Ciudad, Información General

Para terminar con la violencia en el fútbol, hay que dejar de felicitar a los violentos

Lamentablemente nos estamos acostumbrando a convivir con episodios de violencia en el fúlbol. Con preocupación, vemos como desde la dirigencia deportiva y política se ampara y se auspicia a los violentos.

En este sentido, rechazamos oportunamente las desafortunadas declaraciones de la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, cuando en uno de sus habituales discursos por cadena nacional, ante la máxima dirigencia del fútbol, elogió a los barrabravas manifestando “mis respetos para ellos”, señalando a continuación que cuando iba a la cancha con el ex presidente Kirchner la “maravillaban”las tribunas y “esos tipos parados en la paraavalanchas” . En una extraña y evidente reivindicación a la figura de los barrabravas, insistió: “en la cancha colgado de la paraavalanchas y con la bandera, nunca mirando el partido, porque no miran el partido, arengan, arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos”. Añadió la Presidente en esa oportunidad que “las cosas más graves no pasan dentro de la cancha, pasan afuera”. Luego dijo que “cuando se arman ‘bardos’ no sólo son en la popular sino también en la platea, e incluso entre gente del mismo club ” y agregó “tenemos que lograr que un referí cobre bien porque cuando hay una ‘bombeada’ que no se puede creer la gente se indigna y hasta el más pintado y el más educado quizás se manda un ‘macanón’” y concluyó en “no hacer un reduccionismo de creer que solo un grupejo identificado puede generar un clima de violencia generalizada” .

Es cierto que el tema de la violencia en el fútbol no se circunscribe a un sólo grupo, pero es fácilmente comprobable que las barras bravas actúan con el visto bueno, la complicidad o la miopía de los dirigentes de los clubes, los mismos que en el discurso por cadena nacional estuvieron sentados a medio metro del atrilpresidencial. Y también es conocido que las complicidades se extienden a la dirigencia política. Hay que recordar que hace apenas dos años, numerosos barras viajaron al Mundial de Sudáfrica con apoyo de grupos oficialistas. Varios de ellos fueron luego deportados por los desmanes producidos dentro y fuera de las canchas.

Es un error conceptual gravísimo e insostenible, por ignorancia del fenómeno de las barras, por mal asesoramiento, por audacia verbal o por conveniencia política, comparar la bronca por un fallo arbitral con el accionar de las barras.

Mónica Nizzardo, presidenta de la ONG Salvemos al Fútbol criticó en ese momento a la Pesidente por haber realizado estas declaraciones en apoyo de los barrabravas, y por haber minimizado el accionar de esos grupos.

“Después del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en que elogiaba a los barrabravas es muy difícil seguir en esta lucha. Todos conocen a los violentos y no sólo no les aplican el derecho de admisión sino que les rinden homenaje, es una locura”. La jefa del Estado minimizó la gravedad del accionar violento de los barras bravas delante del presidente de AFA, Julio Grondona, y de gran parte de los titulares de los clubes, entre ellos Javier Cantero, el presidente de Independiente que le viene poniendo el pecho a una batalla contra los barras.

Nizzardo dijo en esa ocasión que le “cuesta creer que la Presidenta no sepa lo que está diciendo. No puede hacer un homenaje y decir que cuando iba a la cancha miraba las tribunas. Así le está dando a esta gente con problemas en la Justicia más identidad de la que tienen”. Y agregó que con su discurso “donde minimizó el accionar de los barras al referirse a ellos como ‘hinchas apasionados’ la presidenta me demuestra que lejos de combatirlos, los está legitimando”. “Si el Estado no puede garantizar 90 minutos de fútbol en paz y romper la cadena que liga a los dirigentes políticos y deportivos con los barrabravas, la presidenta me demuestra que no quiere erradicar la violencia en el futbol”.

Adherimos por completo a lo manifestado por Mónica Nizzardo, de la ONG Salvemos al Fútbol. Ojalá podamos entre todos erradicar definitivamente a los violentos. Es cuestión de dejar a un lado las nefastas complicidades que existen entre barrabravas y dirigencia deportiva y política. Estamos a tiempo.

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