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“No nos olvidemos de rezar, esa es la fuerza de la misión si no nos llenamos de Cristo, no podremos darlo a los demás”

Misa de Pascua_2014

El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió ayer la Vigilia Pascual, en la que la Iglesia entera celebra la resurrección de Jesús. La Catedral, estuvo colmada de fieles, que participaron con alegría de esta celebración. Marino, hizo un fuerte llamado a todos los católicos marplatenses a la misión permanente y a “salir por los caminos de los hombres, volviendo a las calles donde late la vida con sus problemas y pesares”.

“La resurrección de Jesucristo de entre los muertos es el principio de un mundo nuevo donde Él nos ha precedido”, inició diciendo en su homilía el obispo. “Esta eucaristía tiene un singular esplendor, porque todo nos invita a la alegría y la fiesta, como un anticipo de la Pascua eterna del cielo, donde estaremos para siempre con Él”, añadió  monseñor Marino.

Luego, el prelado, detalló que en el evangelio, el ángel anuncia a las mujeres la resurrección de Jesús y les dice: “No teman” y que también Jesús les repetirá lo mismo al encontrarse con ellas. “Los evangelios destacan la fidelidad y la fortaleza de las mujeres. Supieron permanecer junto a la cruz cuando los discípulos huyeron, acudieron al sepulcro como mujeres piadosas y ahora se convertían en las primeras anunciantes de la mejor noticia del mundo. También a nosotros nos dice el Señor: alégrense, no teman, avisen a mis hermanos”

“Desde hace años la Iglesia viene convocándonos a una nueva evangelización de una sociedad cada vez más inhumana y de una cultura  que parece dar la espalda no sólo a las verdades de la fe, sino a los valores que deberían captarse desde la  luz natural del entendimiento. Ante una sociedad que parece descreída, salgamos por los caminos de nuestra vida ordinaria, y no nos cansemos de anunciar a Cristo poniendo gestos de amor y solidaridad allí donde la Providencia nos ha ubicado. Sin dejar de anunciar abiertamente a Jesucristo con las palabras, anunciémoslo también con obras que sean expresión de nuestra fe. Como dice el Papa Francisco, y nosotros lo asumimos como lema: Salgamos a anunciar a todos la vida de Jesucristo”, pidió el obispo de Mar del Plata.

“En cuanto a nuestra diócesis, invito a todos a colaborar en la misión permanente. Salir por los caminos de los hombres, es volver a las calles donde late la vida con sus problemas y pesares. En la medida de sus posibilidades, cada uno debería preguntarse dónde participar. Existen distintas formas de voluntariado en diversas instituciones de caridad; la posibilidad de pertenecer a grupos de misión en los hospitales, en las cárceles, en los asentamientos y zonas empobrecidas. Sólo ejemplos. Pero no nos olvidemos de lo primero que es rezar, porque ésa es la fuerza de la misión y si no nos llenamos de Cristo, no podremos darlo a los demás”, enfatizó el obispo, llamando fuertemente al compromiso apostólico y a la misión permanente.

Finalmente, citando palabras del papa Francisco, de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, manifestó, “su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo”

 

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