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La inflación de enero apunta a ser la más alta en dos décadas

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Con los últimos ajustes tarifarios y las subas en los combustibles, el piso ya está en el 3,5%. Desde 1991 la inflación para ese mes no superaba los tres puntos. Proyecciones se acercan al 40% anual.

Por los aumentos del 66% en el boleto del colectivo, del 12% en los pasajes de avión de cabotaje, del 35% en los peajes a la costa atlántica y de entre el 7 y 10% de los combustibles, la inflación de enero en Capital y el Gran Buenos Aires ya tiene asegurado un piso del 3,5%. Sería la inflación mensual, para enero, más alta desde 1991, cuando todavía no regía la convertibilidad, que arrancó tres meses después.

La proyección de la inflación de enero la realizó Graciela Bevaqua, ex directora del área precios el INDEC. A una cifra similar arribó el economista Nicolás Dujovne. Por su lado, Carlos Melconián estimó que en diciembre los precios subieron 4%, y quedaría un “efecto arrastre” alto para enero.

Así, si los precios del resto de los bienes y servicios no tuvieran ninguna variación, el IPC de este mes arrojaría un incremento de esa magnitud. Claro que se descarta que los demás precios no se muevan. Por eso habrá que sumar los restantes aumentos, en especial en los alimentos y los vinculados al turismo que tienen mayores subas durante los meses de verano.

También el rubro funcionamiento y mantenimiento de autos pegaría un salto por los ajustes en las cuotas del seguro y en las reparaciones de los vehículos. Y las subas del 8/9% en las cuotas de las prepagas, que se repartieron entre diciembre y enero. En compensación habrá que restar los menores precios de indumentaria por las liquidaciones post-fiestas.

De las cifras del INDEC se desprende que el aumento del 66% en el transporte público automotor de pasajeros tiene una incidencia de casi 3 puntos en el IPC de Capital y GBA. Se calcula que el incremento en los combustibles, más las subas en la tarifa de los peajes y del transporte público de turismo agregarían otros 0,5 puntos.

Además, está el impacto indirecto sobre todos los precios del alza de los valores de las naftas que inciden en los costos del transporte de mercaderías. Y la incidencia del mayor ritmo de devaluación oficial del peso que impacta sobre los bienes e insumos importados y también sobre los precios internos de los alimentos que exporta la Argentina Con todo, la clave pasa por los alimentos y bebidas, el rubro que más pesa en el Índice de Precios, en especial entre los asalariados y sectores de menores recursos. Eso dependerá de lo que pase con el acuerdo de precios pero solo en forma parcial. En ese acuerdo solamente hay unos 200 artículos que se venden en los grandes supermercados. El grueso de los consumidores compra esos productos – en especial, carnes, frutas y verduras—en negocios y locales específicos, como panaderías y carnicerías, que no integran el acuerdo. Y habrá que computar los cambios en los precios de los miles de bienes y servicios que están fuera del acuerdo, que siguen con precios completamente libres.

Si bien aún no se conoce el IPC de diciembre, se calcula que bien medido no será inferior al 3% por lo que estima que 2013 habría cerrado con un alza promedio de entre el 29 y 32%, según las distintas mediciones no oficiales De modo que 2014 arranca con una inflación en ascenso con una suba interanual no menor al 50% respecto del 2,6% del IPC de igual mes de 2013. Hacia delante hay en carpeta nuevos aumentos, como el del subte, la suba del dólar oficial, la mayor frecuencia en los ajustes de precios de los combustibles y el impacto sobre los costos de producción y comercialización de los aumentos salariales que se acuerden en las paritarias. Si 2013 concluyó con un 29/32%, la proyección de este año se acerca al 40%.

Ismael Bermúdez

Fuente: Clarín

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