Política

La firma falsa en el contrato del alquiler del departamento de Boudou, clave en la causa

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Cuando en 2012 se descubrió que Alejandro Vandenbroele, presidente de la misteriosa empresa The Old Fund que se quedó con Ciccone, vivió en el departamento del Amado Boudou, el vice armó una coartada.

Como debían sostener a toda costa que no había ninguna relación entre Boudou y Vandenbroele, dijeron que el abogado que desembarcó en Ciccone vivía de prestado en el departamento porque un amigo suyo se lo había alquilado a Boudou. Allí entró en escena Fabián Carosso Donatiello, abogado santafesino, que en los últimos años pisó muy pocas veces la Argentina. Vive en España. Y en los meses que supuestamente alquiló el departamento no anduvo mucho por aquí.

Teóricamente Boudou y Carosso Donatiello habían firmado un contrato entre ausentes. Uno en Buenos Aires y otro en Madrid. No hubo garante, algo que se establece en cualquier contrato de alquiler que se precie. En 2014, dos años después del inicio del escándalo de corrupción por el que ayer fue procesado Boudou, apareció una copia del contrato. La defensa de Boudou llevó al juzgado de Lijo, primero, el original del contrato firmado por él en Buenos Aires. Y luego una fotocopia del que supuestamente había firmado Carosso Donatiello en Madrid.

Según fuentes judiciales, Lijo mandó a peritar la firma inserta de Carosso Donatiello en aquella copia del contrato. En las últimas horas de la semana que terminó con el procesamiento de Boudou, llegó al juzgado de Lijo un informe del Cuerpo de Peritos Calígrafos de la Corte Suprema de Justicia que estableció que la firma de Carosso Donatiello es falsa. Se comparó aquella firma del contrato con otras varias del abogado que vive en España. Y el resultado fue preciso: la rúbrica era falsa.

En el procesamiento, el juez Lijo lo explicó así: “Amado Boudou afirmó que el departamento de su propiedad, sito en Juana Manso 740, piso 25, torre II, se lo alquiló a Fabián Carosso Donatiello a través de un contrato entre ausentes, debido a que Carosso se encontraba en España al momento de firmarlo. De hecho, Boudou sostuvo que el contacto con Carosso fue a través de (José María) Núñez Carmona, y dijo desconocer que Alejandro Vandenbroele había tenido alguna vinculación con el inmueble. Sin embargo, el supuesto contrato, aportado por Amado Boudou como prueba de sus dichos, tiene insertada una firma que, según el peritaje caligráfico ordenado por este juzgado, no corresponde a Carosso Donatiello. La firma apócrifa no sólo desacredita completamente la explicación brindada por Amado Boudou, sino que además agrega a la prueba que demuestra la intención de Amado Boudou y sus colaboradores de encubrir los hechos investigados, muchas veces a través de la comisión de otros delitos, como serían la falsificación de documento privado y la estafa procesal“.

Es decir que para Lijo la falsificación de la firma del contrato fue una maniobra de encubrimiento realizada por Boudou y sus allegados para intentar cubrir los rastros que ligan al vicepresidente con Vandenbroele. Ambos niegan conocerse.

En otro de los párrafos del procesamiento firmado por Lijo se vuelve a precisar que la coartada armada en derredor del departamento de Puerto Madero se fue descascarando, para desmoronarse definitivamente con el resultado del peritaje caligráfico.

El juez Lijo señaló que “Vandenbroele afirmó que su amigo residente en España, Fabián Carosso Donatiello, necesitaba alquilar un departamento, por lo que Vandenbroele le comentó eso a Núñez Carmona, quien luego se lo habría comentado a Amado Boudou, por lo que Amado Boudou y Carosso Donatiello firmaron, entre ausentes, el contrato de locación. Asimismo, Vandenbroele afirmó que puso el servicio de Cablevisión y Fibertel a su nombre para hacerle un favor a su amigo Carosso, que viajaba mucho; y admitió haber pernoctado ocasionalmente pero no haber vivido en dicho inmueble propiedad de Amado Boudou.

No obstante, la prueba obrante en el expediente indica no sólo que el contrato entre ausentes aportado ante este tribunal es apócrifo porque posee una firma falsamente atribuida a Carosso Donatiello, sino que se demostró que Vandenbroele, además de poner a su nombre los servicios de Cablevisión y Fibertel, pagó expensas desde su cuenta bancaria, se comunicó con el consorcio del edificio desde su cuenta de correo electrónico y ordenó comida por delivery“.

Para el juez Lijo, Boudou y sus allegados se quedaron con la imprenta Ciccone. Y para evitar que las pruebas ligaran al vice con quien moraba en su departamento, armaron la historia del inquilino lejano y ausente. La investigación judicial determinó que ese contrato tiene una firma falsa. Un indicio más -según lo que explicó Lijo- de la relación entre Boudou, su socio Núñez Carmona y quién actuó como un simple empleado de ellos cuando se quedaron con Ciccone: Vandenbroele.

Infobae

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