Sergio Gómez era socio de la Cooperativa Portuarios. Se golpeó con una linga de cajones. Siguió trabajando pero se descompuso a las pocas horas. Murió a los 6 días. El SUPA pidió mayores controles.
Gómez era un estibador de la Cooperativa Portuarios, una de las empresas de servicios habilitadas por el Consorcio. Estaba cumpliendo su jornada laboral como pesador en el turno noche, cuando una linga de cajones, movida por el guinche, lo golpeó en la espalda y la cabeza, mientras descargaban un barco.
Eran las 3:35 de la mañana y Sergio Gómez no acudió al seguro de la ART; tampoco le dio importancia al golpe. Solo le dolía un poco el codo. A sus 60 años no era la primera vez que sufría un accidente laboral. Siguió trabajando en el muelle pese al dolor y completó el turno, acompañado de su hijo, también llamado Sergio y también estibador en la misma cooperativa.
Sergio Gómez llegó a su casa, tomó un analgésico y se recostó esperando que se le pasara. Pero los dolores, lejos de disminuir, se acentuaron. Hasta que se descompuso, horas después. Lo encontró su señora, desvanecido. Con el auxilio de familiares, lo trasladaron al Hospital General de Agudos “Oscar Alende”.
A Sergio Gómez le detectaron un coágulo en el cerebro y fue sometido a una intervención quirúrgica. Tuvo un sangrado y fue operado dos veces más para procurar frenar la hemorragia.
Todos los intentos fueron en vano. Falleció el 6 de febrero en una de las camas del centro sanitario provincial. El accidente había ocurrió el pasado 31 de enero, pero REVISTA PUERTO tomó conocimiento días pasados.
Este medio pudo reconstruir los hechos en base a la denuncia que formulara el hijo de Gómez en la delegación local de la Prefectura Naval Argentina, luego del fallecimiento del estibador. En la fuerza abrieron un expediente y se giró a la Unidad Fiscal de Investigaciones. Interviene el fiscal Alejandro Pellegrinelli.
De acuerdo al testimonio del denunciante, Sergio Gómez no presentaba un óptimo estado de salud. “Ya había sufrido un accidente cerebrovascular”, contó su hijo.
Ahora los investigadores están tratando de establecer si dichos antecedentes pudieron tener prevalencia más allá del golpe, en el deceso posterior. “Los testigos coinciden en señalar que el golpe con los cajones existió”, reportaron desde la Fuerza.
En el padrón de la estiba que divulga el Consorcio Portuario en su sitio web aparecen dos trabajadores llamados Sergio Gómez, pero a juzgar por el número de CUIT, ninguno corresponde a una persona de 60 años. “Estaba jubilado”, contó un estibador a este medio.
A raíz del accidente y muerte del estibador, desde el Sindicato Único de Portuarios Argentinos (SUPA) mantuvieron una reunión con las autoridades del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata.
“Necesitamos que haya mayores controles en el muelle para que esto que le pasó al compañero no vuelva a ocurrir”, contó Carlos Mezzamico, secretario General del gremio, que estuvo acompañado por Sergio Arista, de SMATA, en representación de la CGT.
“Se desarrollan múltiples actividades mientras se descarga un barco, se tiran cables, se hace combustible y víveres, trabajos a bordo. Pedimos más control para prevenir estos hechos. Estamos por comenzar la zafra de calamar y no queremos que se repita”, reiteró el dirigente.
Según lo dicho por Mezzamico, desde el Consorcio Portuario se comprometieron a convocar a una mesa de trabajo donde estén representados todos los sectores y así poder mejorar el movimiento en los muelles para evitar nuevos accidentes.
Este medio intentó conocer la opinión de las autoridades de la cooperativa en la que trabajaba el estibador fallecido, pero allegados a la ESPES explicaron que por ahora no formularían declaraciones. El mismo silencio exhibieron las autoridades del Consorcio Portuario.
Roberto Garrone
Revista Puerto
