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La Iglesia de Mar del Plata cuenta con dos nuevos y muy jóvenes sacerdotes

Dos nuevos sacerdotes_2015_2Con gran alegría y mucha emoción, dos nuevos sacerdotes fueron consagrados de manos de monseñor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata, días atrás en la Iglesia Catedral de los Santos Pedro y Cecilia. Gastón Buono, de 26 años, y Juan Cruz Mennilli Caldararo, de 25 años, se consagraron para siempre a Dios, como sacerdotes de la Iglesia Católica. Buono será vicario parroquial de la Catedral y Mennilli Caldararo será vicario parroquial de la parroquia Santa María del Carmen de Necochea.

Monseñor Marino inició su homilía diciendo que era un día muy esperado “por ustedes, tan deseado por la diócesis y de un modo especial por mí”. Y añadió “por la sagrada ordenación que en breve recibirán, ustedes quedarán constituidos como pastores del ‘Rebaño de Dios’, donde Cristo, que es ‘el gran Pastor de las ovejas’ , se valdrá de ustedes para hacerse presente de un modo especial y ejercer su servicio de amor misericordioso entre las ovejas dispersas y heridas, o necesitadas de alimento”.

“Llevarán, por tanto, ante los fieles la viva representación sacramental de nuestro Salvador, el buen Pastor que dio su vida por las ovejas; el que vino para darles Vida en abundancia; el que las conoce por su nombre; el que aún teniendo cien ovejas en su rebaño, es capaz de dejar las noventa y nueve restantes para salir en busca de la oveja perdida; el que anhela conducir hacia su corral a muchas otras ovejas del mundo entero, a fin de que haya un solo Rebaño y un solo Pastor. Él es el modelo, y de hoy en adelante la vida de ustedes transcurrirá en el esfuerzo de imitarlo a Él y de servirlo apacentando su rebaño”, enumeró el obispo valiéndose de palabras del evangelio para marcar el camino que deben seguir los sacerdotes.

“Esto los obliga, por tanto, a salir de sí mismos para encontrar su identidad en Cristo, el Buen Pastor, y en el rebaño que Él les confía. Aquí encontrarán su paz y su gozo”, expresó monseñor Marino, y pidió, a los nuevos sacerdotes que en este año de la misericordia, se hagan eco de las palabras del papa Francisco “¡Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia!”.

 Por último, pidió a la Virgen, a pocos días de la Navidad “que la Reina y Madre de Misericordia los acompañe siempre con el poder de su intercesión, sobre todo en los momentos de prueba y oscuridad. Que ella los mantenga en la alegría del servicio hasta el final”.

Después de la homilía, llegó el momento más esperado de la celebración cuando a través del rito propio, fueron consagrados sacerdotes de manos de monseñor Antonio Marino. Todo el clero que concelebró la misa también recibió a los flamantes y jóvenes sacerdotes, a través de la imposición de las manos y el saludo de la paz.

Al finalizar, cientos de fieles se acercaron a saludar a los neo-sacerdotes, entre ellos muchos jóvenes que vivieron con mucha emoción y alegría la consagración de Gastón y de Juan Cruz. “Quiero la primer selfie con el padre”, se escuchó decir, de un amigo de ellos. Así entre las nuevas tecnologías, y la rapidez de los tiempos; las realidades humanas más difíciles que les tocarán vivir, la soledad de la vida sacerdotal; pero la confianza siempre puesta en Dios; estos nuevos curas, comenzarán a transitar el camino de la vida sacerdotal y el desafío cotidiano de ser “pastores con olor a oveja” como pide el papa Francisco.

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