Facundo Manes se niega a ir a una interna con Gerardo Morales y asegura que va directo a la primaria como candidato a presidente del radicalismo. El neurocientífico teme una intromisión de los peronistas aliados al gobernador de Jujuy en una eventual interna.
Manes sostiene a su grupo de confianza que no puede aceptar una interna abierta con Morales aunque sí está dispuesto a una interna cerrada, una jugada que no logra consenso en el radicalismo.
La decisión que persiste en el diputado es ir directo a la primaria como candidato a presidente. No está dispuesto a bajarse de esa pelea. No está dispuesto a ser ni candidato a senador nacional por la provincia, ni candidato a gobernador.
Curioso: este miércoles, durante la asunción de autoridades en el Comité de La Plata, el gobernador de Jujuy no dudó en postular a Manes como candidato a gobernador bonaerense. “Estaría bueno que fuera candidato acá en Buenos Aires y revolvamos la cuestión”, dijo.
Manes sostiene a los suyos que tiene el respaldo del presidente del Comité Provincia, Maximiliano Abad, y agrega que el radicalismo bonaerense representa el 40% del total nacional. Para el diputado, el partido en la provincia es el aparato que lo llevará a la presidencia.
Además asegura que su candidatura a la presidencia es una continuidad de lo que se empezó a gestar con Ernesto Sánz el año pasado.
Desde su entorno le bajan el tono al poderío del gobernador del norte. Dicen que el mendocino Alfredo Cornejo no es parte de su esquema y que tampoco lo es Gustavo Váldes. LPO había adelantado que el gobernador de Corrientes se reunió con Horacio Rodríguez Larreta a quien le mostró su armado político y amenaza con pelearle a Morales su liderazgo.
La estrategia de Manes es seguir trabajando para instalarse como candidato. Eso implica recorrer los distintos puntos del país al menos hasta el mes de abril. Recién entonces resolver una estrategia final.
Respecto del PRO, el diputado choca con Mauricio Macri y con Patricia Bullrich. No tanto con Rodríguez Larreta. Sostiene que su modelo es el de Raúl Alfonsín y está decidido a generar una expectativa de cambio similar a la que generó el ex presidente en 1983.
A su entorno le asegura que el país está estancado por la política y puntualmente por la grieta, pero no por la economía. Dice que si se logra despejar las mezquindades políticas, las riquezas del país le permiten triplicar las exportaciones a corto plazo, generando diez años de bonanza económica. Habla de la potencialidad en minería, puntualmente litio; de Vaca Muerta y de la industria del conocimiento.
largo plazo proyecta una fuerte inversión en investigación, ciencia y desarrollo. Su idea es evitar lo que le sucedió a la Generación del 80, que pasó de tener economías poderosas a una situación de crisis en pocos años. Es que tanto el gas, el petróleo y el litio no dejan de ser materias primas.
Por eso, su plan es avanzar a mediano y largo plazo con una fuerte inyección de recursos en ciencia y tecnología. En su mesa chica explican que Australia invierte unos cinco puntos del PBI en ese rubro. Mientras en Argentina la inversión es del 0,5%.
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