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Paradoja: para muchos sitios turísticos es más caro abrir que seguir cerrados

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Arakur, uno de los hoteles más exclusivos de Ushuaia, ante la escasa actividad que generaría el público local prefiere mantener sus puertas cerradas

Con la flexibilización de la cuarentena, varias provincias argentinas habilitaron el turismo interno para movilizar el sector. Sin embargo, con la crisis económica y la baja demanda muchos hoteles, restaurantes y parques de atracciones no abrieron sus puertas a pesar de estar autorizados.

La apertura de algunas rutas internas entre provincias que tienen una situación epidemiológica controlada y medidas económicas que beneficien a las empresas como exenciones tributarias, son algunos de los pedidos que se repiten entre los empresarios del rubro.

El turismo interno en la provincia de Salta fue habilitado el 12 de junio pasado y los hoteles pudieron abrir sus puertas.

Mariano García Cainzo es propietario de dos alojamientos: Delvino Boutique Hotel, ubicado en Salta capital y Pueblo Antiguo, en Cachi. El primero decidió abrirlo para recibir a personas repatriadas que debían hacer cuarentena y para empresas mineras que traen a sus trabajadores a la provincia. El segundo aún continúa con sus puertas cerradas porque “los costos de reapertura son muy altos“.

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Para volver a abrir el hotel Pueblo Antiguo, en Cachi, se necesita una inversión muy alta

“Después de casi tres meses de tener el hotel cerrado, la inversión para habilitarlo es muy alta. Hay caños rotos, termotanques sin funcionar y necesita de una limpieza profunda que genera un sobrecosto. La proyección es que podamos trabajar cuatro o cinco días al mes. Los números son complejos”, dijo García Cainzo

A esta situación se suma que la propiedad es alquilada y que la oferta en la provincia es muy grande para sólo nutrirse del turismo local.

Es una situación angustiante porque estoy acumulando deuda. A los empleados les damos algo de plata. Nosotros como empresarios tenemos más riesgos que ellos porque tenemos que hacernos cargo de los costos fijos. La reapertura depende de los vuelos de cabotaje porque con el turismo de Salta no logramos nada”, indicó.

En emergencia

Una situación similar se está viviendo en Catamarca que lleva una semana sin ningún caso positivo y más de un mes desde que habilitó el turismo interno.

Iván Lasa es propietario del Hotel Belén, ubicado en la ciudad homónima a 293 kilómetros de la capital. Si bien el alojamiento abrió sus puertas, no lo hizo el restaurante que funciona en el mismo predio.

“Desde que habilitaron el turismo interno, recibimos algunas personas que vienen a trabajar pero sólo una o dos habitaciones. Para el pasado 9 de julio teníamos muchas reservas pero se cayeron porque un camionero dio positivo y volvimos a la fase 1”, comentó.

El restaurante Mihkuy, que ofrece principalmente comida nacional, permanece cerrado desde que comenzó la pandemia y el dueño optó por despedir a algunos de sus empleados. En ese momento, y ante la prohibición de tomar estas decisiones tras un decreto nacional, Lasa decidió dar marcha atrás. Actualmente, cobran el 80% de su sueldos gracias al ATP del Gobierno.

“Creo que tenemos que aprender a convivir con el virus pero, cuando pedimos abrir, la gente se opone porque tiene miedo. De acá a dos meses, si seguimos así, vamos a tener que ver la forma de cerrar. Yo tengo esperanza que saquen la Ley de Emergencia y que veamos una ayuda del Estado más allá del ATP”, expresó.

No se pueden cubrir costos en Merlo

San Luis es una de las provincias que menos casos ha registrado desde que comenzó la pandemia con 25 positivos en total. El turismo interno comenzó con el fin de semana largo del 9 de julio y con 282 hoteles registrados para recibir visitantes.

Sin embargo, una situación crítica se vive en la Villa de Merlo, uno de los sitios turísticos por excelencia en la provincia. Según los empresarios del rubro, el turismo local no alcanza para cubrir los costos que implica abrir un establecimiento preparado para la masividad.

Entre Negros, una parrilla emblemática ubicada en pleno centro de Merlo, es un emprendimiento que la familia Gutiérrez comenzó en 2011. Ivana, que se encarga de la cocina y de la administración, indicó que decidieron no abrir sus puertas para “no generar más gastos”

“Nuestro costo es mucho mayor. No hay mucho movimiento, la gente sale y gasta poco porque se cuida. Salir a comer afuera no es una necesidad de primera. Con tres mesas por día no llego ni a pagar la boleta de luz. Vamos a aguantar cerrados para que en diciembre podamos acoplarlo a la temporada de verano”, explicó.

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Los costos de abrir Entre Negros, una gran parrilla en Merlo, con capacidad para 300 personas, es más alto que tenerlo cerrado

El salón tiene una capacidad para 300 personas y, en temporada alta, Entre Negros contrata hasta 24 empleados. Para no despedirlos, los Gutiérrez acordaron directamente con ellos.

“Yo tengo que pagar Ingresos Brutos y Ganancias. Esas cuotas el Estado no me las devuelve a pesar de estar cerrados. En el mes de abril me presenté a pedir un crédito al banco y no me lo dieron. Tengo buenos empleados y decidimos arreglar para que ellos no les falte nada. Hoy el negocio no cubre los gastos”, detalló.

El restaurante se especializa principalmente en cabrito a la llama y platos elaborados por lo que se nutre mucho de los turistas que vienen de otras provincias.

“Este año nadie proyecta ganancias, pero si poder trabajar. A nivel de instituciones necesitamos que entiendan que nosotros podíamos aguantar, pero ya no aguantamos más”, dijo.

 

En este mismo sentido, el Hotel Altos de Merlo Suites consideró que los huéspedes potenciales “no alcanzan” para cubrir los gastos de funcionamiento.

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El Hotel Altos de Merlo Suites consideró que los huéspedes potenciales no alcanzan para cubrir los gastos de funcionamiento

“Consideramos que los posibles huéspedes que podamos tener, no nos alcanzan porque tenemos muchos gastos. Para poder abrir el establecimiento nosotros necesitamos, por ejemplo, prender las calderas para calefaccionar y no podemos sectorizarlo”, explicó Gonzalo Cassullo, gerente.

El hotel está ubicado también sobre la avenida del Sol y tiene 28 habitaciones. Además, cuenta con pileta climatizada, un servicio muy solicitado por los visitantes. Para Cassullo, se necesita la habilitación de circulación entre 3 y 5 provincias para que la reapertura sea rentable.

“La gente viene y busca precios porque hay un tema económico. No solo tenemos el problema de la afluencia de público significativo, sino que también se va a sumar la disputa con otros hoteles. Es imposible adherir en esta etapa a esta reapertura”, afirmó.

Ushuaia espera por la vuelta de los vuelos

Con una temporada récord en cantidad de nieve, Tierra del Fuego esperó con ansias la autorización del turismo interno que comenzó el pasado 1° de julio. La provincia contabiliza 258 casos y pocos hoteles con sus puertas abiertas: Carolina Batalla, vicepresidenta de la Asociación de Hoteles de Turismo local, comentó que de los 16 alojamientos asociados, sólo dos están funcionando.

“Tierra del Fuego habilitó el turismo interno en la provincia. La isla tiene alrededor de 200 mil habitantes, de los cuales casi el 50% viven en Ushuaia. Esto nos deja un nivel de demanda interno que no supera el 3% de la capacidad de la hotelería. Pensemos que Ushuaia recibe en enero y febrero la misma cantidad de turistas que su propia población”, comentó.

Batalla también se desempeña como gerenta de los hoteles Las Hayas y Los Acebos, de cinco y cuatro estrellas respectivamente, que no llegan a cubrir sus costos en recursos humanos ni en prestaciones.

“La situación es muy delicada y hay varios establecimientos que hoy están muy próximos a no poder seguir afrontando sus obligaciones si las medidas de apoyo no llegan“, comentó Batalla.

Con la reapertura del Cerro Castor el fin de semana último, Ushuaia busca estimular al turismo interno, pero la atención del sector está puesta en la reactivación de la actividad aerocomercial.

“¿Cuál va a ser el día? Depende de que se habiliten los vuelos comerciales de Aerolíneas Argentinas y se resuelva la situación actual de tener que hacer 14 días de aislamiento. Somos una provincia 100% aerodependiente y el motor de inicio de nuestra actividad está ligado al inicio de los vuelos”.

Una decisión similar tomó Esteban Abolsky, propietario de Arakur, uno de los hoteles más exclusivos de Ushuaia. Con más de 100 habitaciones y diferentes propuestas para los turistas, que en este momento “no pueden llegar”.

“Nuestro público no puede llegar a Ushuaia hasta que se reanuden los vuelos comerciales.

Menos aún los turistas internacionales. Ante la escasa actividad que generaría el público local preferimos mantener a nuestros empleados en sus casas mientras siga la recomendación del aislamiento y distanciamiento social priorizando la salud de nuestra gente”, dijo.

Si bien muchos empleados cobran una parte de su sueldo con el ATP del Gobierno, el resto lo cubren con fondos propios. Desde que se habilitó la actividad, los trabajadores fueron destinados a tareas de mantenimiento y adaptación de la experiencia a la nueva normalidad.

“Sabemos que el verano 2020-21 será atípico y sólo veremos normalizarse el mercado con la población ya vacunada”, comentó.

Tandil, sin parques aéreos

Si bien la actividad turística no fue habilitada en provincia de Buenos Aires, sí lo hicieron algunos centros recreativos.

Treeland, un parque de aventuras con tirolesas y puentes colgantes, en Tandil, tampoco abrió sus puertas por una cuestión de costos. Pablo Maiaru, socio responsable, comentó que trabajan mucho con visitas de escuelas que cancelaron sus reservas ni bien se decretó la pandemia.

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El parque aéreo Treeland, de Tandil espera por escuelas y egresados para reabrir las instalaciones

“Trabajamos con muchos colegios de Tandil con salidas de indagación y trabajo de campo; eso se suspendió. Hacemos salidas educativas con escuelas de la zona y también nos dieron de baja las reservas. Al día de hoy, todas están canceladas”, explicó.

Él alquila el predio y pudo llegar a un acuerdo con el dueño para apoyarse mutuamente. Las expectativas están puestas en los viajes de estudio de noviembre y diciembre próximo que todavía no cancelaron ni confirmaron sus reservas.

LA NACION

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