Complicado: el ex gobernador y candidato a presidente suma denuncias.
El color naranja invadía las pantallas de celulares, tablets y computadoras de los argentinos. El nombre “Daniel Scioli” coronaba la escenografía de la mayoría de los portales de información online del país. Sin excepción, los denominados “medios grandes” tenían sus portadas invadidas por una monocromía que hacía sospechar a los lectores de haber caído en un repentino daltonismo: todo a su vista era anaranjado.
La pauta erogada por el estado bonaerense fue “in crescendo” anualmente, hasta batir récords en 2015, año en el que Daniel Scioli soñaba con suceder a Cristina Fernández de Kirchner en el sillón de Rivadavia. Mientras tanto, y de manera proporcionalmente inversa, se movían las denuncias en su contra: a mayor pauta, menores críticas recibía en los medios de comunicación.
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No fue magia. En 2015, Scioli se blindó al aumentar en un 40% la pauta estatal con respecto al 2014. Según denunció en un informe publicado en Nexofin Walter Martello, ex diputado provincial e integrante de la comisión de Presupuesto e Impuestos de Legislatura, las partidas presupuestarias del año pasado sumaban gastos publicitarios del orden de los $ 663.241.198 en Provincia de Buenos Aires. Esto, sin contar la pauta que el Banco Provincia y el Grupo Bapro repartían a raudales.
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Sin embargo, ya sin caja estatal, las denuncias contra el ex gobernador -que desde este y otros pocos portales nunca dejaron de publicarse-, comenzaron a retomar vuelo mediático. Su derrota en las urnas lo dejó sin bolsa estatal y con deudas millonarias con los medios de comunicación por pautas impagas. De la noche a la mañana, Scioli se transformó en un blanco fácil.
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Así surgió este domingo un elaborado informe en “La Cornisa”, en el que el periodista Luis Majul presentó documentos oficiales que demuestran retiros por hasta 20 mil millones de pesos en efectivo de cuentas públicas durante la campaña electoral. Para tomar dimensión del caudal de dinero, basta con aclarar que se trata de un 10% del total del presupuesto anual que manejó la provincia de Buenos Aires en 2015.
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A raíz de esto, el fiscal Álvaro Garganta investiga al ex gobernador bonaerense por lavado de dinero, fraude a la administración pública e incumplimiento de los deberes de funcionario público por el retiro de dinero del Tesoro provincial y del Banco Provincia en época electoral. La documentación respaldatoria de esos pagos millonarios sería inconsistente, según comentaron en el programa de televisión, citando fuentes judiciales. En este sentido, el fiscal encontró facturas que no contenían detalles en el rubro “Concepto”, con cifras redondas, falsos eventos organizados y sobrefacturaciones.
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El cambio de nombres en el Ejecutivo Nacional pareciera haber alentado a jueces y fiscales a impulsar investigaciones que hasta la salida del kirchnerismo se mantenían sin avances. En el caso de Scioli, los medios de comunicación jugaron un rol clave para que el “statu quo” no se quebrara, a pesar de la lluvia de sospechas por desmanejos financieros que caían sobre el ex jefe provincial y que eran denunciadas a diario en este portal. Ahora, sin pauta política de por medio, los diarios y los programas de investigación comenzaron a correr el telón que tapaba la corrupción que ellos habían colaborado en mantener en las sombras.