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No lo supo liquidar: Alvarado logró un triunfo por la mínima y dejó abierta la serie

DSCN0128El objetivo planteado por Duilio Botella en la previa salió a la perfección: Alvarado tenía que ganar y ganó. El tema es que por la forma que jugó y la diferencia abismal que hubo en el desarrollo, el 1 a 0 sobre Deportivo Roca en el José María Minella, tiene mucho gusto a poco. Porque el “torito” hizo lo posible para llevarse una ventaja mayor a la revancha del miércoles en Río Negro y falló en el último toque. De todas maneras, la multitud que fue al estadio le brindó una ovación a un equipo que mostró un alto nivel y mucha autoridad.
El protagonismo fue todo de Alvarado en el comienzo, que empujado por su gente salió decidido a atacar, usó las bandas como principal arma y ahí marcó diferencias. Porque  Laureano Tello y Alejandro Carrizo repetían lo hecho frente a Gutiérrez por derecha y Francisco Molina preocupaba como siempre por el otro sector. Si bien no podía llegar a fondo, se ganaron cóners que llevaron peligro,soobre todo a los 6′, cuando Damián Luengo peinó en el primer palo, cruzó todo el arco y nadie la pudo empujar.
Roca no podía agarrar la pelota y apenas inquietaba cuando el “torito” se adelantaba y buscaba las espaldas de Tello. Sin embargo, los centales estuvieron atentos para los cruces y desactivaron cualquier intención. Cada pelota parada que caía en el área de Facundo Crespo era una ocasión de gol. Y encima, los defensores visitantes se empecinaban en tirar la pelota al córner. Y en uno de esos, a los 20′, cuando ya había vuelto a avisar Luengo y contuvo el arquero, Nahuel Viñas lo advirtió a Roberti que agarraba antes de salir la pelota, no escarmentó y lo sostuvo cuando Pennisi fue a buscar el cabezazo, Nahuel Viñas no dudó y señaló el punto del penal. Las protestas de los jugadores visitantes no sacaron de eje a Molina, que se hizo cargo con autoridad y metió el zurdazo fuerte, al medio del arco, para empezar a conseguir el objetivo: 1-0.
El encuentro se volvió chato, Alvarado bajó la intensidad y con un tiro libre de Aguirre que se perdió cerca y una entrada de Volken solo por derecha que se fue apenas arriba, Roca llevó algo de preocupación a Suárez y el “torito” se reacomodó. Luengo se adueñó nuevamente de la mitad de la cancha y, a partir de él, creció Rodríguez Rendón. Y si no fuera por Aguirre que dejó el resto en un cruce salvador para sacar al córner un pase de Castillo para Pennisi que se aprestaba a empujarla, se podría haber ido con una ventaja mayor.
Otro buen síntoma para el local llegó a seis minutos del final, cuando Tello aceleró y le ganó en velocidad a Jonathan Morán, que generó la imporencia del delantero “naranja” que le tiró un patadón y se fue a las duchas con mucha anticipación. Un gol más antes del final hubiera sido la coronación, pero no pudo ser y de todas formas tenía parte de su objetivo cumplido.
El arranque del complemento, siguió por la misma senda. Alvarado jugando en campo rival y desnivelando por las bandas. A los 2′ nomás, Francisco Molina llegó al fondo , levantó el centro y a Pennisi le quedó muy alta, por lo que llegó a cabecear pero no le pudo dar dirección y cayó en el techo del arco. Ahora la izquierda era el lugar preferido, sino era el mediocampista, era Fernando Ponce el que se animaba y llegaba a la línea de meta. La más clara en ese cuarto de hora inicial fue calcada a la del comienzo de la etapa, sólo que esta vez el “9” eligió el lugar y el frentazo, a contrapierna de Crespo se fue besando el ángulo derecho.
De a poco, el dominio territorial se comenzó a transformar también en las situaciones y el segundo estaba al caer. La posesión era completamente del local y faltaba la última estocada para poder estirar la ventaja. Molina ganaba cada vez que se lo proponía, pero sus compañeros no podían aprovecharlo por adentro. Una gran jugada a la salida de un lateral, que comenzó Luengo y buscó a Rodríguez Rendón adentro, fue muy clara, porque el “rana” amagó a salir a la derecha, enganchó para la zurda y sacó el remate bajo que atajó Crespo dando rebote y Pennisi empujó en posición adelantada.
La visita no podía salir y se jugaba en los últimos 30 metros de la cancha. Crespo se empezaba a convertir en figura y ahogó el grito de Castillo tras una avivada de Rodríguez Rendón en un córner, se la dio rápido a Molina, el zurdo tiró un sombrero dentro del área y tocó atrás para el delantero que metió el derechazo, como venía, y exigió una gran respuesta del “uno”, muy tapado. Enseguida de esa jugada, en una segunda jugada, Valenzuela quedó enganchado atrás de todos y Ramiro Jorge en inmejorable posición, quiso tocar por encima de Crespo y se le fue por arriba. Después de hacer tantas para sus compañeros, Molina la hizo para él y sacó un zurdazo bajo que se perdió apenas afuera sobre el caño izquierdo.
El resultado era injusto, porque Alvarado merecía tener al menos dos goles más. Fue dueño absoluto de las acciones, tuvo profundidad y elaboró bien las jugadas para llegar al arco de Crespo. Pero el arquero se hizo gigante para dejar sin ángulo a Cortadi primero y tapar un cabezazo a quemarropa de Sendra que había ingresado por Castllo en el cierre.
En los minutos finales, nada cambió. Un “torito” que no se conformaba e iba a dejar hasta lo último por llegar al segundo y un Deportivo Roca que se aferró cada vez más a la derrota mínima y se llevó un premio demasiado grande, que tendrá que saber aprovechar en su casa, ante un Alvarado que no irá a especular y querrá ratificar todo lo bueno que hizo en el Minella para volverse con la clasificación a la segunda etapa de playoffs.

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