El tiempo acompañó con una tarde a puro sol y una temperatura ideal para observar el categórico triunfo de Aldosivi sobre Olimpo de Bahía Blanca. Pero no todo fue fútbol en la tarde del sábado, ya que desde temprano la venta de entradas para el debut de los marplatenses en el torneo doméstico se complicó en demasía con algunas desavenencias propias de categorías menores.
Parte de los simpatizantes del “Tiburón” que se acercaron a las boleterías del Minella no podían creer lo que les contaban, “muchachos no le podemos vender entradas porque se perdió la llave para acceder a la zona de boleterías”, aseguraba preocupado un grupo de personas que se apostaron en el lugar, ante la impaciencia de los hinchas que con cara de pocos amigos divisaban la escena de gente allegada al club que iba y venía resignada, por no contar con la llave para acceder a las boleterías y expender las entradas correspondientes.
El calor no ayudaba y el sol menos, ya que comenzó a pegar de lleno en la cara de algunos y en la calvicie de otros que no toleraron la espera y se fueron del lugar sin entender la situación a insulto limpio.
Minutos después pareció llegar la solución. Según informaron, por decisión de la policía se habilitó una boletería en Dorrego y Juan B. Justo. Los simpatizantes que estaban desde hace rato se trasladaron hasta la misma para obtener su entrada. El encuentro estaba a minutos del inicio y la gente comenzó agolparse en masa, las protestas se hicieron evidentes, los epítetos abundaban para con todo aquel directivo que pasara cerca de la conflictiva zona, pero las boleterías no daban abasto para cumplir con todos en tiempo y forma.
Ante la gran demanda de espectadores se implementó la solución número dos. Comenzaron a vender las entradas en la boletería de la cancha de hockey, donde hace días Argentina derrotó a su similar de Holanda.
Los simpatizantes, molestos y agotados por la situación, se desesperaron aún más cuando se enteraban por la voz del estadio que Aldosivi estaba en el campo de juego. Empujones, golpes de puño, silbidos y exabruptos fue rápidamente controlado por el personal policial a caballo que se apersonó en el lugar para que las discusiones no pasen a mayores.
Algunos hinchas se retiraron ofuscados por la situación, entre ellos familias con menores, y sin poder entender lo que sucedió. Las redes sociales fueron el cable a tierra de algunos, mientras que otros lograron ingresar a los 25 minutos del primer tiempo, con el partido empezado y la bronca de una previa digna de una liga amateur como la ciudad no se merece.