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Miguel Barreiro, el tapicero que se convirtió en héroe sin pretenderlo

img_d-18903Es uno de los testigos presenciales de la violenta colisión que produjo Eduardo “Lalo” Ramos sobre la ruta 226, a gran velocidad y en estado de ebriedad el 29 de marzo de 2014. Un humilde trabajador balcarceño, de profesión tapicero, que a los 54 años Dios lo colocó delante del menor Thiago Joel Franco, no solo para salvarle la vida, sino para convertirse en “héroe sin pretenderlo”.

Barreiro, quien declarará en la causa por lo acontecido en el accidente, además fue quien le realizó los primeros auxilios al pequeño herido, devolviéndole la vida en un claro momento de lucidez, ante una escena desgarradora.

El día del accidente Miguel viajaba junto a sus hermanos Jorge y Alejandro a la ciudad de Mar del Plata donde estaba internada su madre. Alrededor de las 16.30, a la altura de Santa Paula sintieron el fugaz paso de un Mercedes Benz al que solo alcanzaron a ver cuándo 60 metros más adelante, impactó de lleno contra un Chevrolet Corsa, en el que viajaba un matrimonio y dos menores.  “Yo iba atrás sentando, en el medio de mis dos hermanos que venían adelante, y vi el accidente, vi cómo se destrozaba ese auto, es una cosa que no me la voy a olvidar nunca. El Corsa que chocó Ramos salía de Santa Paula y ya iba derecho en la ruta, adelante nuestro, cuando lo impacta desde atrás. El auto empieza a dar vueltas, como un trompo, como un remolino arriba del Corsa y se fue desplazando hasta caer en la zanja al lado de la ruta. Salí corriendo hacia el auto Mercedes que había quedado calzado en una zanja ancha. Había un solo hombre, le pongo las dos manos en el pecho porque la ventanilla estaba baja y le pregunto “¿cómo estás?, ¿te duele algo?, ¿cómo te sentís?” y el tipo así medio mareado me dice  de mala manera; “no me toques, no me toques, a mí dejame, estoy bien, no me toques!” Me sorprendí, le pregunté de nuevo cómo estaba y le dije “está bien pero bajate del auto porque se está llenando de humo”.

Acto seguido agregó que “abrí la puerta y lo ayude a bajar del auto, para que no se cayera en la zanja. “A mí no me toques, a mí no me toques” me gritaba el tipo. En eso llega mi hermano Jorge y me dice “Es Lalo Ramos”. Le contesté lo primero que me salió; “qué se yo quién es, está medio loco, no quiere que lo ayude” y me fui”, contó Miguel y añadió que luego de ese breve contacto con el corredor de TC corrió hasta el otro auto accidentando. “Llegue corriendo y vi una chica arrodillada al lado del auto gritando y una persona que arrastraba a otra de espaldas. Era un chico de 5 años. La chica gritaba “me mataron a mi hijo”. Fue un momento en el que sentí algo raro, fue como un silencio, algo en cámara lenta, como que entré en un instante de inconciencia. Miré al nenito que estaba tirado en el suelo, lleno de sangre, me arrodillé, le acomodé la cabecita, le tomé el pulso en la mano, y le hice respiración boca a boca, no sé la cantidad de veces, hasta que largó una bocanada de sangre. Lo único que se me ocurrió hacer fue gritar: “¡está vivo, está vivo!”. Lo levanté y se lo di a una persona, familiares creo, y lo llevaron a la sala de Santa Paula. La mamá del nene estaba como desmayada, la reanimé, llegó una hermana y se abrazaron. Mi hermano todavía hoy me dice que a “Lalo” Ramos no lo linchó la gente porque él habló y los calmó. Recuerdo que al mismo tiempo otro auto paró y el conductor lo quiso trompear a Ramos por haberlo pasado a altísima velocidad”.

Hoy me dicen que le salvé la vida al nene, pero yo digo que fue una casualidad, que teníamos que estar ahí en ese momento. Yo viví mi parte, mi hermano Jorge vivió la suya, esto fue todo un milagro y no te olvidas. Lo quería contar porque veo la situación que está pasando hoy la familia, con las audiencias suspendidas 3 ó 4 veces, el tipo no se hizo cargo de nada, y hasta me enteré que en la última audiencia el tipo dice que yo no lo ayudé, dice que en las fotos de un diario él sale con un policía, son mentiras, eso fue después que la policía lo acompaña al auto para retirar algo, el primero que lo vio en el auto fui yo y sino que me lo desmienta de frente, estoy esperando el llamado para ir a declarar en el juicio”, sentenció Miguel.

Finalmente Barreiro concluyó: “me molesta mucho todo lo que está pasando alrededor porque el tipo no se hizo cargo, y dice que son todas mentiras. Nunca se acercó a la familia, nunca tuvo un poco de humanidad y está negando todo. Además está todo claro, el tipo se pensó que iba a zafar una vez más”.

Fuente: La Vanguardia Balcarce – Adaptado por Mdphoy

Foto: La Vanguardia

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