Jorge Elias Gomez, Opinión, Política

Pulti está más sólido; la UCR dividida rumbo a intensiva terapia

Arranca Scioli su despegue subterráneo del oficialismo, ha llegado la hora, pero la ansiedad no puede marearlo, sería fatal, pero si algo no le faltan son asesores de campaña. Funcional desde 2003 como vicepresidente de la Nación y desde 2007 como gobernador provincial, las fichas se están jugando en un paño que lentamente va cubriendo sus casillas. Los pálpitos y las presunciones de acierto, van acomodando las apuestas. Nadie juega a perdedor pese al desprestigio de los políticos y de la política. Las deudas de la democracia creen que no los incluyen, son los beneficiarios privilegiados del oficio mejor rentado, de las últimas tres décadas en el país.

Un hito puede haber sido la partida de José “Pepe” Scioli, convertido en activista del peronismo disidente, fue la cabeza de playa de su hermano. Los puentes que ahora le tienden al gobernador, son los que el P.J. monta como método de retroalimentación.

Daniel Scioli con un discurso monocorde de acuerdo a la ocasión, aprendió el libreto del mejor alumno de un director del suspenso. El momento del salto depende de los tiempos y del deterioro que suponga el matrimonio presidencial, con tendencia a un desgaste del  modelo, en franca decadencia.

Scioli es el gobernador de la Provincia, en la cual Hugo Moyano es el presidente del P.J. El camionero quiere cobrar peaje en todas las listas abiertas del P.J. Una convivencia en la cual se postean las necesidades mutuas, pero una relación que mantiene expectante a una ciudadanía, que observa como inexorablemente se reduce su calidad de vida y se liman sus derechos a medida que cae el nivel institucional.

La inseguridad gira como la variante común. Desde 1987 el oficialismo provincial reinante ha aplicado, ensayado, experimentado todas las fórmulas posibles. El fracaso ha sido el común denominador, con el agravante de que no aparecen ni atenuantes a la problemática. El impulso de una policía municipal, es un caso testigo que siguen los pasos de Mauricio Macri, con la policía metropolitana. Ya son manotazos de ahogado.

El tandem Scioli – Pulti y Cía. es inalterable. El intendente irá en esa variante, abrazando lo que rodea el espacio kirchnerista. Es cierto que cualquier pronóstico puede quedar pulverizado por el rumbo de la política nacional, del cual Mar del Plata no quedaría indemne.

Es muy comprometida la situación de las finanzas municipales, hoy el funcionamiento de su estructura sería inviable sin los continuos aportes de la Nación y la Provincia. Peroel intendente es cómodamente favorito a pesar de sus desventuras de gestión.

Pero lo que sobra es el optimismo, que parten de las encuestas de opinión que se conocen en la tienda de Acción Marplatense. La protección mediática, por otra parte cubre un espacio que se paga a través de concesiones, que no merecen reparos a la hora de ponerle el Norte a sus iniciativas, a pesar de la acumulación de temas que se judicializan y provocan no pocos trastornos en la administración.

A tal punto que no se piensa en cambios de gabinete de transición, sino que envuelve un plan mucho más ambicioso, la formación de un gabinete con un perfil técnico – político que ahogue las turbulencias actuales, con vistas al período 2011 – 2015. El derrame de fondos públicos externos, no sabe de interrupciones, se nota cuando se mide la gestión y la aprobación de la misma, que asegura por lo menos una buena elección.

Con este ritmo de endeudamiento alocado, al intendente no se lo nota preocupado por un déficit que crece y condiciona sus objetivos. Es insólito que se esté abierta una moratoria que no se publicita. ¿Es que no importa que los deudores paguen sus tasas?  La meta es la confrontación electoral, tal vez con un confort menos holgado, que derivaría en la pérdida de la mayoría propia en la representación en el HCD.

Aunque el bálsamo proviene inesperadamente de la oposición. La UCR rompe con un cliché clásico, en este caso no es clara opositora. No es la fuerza política que actúa con la enjundia, el poder de fuego y destrucción que supo desplegar con integrantes de otros quilates (y en otros años), que los actuales ocupantes de sus bancas, aunque con matices distintos.

Extrañamente no disimula su cuasi desaparición en las cuestiones de fondo. Pulti por mucho menos, de lo que está ejecutando como administrador, tuvo contra las cuerdas a Roig, Russak, Aprile y Katz. Hasta que contumaz y persistente se quedó con el sillón de la intendencia.

El radicalismo no aparece estructurado para dar esta batalla, esta ido, incurso en la nimiedad, cargando con las culpas de la audacia K-K (Kirchner-Katz). Es más, la preocupación de lo que ocurre en el radicalismo, se extiende en las mesas de café, donde se van cocinando alianzas estratégicas, de cara a la interna. La oposición con la UCR como cabeza está invertebrada, diluida, poco creativa. Hoy sólo la inyección de Ricardo Alfonsín, con las expectativas que despierta, mantiene algún revulsivo. Pero no alcanza, es insuficiente y el debate que se escucha tampoco resulta alentador.

Vilma Baragiola aparece como superada por los acontecimientos. Dueña indiscutible de una porción más que interesante de opiniones, que edifican su imagen positiva. Sabe “in pectore” que sin embargo “puede ser una candidata para perder”, en este mundo de la miseria y la mezquindad, que surge como consecuencia de las ambiciones políticas de sus correligionarios.

Vilma no es extraña a una relación de respeto con el intendente, a partir de ahí está condicionada en su autonomía, el diálogo entre ambos es más frecuente que el conocido, allí quizás resida alguna explicación. Muchos años los vinculan y saben recíprocamente de sus virtudes y pecados. La ex diputada nacional, tampoco es ajena al equilibrio, que impone otro factor de poder de clara influencia en la política local. No jugó con Ricardo Alfonsín en la interna. Leopoldo Moreau la arrastró a un acuerdo de cúpulas que jugó con el vicepresidente de la Nación, el ingeniero Julio César Cobos.

Está maniatada por todos lados, su independencia no es una garantía, sino una hipoteca, un desperdicio político para quien tiene una elevada imagen positiva que casi es un empate técnico con el intendente.

Cobos y Alfonsín, han acordado no participar en las internas para elegir candidatos distritales y seccionales, sino dejar que en esos ámbitos se resuelvan las diferencias. Pero si finalmente Alfonsín logra prevalecer, Vilma tendría ante sí un pago de expensas políticas, obligándola a una exposición que ya no garantiza ahora, desde su condición de presidenta de bloque, que debe lidiar con los desajustes de Pulti. No hay conformidad para adentro, lo cual le produce un desgaste, que la obliga a pensar en un horizonte más placentero, que le aseguraría un cargo legislativo provincial o nacional.

¿Cómo se articula un frente con el GEN, con el ARI, la Coalición Cívica, con sectores del socialismo, etc.? Es un camino intrincado, de impredecibles resultados en el marco del Acuerdo Cívico y Social, un formato imprescindible para encarar con éxito el intento de desplazar la versión kirchnerista de Pulti en la intendencia.

El radicalismo parece no haber tomado en cuenta que Pulti, es Kirchner más Scioli en Mar del Plata, es lo que se traduce leyendo cómo es su compartimiento en el recinto.Sugestivas ausencias, abstenciones, austera elaboración de alternativas, y fundamentalmente falta de nervio opositor, en temas claves.

Una pintura de lo expuesto, fue la presencia de la delegación escasamente numerosa de radicales puros marplatenses, que llegó al lanzamiento del MORENA en Tandil. Lo que se vio en la ciudad serrana fue la demostración de una interna con muchos aspirantes, con poco acompañamiento.

Algunos son indeseables, sobre todo para quienes piensan que el resurgimiento radical no puede ir de la mano de repitentes, que ya han sufrido el revés en las urnas partidarias y en elecciones generales, se reflexionó con criterio generoso. No es un buen augurio para Alfonsín, que necesita un sólido acompañamiento en todo el interior de la Provincia de Buenos Aires, para un balance que acomode las piezas, con el bastión oficialista que habita en el conurbano bonaerense.

En ese sentido Mar del Plata – Batán es un 50 % de la Quinta Sección Electoral. Quizás la más floja del todo el interior de la provincia, excluyendo obviamente el conurbano bonaerense.En General Pueyrredón esperan la obra de un arrastre como en ´83, cantan algunos entusiasmados, cuando se les toca el fervor.

Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com

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