Básquet, Deportes

¡Qué papá ni papá! Quilmes 85 – Peñarol 82

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Fantástico primer partido de la serie. ¿Si esto no es un clásico el clásico dónde está? Quilmes se sacó las ganas casi después de seis años, y derrotó en el primer chico al mejor de cinco a Peñarol, por 85 a 82, en un Polideportivo repleto, y con una entrega sin igual, que mostró el envión anímico del “Tricolor” por llegar a esta instancia y un “Milrayitas” desconocido en ataque, con un Campazzo dependiente.

En el inicio del juego el “Tricolor” se sintió muy cómodo realizando lo  mejor de su repertorio: correr la cancha de contraataque con el foráneo Walter Baxley como líder absoluto.

Asimismo dominó desde un principio la lucha debajo de los cristales lo que le posibilitó lanzar más en ese lapso del partido ante un “Milrayas” errático en ofensiva y blando en defensa. Tal es así que el primer segmento terminó 21 -16 arriba el “cervecero”.

En el segundo cuarto el visitante aprovechó al máximo un desconcierto de “La Peña” con dos técnicos que sirvieron para marcar una buena diferencia a favor de Quilmes: 40 a 25.

Los pivotes del cervecero Diego Romero y Tayavek Gallizi se cargaron de faltas y la pintura comenzó a ser un problema para la visita ya que ni siquiera había terminado la primera mitad y estaban complicados en ese rubro.

Pero la intensidad defensiva de Quilmes fue importante con respecto a las pocas variantes en ofensiva que presentaban los orientados por Rivero. Sin ideas, demasiada actividad individual, y pérdidas importantes que le otorgaron al “Tricolor” la posibilidad de liderar el juego y a los vestuarios 49 a 32.

La segunda mitad comenzó con un Campazzo imparable. Penetrando y pasando la bola. A su vez con buenas defensas, más sólidas y efectivas que le permitieron recortar los tantos con un parcial de 13 -4.

Los de Rivero se despertaron definitivamente y el Polideportivo estalló por momentos con una levantada inusitada por cómo se presentaron los primeros 20 minutos de juego. Peñarol se llevó ese segmento por 24 a 6 y cargó aún más de faltas a su rival que no encontró el gol de Baxley.

En el cuarto final Leiva terminó por desgastar a los gigantes de Quilmes pero no logró despegarse en el marcador ya que desde la línea Martín volvió  a fallar seguido.  Eso le otorgó la posibilidad a Quilmes de estar expectante y con una buena aparición de Federico Marín en ofensiva transformó el juego en apasionante y atractivo.

Los puntos del renovado Baxley lo devolvieron al partido al “Tricolor” pero solo Campazzo fue claro en esa parte del cotejo. Un Boccia desconocido de cara al canasto y un equipo que defendió duro pero no anotó lo esperado le volvió a dar una vida al Cervecero que con Marín sumando un doble y falta, a 9 segundos del cierre, puso por uno arriba a Quilmes.

La figura local Campazzo, penetró la defensa quilmeña pero no pudo anotar los dos libres e igualó el encuentro en 72 y al suplementario. A sufrir por cinco minutos más para ambas parcialidades.

La continuidad del juego siguió igual. Con mucha paridad y poco gol, solo lo completado desde la línea de libres. Donde la visita lanzó mucho mejor durante toda la noche.

Por eso dato, y por la última posibilidad malograda por Weigand desde el perímetro, Piñero fue a la línea y lo sentenció 85 a 82.

Tremenda victoria del “cervecero” que se puso 1 a 0 en la serie y se sacó las ganas de ganarle a su rival de siempre ya que no lo derrotaba desde 2008, en Olavarría.

 

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