Zonal

Lunghi inició su quinto mandato: todo “Marca Tandil”

El inicio del quinto mandato del médico Miguel Lunghi, como intendente de Tandil ratificó que dejará la vara alta en la ciudad serrana, ya que su intención es ubicarla en 2023 en el primer lugar de las ciudades intermedias del país.

¿Cómo no empezar este discurso expresando mi absoluta gratitud al pueblo de Tandil que me ha dado este reconocimiento conmovedor, al ungirme por quinto mandato consecutivo como intendente de la ciudad a través del testimonio de las urnas? ¿Cómo no sentir el peso de una grandísima responsabilidad ante aquellos que votaron nuestro proyecto político y sobre todo ante aquellos que no nos eligieron?

En la génesis de nuestra esencia e identidad, Tandil es uno solo y siempre he trabajado bajo ese precepto fundamental. Es una consigna política, es un sentimiento y es también un concepto ideológico. Soy, como tantos, el hijo de una generación de hombres y mujeres que primero fueron entusiastas vecinos y después hacedores políticos. Y celebro el legado de aquellos anónimos trabajadores y emprendedores de la actividad privada que hicieron del localismo, de la energía de las vecindades activas, las grandes epopeyas que nos dieron el rostro de la ciudad del siglo veinte: la cultura del trabajo de los inmigrantes, la creación de la Usina, de la Universidad, de la industria metalúrgica, entre otras.

De la mano de aquel localismo como sujeto hacedor de aquellos liderazgos que pusieron a Tandil siempre por delante de cualquier cuestión partidaria menor, entramos todos juntos en la vorágine del siglo veintiuno, que es el siglo de la globalización, de la integración, de la mixtura entre localismo y globalidad.

 

Y acá estamos, orgullosos de que la “Marca Tandil” se haya convertido  en lo que es: una ciudad que acaba de ser distinguida en la cumbre de Mercociudades realizada en Paraguay al nominarla por unanimidad como sede de la red de ciudades del Mercosur del año 2020.

Y he aquí nuestra excepcionalidad: no somos una metrópoli imponente ni una capital de provincia; somos una ciudad de rango intermedio, y esta distinción confirma el máximo anhelo con que hoy juro mi compromiso como intendente del Bicentenario: trabajar para que Tandil rubrique la categoría de ser la mejor ciudad intermedia de la República Argentina. En esa misma línea también debe considerarse la entrega del Premio Nacional a la Calidad Municipal 2019 que organiza el Estado Nacional y para el que Tandil fue seleccionado como ganadora en la categoría 2, de Municipios medianos entre 50 mil y 150 mil habitantes.

El hito histórico conseguido en Paraguay –como consecuencia de la decisión política de continuar en este foro- nos llena de orgullo porque no lo logró ni un intendente iluminado ni un gobierno circunstancial: es un acontecimiento forjado por todos los estamentos de la comunidad, por su tradición emprendedora, por su progresista sentido de la asociatividad entre los sectores público y privado, y por las 140 mil almas que están enamoradas de Tandil, que la honran con su trabajo, y que entendieron a la perfección aquel proverbio que decía que la mejor manera de empezar a cambiar el mundo es ponerte a trabajar en la manzana de tu casa.

Modestamente, creo que he seguido esta máxima desde hace 16 años, incluso también durante todo mi vida como médico pediatra. Hacer del trabajo por mis vecinos un credo de fe, una forma de vida y un compromiso con todos los tandilenses, pero muy especialmente con quienes más necesitan de la mano del Estado en cuestiones que debe resolver el Estado.

De allí entonces que hoy Tandil sea un modelo de salud pública. Podría atosigarlos con cifras ejemplares, pero voy a remitirme sólo a dos: tenemos el cero por ciento de mortalidad materna y apenas el 6,8% sobre 1.000 de mortalidad infantil.

A nadie le falta un medicamento cuando entra a cualquiera de nuestros cinco hospitales públicos, a los 14 centros de salud, a las cinco salas de primeros auxilios, y son 1.080 trabajadores los que se desempeñan en el Sistema Integrado de Salud Pública.

No hay tandilenses de primera ni de segunda en ningún aspecto, pero sobre todo a la hora de la defensa de lo más sagrado, que es la salud. Y tal como lo sentí desde el primer minuto de gestión, allá por diciembre de 2003, me sigue doliendo la injusticia. Contra ella trabajo, a sabiendas de que aunque tengamos los mejores indicadores en servicios básicos como agua potable, cloacas y gas, nos queda todavía un camino por recorrer en la conquista de un ideal político que llevo en mi mochila de militante e intendente: luchar sin aliento y sin un segundo de tregua por la igualdad.

No hay satisfacción más grande para este intendente que entregarse al otro, que resolver un problema, y aprender a convivir en el difícil equilibro para que lo urgente no nos tape lo importante.

Leí hace días un pensamiento de un escritor francés que decía que el futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen. Eso es exactamente lo que pienso. El futuro, como construcción productiva, ambiental, social, urbana, edilicia y cultural, está en nuestras manos. Es aquí y ahora. El futuro ya empezó. Lo estamos haciendo en silencio y con pasos firmes entre todos, por ejemplo, desde la firma del Acuerdo del Bicentenario entre el Municipio y la Universidad Nacional del Centro, que contiene a más de 80 instituciones, las cuales se encuentran trabajando en los grandes temas de la ciudad hacia el 2023.

Como fruto directo de las gestiones del Acuerdo del Bicentenario hoy son una realidad los Circuitos Electorales que acercaron a los vecinos a su lugar de votación, la Agencia de Inversiones, la forestación de 10.000 árboles desde aquí al 2023, los clústers queseros y cerveceros, y la recuperación del Teatro Cervantes, donde acabamos de concretar la primera licitación, que ganó la Cooperativa Falucho, para comenzar las obras más urgentes.

El futuro está aquí, en la capacidad de articular políticas entre las instituciones para la producción, la creación de fuentes de trabajo y el desarrollo. De esa conjunción de acciones entre el Municipio de Tandil, la Cámara Empresaria, el Ente Administrador del Área Parque Industrial  y la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Tandil nació un acuerdo de colaboración para avanzar en la instalación de una Zona Primaria Aduanera en el Parque Industrial de la ciudad.

Necesitamos trabajar fuertemente en la agenda de inversiones: actualmente 75 empresas importan y 35 exportan. Debemos revertir esa tendencia. Nos urge –y vamos camino a ello- concretar el Polo Logístico. Tenemos la tierra y contamos con los recursos para comenzar a gestionar esta obra de condición imperiosa para la ciudad.

Con el concepto de que cultura es también sinónimo de conocimiento, de herramientas de formación para el mundo del trabajo, a la creación de la Escuela de Idiomas y la sede propia de la Escuela de Teatro vamos a sumarle el nuevo Espacio para el desarrollo de habilidades y conocimientos en tecnología. Para ello convocaremos a la CEPIT para construir juntos un espacio pensado para el aprendizaje, la innovación, la producción y el desarrollo personal. Vamos a promover entonces el autoempleo para emprendedores y vecinos en general, para que a través de oficios y herramientas tecnológicas puedan actualizarse e incorporarse en el mundo laboral actual. Dentro de este espacio tecnológico se brindarán cursos, capacitaciones, seminarios y charlas para niños, jóvenes y adultos.

También con los recursos del Fondo Educativo, como lo hicimos durante este año con intervenciones en más de 30 establecimientos y la inauguración de nuevos edificios para distintos niveles,  continuaremos con el mejoramiento en infraestructura de todas las escuelas provinciales del distrito. El deporte social y la ayuda a los clubes son acciones centrales por todo lo que sabemos que el deporte significa como actividad inclusiva y sostenedora de valores y principios como el compañerismo, la amistad y la solidaridad del conjunto por sobre el individuo.

Del mismo modo vamos a continuar con el programa PASE y con programas sociales que cubren problemáticas severas, entre los que quiero destacar el programa Titán 1 y próximamente el Titán 2, que sostienen las necesidades básicas de los bebés de las madres en estado de vulnerabilidad. En materia de seguridad durante el año 2020 inauguraremos el edificio del Centro de Monitoreo de calle Belgrano que actualmente se encuentra en plena construcción.

El futuro se hace con todos y en este sentido tengan la plena certidumbre de que así como seguiré recorriendo cada lugar de la ciudad, cada club, cada escuela, cada centro comunitario, cada barrio, cada iglesia, las casas de los vecinos que me reciben como un viejo conocido, también seguiré teniendo un despacho de puertas abiertas con mentes abiertas.

Invito desde aquí a las fuerzas políticas que hoy asumen las responsabilidades que les dio el pueblo a pensar en grande porque hay al menos tres desafíos fundamentales por delante como políticas de Estado: construir la gobernanza del Tandil de la posmodernidad, a tono con hacerle más fácil la vida al contribuyente; realizar las grandes obras de infraestructura que nos faltan; y cuidar la identidad de nuestra ciudad, su patrimonio, su calidad ambiental y su modo de viva, su seguridad, su orden y su tranquilidad, lo cual representa la conquista de un equilibrio entre lo local y lo global, sostener la armonía de ir hacia el crecimiento sin dañar nuestros activos intangibles más importantes.

Estamos caminando sobre 2500 millones de años geológicos, que es la edad que tienen nuestras sierras. Son ellas quienes abrazan nuestro valle y las que desde siempre nos confieren historia, pertenencia y belleza propias.

Finalmente, si se me permite una breve digresión personal, quiero contarles de una carta que llegó hace unos quince días a la Secretaría Privada. Era un vecino que reclamaba unos arreglos y unos juegos para la plaza de su barrio y me contaba la idea de plantar un árbol. No lo conocía. Lo fui a ver cuando volvimos de Paraguay. Pedro se llama este hombre. Y lo encontré en la placita con su pala y su pequeño árbol. Y pensé en ese momento, y se lo dije, la trascendencia de lo que significaba ese hecho que al otro día no iba a salir en ningún diario porque no parece una noticia. Plantar un árbol. Es decir, sembrar en la tierra eso que dentro de cincuenta años, cuando muchos de nosotros ya no estemos aquí, le regalará la sombra reparadora a los tandilenses del porvenir.

Eso para mí sigue siendo la sustancia, lo más importante, del acto de gobernar nuestra querida ciudad. Dejarle a las nuevas generaciones una ciudad mejor a la que encontramos.

Deja un comentario