Zonal

Manifestantes agredieron con sillazos al hermano de Ricardo Echegaray

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El jefe de la Aduana de Necochea se la vio venir. Había visto a los manifestantes en la calle por la ventana y pronto los oyó en la sala de espera. Cierto es que no tenían cita, le habían pedido una audiencia y cuando pasó una hora y media sin obtener respuesta, muy exaltados, los hombres subieron. Los gritos intimidaban y la puerta trepidaba con cada golpe que recibía. Por eso le había calzado un par de sillones por dentro, en un fallido intento para impedirles el paso: enseguida, forcejeando y a los golpes, gremialistas y trabajadores portuarios irrumpieron en la oficina del director, Marcelo Echegaray, hermano del titular de la AFIP, que terminó en medio de un tumulto en el que hubo trompadas y volaron algunas sillas.

Echegaray, como administrador de Aduanas, no le había otorgado permiso para operar en el puerto de Quequén a la draga que había llegado para desobstruir el canal de acceso, bloqueado luego de una fuerte sudestada. Por el escaso calado los grandes buques no podían operar en Quequén y navegaban hasta el puerto de Bahía Blanca. La draga “Hang Jun”, un barco chino, había llegado, pero la UTE (Unión Transitoria de Empresas) que la había traído no había completado los trámites de importación temporaria.

El subdirector de Aduanas del Interior, Eduardo Balceda, dijo a los medios locales que la empresa que llevó la draga no estaba inscripta como importador ni exportador. “No cumple con la ley”, sostuvo.

Los gremios portuarios y otros ligados a la actividad cerealera vieron la draga anclada en el puerto sin operar durante ocho días. “Nosotros lo que queremos es trabajar, entendemos que hay trámites que se deben cumplir, pero también que los trabajadores tienen que llevar algo a su casa. Seis barcos se fueron”, explicó a Clarín el secretario general de Urgara (recibidores de granos), Juan Carlos Peralta.

El lunes en la mañana se vivieron momentos de mucha tensión en la esquina de 55 y 60, en el centro de Necochea. Allí está el edificio de la Aduana, frente a un colegio secundario. Los trabajadores quemaron cubiertas en la calle y pidieron una reunión con Marcelo Echegaray. “Yo me enteré ahí que era el hermano de Ricardo Echegaray”, dijo Peralta. Los gremios y medios locales hablan de un funcionario de perfil bajo, que desembarcó allí hace aproximadamente un año.

En su despacho, al funcionario lo acompañaban dos colaboradores y un agente de la Policía Federal. Para franquear la entrada de la oficina, los trabajadores agredieron a uno de ellos. Lejos de la descripción que intentó dar el líder de uno de los gremios (“Se cayó un cuadrito”, minimizó), adentro fue un escándalo. Hubo forcejeos, insultos y golpes y en un momento volaron un par de sillas giratorias. Se calmaron los ánimos cuando llegó el titular del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Martín Caraffo. Luego hubo una reunión y a las siete de la mañana siguiente, ahora con un permiso temporario, la draga comenzó a operar y también los primeros buques cargueros de toneladas de cebada, soja y girasol que estaban a la espera fondeados en la rada.

Clarín

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