La autopsia practicada a Benjamín, el niño de dos años asesinado en Ostende, el pasado lunes, determinó que su muerte se produjo por traumatismos de base de cráneo con pérdida de masa encefálica.
Asimismo, los estudios realizados en la Asesoría Pericial de La Plata confirmaron que las mutilaciones que presentaba el cuerpo se generaron post mortem y que se tratan de mordeduras de perros, según informó la señal de cable C5N.
A pesar de que los principales sospechosos al comienzo eran los padres, solamente Claudia Ayala, la madre del menor, quedó detenida, mientras que su pareja (quien negó ser el papá de la víctima) ya quedó en libertad.
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La mamá de Benjamín, se negó a declarar ante el fiscal a cargo de la investigación, Juan Pablo Calderón, y las sospechas sobre ella se incrementan cada vez más.
El fiscal ya tiene en su poder el informe de la autopsia, que reveló que el chico murió producto de un fuerte golpe en la nuca. Esto contradice rotundamente la versión de Ayala, quien aseguró que lo asfixió Leonardo Aguilera, el hombre que estuvo detenido solo una noche.
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Asimismo, Aguilera, que está liberado tras constatarse que no estuvo en la localidad balnearia durante el fin de semana de la muerte de Benjamín, asegura que no tiene una relación con Ayala y que el niño no sería su hijo.
