abrió el cuarto parcial con ánimos de definir la historia: dos y uno de Hernández más triple de Weigand, para dejar el marcador (79 a 66) en su favor, ante un Quilmes ya sin demasiadas señales de poder revertir lo que venía sucediendo.

El local llegó a subir la ventaja a 17 y más allá de una buena racha de Calvi, que le puso algo de suspenso a la definición, la victoria boquense nunca corrió riesgo: fue por 89-75 para un equipo que de a poco, va mostrando destellos de lo que su DT pretende y el mejor nivel de varios de sus jugadores.

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