El Funchal, de la naviera Maersk, llegó para llevarse unos tachos que había dejado colgados Maruba, en su vínculo con la estación marítima local, tan efímero como ruinoso para su endeble economía.
La nacional Maruba no vuelve más. Había valor estratégico para oficiar de feeder entre Mar del Plata y Santos, si existía rentabilidad. Sin ganancias, el servicio a la patria, a la importancia de lo nacional y bla, bla, bla, fueron palabras que en apenas tres viajes, prolijamente alimentaron el cesto de residuos. El desvencijado Aconcagua se fue al litoral para alimentarse de soja. El pescado marplatense lo dejó anémico.
Maersk y Hamburg, que pegaron el portazo a principios de año, reiteran las promesas de un regreso inminente. Pero los días pasan como los barcos de ambas navieras frente a las costas de la ciudad, en su derrotero por los puertos patagónicos y no entran. En el puerto los esperan ansiosos más de 200 estibadores que han visto resentir sus salarios y sufren el mal de ausencia.
Y eso que algunas cosas han cambiado desde su salida de la ruta para abrazar la fruta fina del Alto Valle. Ya no hay más conflictos entre el SOMU y las cámaras pesqueras debido al flamante convenio colectivo de trabajo, por lo que se descartan medidas de fuerza que impidan cargar los contenedores y compliquen la logística.
También la draga Mendoza ha encontrado un regular ritmo de trabajo y según las últimas batimetrías que se despliegan en los despachos del Consorcio Portuario, la enfilación 216 donde se dibuja el canal alternativo al puerto ya muestra el avance del dragado. La semana pasada se anunció una profundidad de 9,5 metros, una medida que hace mucho no se tenía en el puerto local.
Sin transporte marítimo, la (poca) carga pesquera que alimenta las bodegas de los buques portacontenedores se traslada por camión hasta el puerto capitalino, desde donde sale rumbo a sus mercados internacionales. Muchas veces por las mismas navieras que pasan de largo por Mar del Plata.
Da la sensación de que al puerto local siempre le faltan cinco para el peso. Cuando tiene el servicio de contenedores, con presencia semanal, no tiene profundidad suficiente o muestra reclamos laborales. En ambos casos el resultado era idéntico para las navieras: entorpecimiento de su logística. Y cuando tiene mayor calado y paz social con el SOMU, no tiene el servicio de buques.
“No sabemos qué pensar”, reconoce Emilio Bustamante, presidente de la UTE Terminal de Contenedores 2, que opera con Hamburg en Mar del Plata y está integrada por distintas cooperativas de estibaje. El año pasado la naviera estuvo 7 meses sin venir a Mar del Plata. Este año todavía no han recibido ningún buque de la compañía. “Están enganchados con la crisis en Europa”, supone Bustamante, al tiempo que reconoce que están en conversaciones con otras navieras para atraerlas al puerto local. Una de ellas es CMA, de origen francés.
La ausencia del servicio a domicilio no parece preocupar a nadie más que los estibadores. Las empresas pesqueras se han mantenido en un llamativo silencio que contrasta con lo que sucedió a principios de año, cuando conocieron que las navieras habían decidido no entrar más a Mar del Plata.
Ya no hay nada que “entorpezca” y “encarezca” la logística de exportaciones del principal puerto pesquero de la Argentina, como dijeron en un comunicado conjunto el CEPA, CAIPA y la CAABPA. También parece que el servicio de buques portacontenedores dejó de ser “vital para el proceso productivo y de comercialización” de la pesca. “Han transformado a la pesca y a otras industrias en rehenes de sus decisiones”, acusaron.
Hace 45 días -más el fiasco de Maruba- que las cámaras “son rehenes” pero no hay comunicados conjuntos.
“No es cierto… están preocupadas. En cuanto aumente la producción, saben que no hay logística suficiente por la Ruta 2”, responde Bustamante. El miembro del Directorio del Consorcio no sabe cuándo aumentará la demanda de cargas.
Entre tanto, el presidente del Consorcio Portuario no parece hacer mucho para recuperar el servicio de portacontenedores. La comisión multisectorial que formó para fomentar el nivel de carga desde este puerto y que el propio Eduardo Tomás Pezzati preside, no parece otra cosa que un empeñoso artificio de necesidad incierta. No hubo avances desde su reunión bautismal.
Pezzati parece preocupado por otros temas, que desvelan a la comunidad marplatense por su importancia e urgencia.
Encomendó que el intendente municipal cree la Comisión Pro-Encuentro Internacional de Grandes Veleros 2016, con motivo del Bicentenario de la Independencia Argentina.
En su rol de concejal estándar presentó un proyecto de ordenanza con el fin de que se declare de interés del Concejo Deliberante la realización del Foro Iberoamericano de Alcaldes, que se llevará adelante el 15 y 16 de octubre próximo.
Mientras tanto, el puerto marplatense suma días de ayuno de buques portacontenedores.
(Fuente: Roberto Garrone, para Revista Puerto)
que no sean tan chantas y dejen de hacer pantalla politicas como cuando entro maruba en febrero y estaban todos en la foto ,que se pongan las pilas que hay mucha gente sin trabajo, que no le pongan mas palos en las ruedas a las empresas portacontenedores y las dejen operar de una vez por todas.
bassssssssssta de cuuuuurrraaar muchachos.