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Puerto Quequén al rescate de la pesca en Mar del Plata

25jjhx4Un grupo de armadores costeros de Mar del Plata está gestionando el posible cambio temporal de puerto para operar desde Necochea en la zafra de anchoíta. La idea de los marplatenses es acortar horas de navegación y costos operativos en un marco económico complejo para la actividad, aseguró el medio Cuatro Vientos.

Semanas atrás, representantes de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera se reunieron en nuestra ciudad con autoridades de Prefectura, delegados de la estiba y el coordinador de Desarrollo Pesquero municipal, Alejandro Jacín.

Algunos de estos actores también habían participado de un primer encuentro con el subsecretario de Pesca de la Nación, Tomás Gerpe, cuando a principios de agosto visitó Necochea para tratar el tema.

“Estamos viendo si podemos venir a trabajar y aparentemente las situaciones están dadas como para hacerlo. Depende de las autoridades si nos dan el ok. La idea es hacer la zafra de anchoíta y, si es posible, algo de variado costero”, evaluó el armador Benito Mattera.

Básicamente, la idea es traer a varias embarcaciones que actualmente se encuentran amarradas en Mar del Plata para que hagan sus salidas en aguas necochenses durante la temporada. Según publicó el medio Pescare, fundamentalmente los que poseen los barcos más chicos del estrato están interesados en trasladarse momentáneamente a partir de septiembre. Serían entre cinco y diez buques menores a 18 metros de eslora, en principio.

Los buques arribarían a la ciudad con sus propias tripulaciones, por lo que el beneficio para nuestra localidad redundaría apenas en la estiba de la carga y no mucho más. Esa situación preocupa a la reducida industria pesquera local.

Sin embargo, asoma una barrera judicial, que también les impidió en su momento operar sobre “El Rincón” desde Ingeniero White:“Hay una manda judicial en Provincia de Buenos Aires que nos estaría impidiendo el otorgamiento del puerto de asiento en cualquier punto de la costa bonaerense”, explicó el secretario de la Asociación, Sebastián Agliano.

El expediente judicial está hoy en la Corte Suprema de Justicia provincial a partir de un pedido iniciado por la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso y Pehuén Co en 2014.

“El tema de la manda judicial se está trabajando conjuntamente con la Dirección de Pesca de la Provincia de Buenos Aires”, amplió Agliano tras el encuentro en Necochea. Mientras tanto, desde Prefectura exhiben buena predisposición y les pidieron a los armadores una serie de papeles vinculados a las embarcaciones.

“Obviamente que desde el municipio tienen todo nuestro apoyo para que esto se concrete y para esto también estamos gestionando en Provincia y Nación. Si Dios quiere, la reactivación del puerto va a ser muy pronto”, agregó Jacín.

Ocurre que el cambio transitorio del puerto operaciones al que podría acceder la flota marplatense le permitiría a Necochea recuperar materia prima para procesar en tierra y mayor mano de obra a sectores de la estiba.

Mar del Plata en problemas

La realidad de la pesca en Necochea es que quedan apenas seis lanchas funcionando (tres de las cuales lo hacen sólo en temporada) y en Mar del Plata el recurso ha sido agotado tras décadas y décadas de extracción. Esa situación forma el caldo de cultivo ideal para que (abrazados al siempre presente argumento del “beneficio indirecto”) la flota marplatense quiera recalar en el puerto local para seguir con su actividad.

En los muelles necochenses, el reducido sector de la pesca local apenas si consigue representación y su disconformidad con la gestión local, cuya única idea de reactivación consiste en “importar” intereses foráneos que extraerán el recurso trayendo sus propias tripulaciones no enciende demasiado entusiasmo. De hecho, los locales evalúan la posibilidad de entrar en protesta por la situación.

El tiempo pasa y la promesa de Leonardo Sarquis y Marcelo Villegas, esa de tener reuniones cada 10 días con todos los referentes del sector para “poner a la industria pesquera en el lugar donde tiene que estar”, como aseguraron el 21 de junio pasado en la Delegación del Ministerio de Trabajo de la Provincia, se borronea como el coeficiente de los buques congeladores. Nadie sabe exactamente cuánto pescado convierten en filet los buques factoría.

La última reunión que encabezaron los ministros de Agroindustria y Trabajo fue el 3 de agosto en el Consorcio Portuario, donde por primera vez dividieron la problemática en tres mesas de trabajo que analizó “Condiciones laborales, empleo y productividad”, “Marco regulatorio y situación impositiva” e “infraestructura portuaria” y se fijaron prioridades.

Con suerte habrá reunión la próxima semana -al cierre de esta columna la fecha precisa era un misterio- y los plazos se estiran, aunque todavía estamos dentro de los 90 días de plazo que pidieron los ministros para que lleguen las soluciones.

Lo que avanza es una temporada de caballa que tuvo buen clima y buenas capturas, aunque las conserveras siguen pagando el pescado a no más de 11 pesos el kilo, cuando el año pasado llegó a valer 14 pesos a esta altura. “Es eso o tenemos el barco parado”, dijo José Ramacci, armador del “Salvador R”, uno de los invitados al cumpleaños de Federico Contessi, celebrado el pasado lunes.

El buque fresquero fue construido en el astillero y botado en noviembre del 2009. Fue la construcción 111 en las gradas del empresario naval que sopló  85 velitas y a modo de tributo y reconocimiento, sus hijos editaron un libro en que repasan su vida como constructor de barcos, forjador de trabajo y hacedor de sueños.

La temporada confirmó todos los malos pronósticos. Sin mercado por la crisis en los países demandantes de África, la flota accede a un recurso de buen tamaño pero que vale menos que el año pasado y apenas sirve para atender la demanda de China, que no alcanzan a satisfacer empresarios chinos con plantas y barcos propios, radicados hace varios años en nuestras costas.

Nueve meses a la expectativa llevan los buques fresqueros, que con inercia flotan amontonados en el espejo interior del puerto. Muchos aguardan que haya una disminución impositiva para que el precio del combustible no impacte tanto en la estructura de costos. Hoy la rentabilidad de los armadores no pasa por pescar más sino por consumir menos gas oil. Nadie sale por las dudas… a probar por si aparece el pescado. Colar agua un par de días es un lujo que ya nadie puede darse.

Otros barcos, como algunos de los del grupo Caputto (Ostramar), que llevan años soldados al muelle, no podrán salir así nomás. Se vencieron todos los plazos para justificar la inactividad y sus permisos de pesca se darán de baja. De esos buques depende una cincuentena de tripulantes.  Por estas horas el Simape junto con el armador intentan persuadir a la autoridad de aplicación para encontrar caminos alternativos. La joda no se acabó para todos…

Tomás Gerpe parece estar más atento a revisar la agenda y tener al día el pasaporte para visitar ferias internacionales -estuvo en España, Rusia y China, rememorando sus días como vendedor de langostino- que por encontrar respuestas a las necesidades de sus administrados, cuyas empresas generan miles de puestos de trabajo que hoy sobreviven al básico y al garantizado.

Gerpe celebró el restablecimiento de las campañas de investigación del Inidep. El BIP “Eduardo Holmberg”, el único de los tres barcos al que el instituto le asignó protagonismo en lo que queda del 2016, completó las pruebas de mar antes de iniciar la campaña global de merluza, la cual todavía no tiene fecha exacta, pese a que el director, Otto Wôhler había dicho que se iniciaría en agosto.

Además de evaluar posibles roturas en una estructura mecánica que llevaba 30 meses sin exigencias, en el Inidep había preocupación por conseguir el combustible. Cada día de campaña tiene un costo de 200 mil pesos y la primera etapa comprende 28 días. La semana pasada Gerpe estuvo en Mar del Plata y  garantizó los fondos para el gas oil: el buque consume unos 5 mil litros diarios.

“Estas investigaciones posibilitan planificar una pesca sustentable, equilibrada, de calidad y competitiva. La información recabada es de suma importancia ya que permite la adopción de las medidas necesarias para la explotación sustentable de nuestras pesquerías”, resaltó el Subsecretario de Pesca y Acuicultura sobre la recuperación de movilidad del Holmberg.

No son pocos en el puerto los que se preguntan en qué lugar del discurso de Gerpe hay que  ubicar la autorización del cambio de operatoria del “Bouciña”, un barco de la empresa Galme, que pasó de ser fresquero a poder pescar langostino como congelador.

El pedido fue otorgado de forma unánime por el Consejo Federal Pesquero en el Acta 20 y deja como un papel pintado a la Ley Federal de Pesca. Los armadores interesados en imitar el movimiento pendular del “Bouciña” forman una lista no tan amplia como los invitados al cumpleaños de Contessi, pero que seguramente pondrán las palabras del Subsecretario en la repisa de la hipocresía.

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