El lanzamiento de un plan de capacitación para taxistas tiene una explicación que reúne las condiciones que tienen que ver con la inseguridad reinante en horas nocturnas y la caída en el número de viajes. Hay zonas más comprometidas a las cuales no se reportan ni los choferes que están desocupados.
Las 12 horas diurnas lentamente van restableciendo su volumen de trabajo prepandemia, pero la noche y la inseguridad han reducido casi a cero la posibilidad de viajes, volviéndose riesgoso hasta la permanencia en las habituales paradas en el micro y macro centro de la ciudad.
No ocurre lo mismo con la actividad de los remises, aunque también la circulación se ha reducido por lo menos un 70 %. La ausencia de vigilancia policial agrava la situación que afecta además a otros trabajadores.
Las razones han llegado a tal punto, que ni la propia oposición ha salido a respaldar el reclamo de los trabajadores del volante, dado que tanto la provincia como la nación están seriamente comprometidas por la falta de soluciones a través de la policía bonaerense o la federal.
A partir de las 20.00, es decir cuando se agota la luz natural, el parque de automotores aurinegros identificados con su licencia comienza a mermar hasta desaparecer totalmente en cuestión de una o dos horas después.
La capacitación habilita a nuevos choferes prácticamente a jugar a la ruleta rusa, como denominan a un viaje nocturno que trascienda los límites de Juan B Justo, Champagnat y Constitución, salir de noche es un verdadero desafío.
Lo cierto es que los propietarios que alquilaban el auto en horario nocturno, a cambio de un porcentaje en la recaudación han dejado de hacerlo y por lo tanto han visto reducido sus ingresos y los choferes que trabajaban en ese horario dejaron de hacerlo.
También otros rubros nocturnos como la gastronomía, salas de juego y boliches bailables, se sintieron afectados tras el asesinato de Leandro “Lele” Gatti, que aún continúa sin esclarecerse totalmente y las calles aparecen desiertas.
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