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La dura vida de Cardona: dormía en un colchón con su familia, cuidó a su madre y no resistió a las tentaciones

Edwin Cardona está en uno de los peores momentos de su carrera. El futbolista colombiano, que llegó a Racing como la gran incorporación en el último mercado de pases, casi no juega. Y lo que es peor: se esfuerza muy poco para volver a pisar una cancha de fútbol. En la semana en la que Fernando Gao lo había “indultado” y lo había hecho jugar unos minutos ante Atlético Tucumán, el futbolista colombiano fue detenido por conducir alcoholizado e hizo volar por los aires su tibia remontada.

Pero estos escándalos no son nuevos. Cardona es un jugador al que le gusta poco ser profesional y siempre está al límite. Se hizo lugar en el fútbol después de una infancia muy dificil y su talento lo llevó a jugar en los mejores equipos de América. Sin embargo, su mala conducta fuera de los campos de juego le jugaron en contra y su carrera va en declive.

Dura infancia

Cardona nació en 1992 y creció en el barrio Belén Buenavista, una comuna de Medellín, junto a sus padres y sus tres hermanos menores. Como no había plata para alquilar una casa, toda la familia vivía en una pieza y dormía en la misma cama. Seis personas en un colchón. Día tras día, su padre Andrés buscaba la manera de llevar un plato de comida a la mesa. Trabajó de albañil, barrendero, taxista y vendedor de frutas. También limpió autos y arregló heladeras y televisores.

Para alejarse de esa dura realidad, Edwin se refugió en el fútbol, el gran sueño de su vida, y dio sus primeros pasos en Campo Amor como parte del Pony Fútbol, un pequeño torneo donde las jóvenes promesas despliegan sus habilidades. Apenas paró la pelota y desparramó un par de chicos, Atlético Nacional puso los ojos en él y decidió sumarlo a sus divisiones inferiores.

Desde siempre supo que iba a ser futbolista y no desaprovechó la oportunidad del Verde Paisa, que le consiguió una casa en Antioquia para él y su familia. Durante largos meses fue a entrenar en bicicleta hasta el Atanasio Girardot. Una hora y media de pedaleo todas las jornadas, ida y vuelta. Los esfuerzos tuvieron su recompensa el 15 de febrero de 2009, cuando el técnico Luis Fernando Suárez lo hizo debutar en Primera División con los colores de Atlético Nacional.

Cuidó de su madre enferma

Cuando era niño, Cardona tuvo un rol fundamental para su familia ya que cuidó a su mamá que se había enfermado de cáncer.

“Edwin fue el más pendiente de mí, porque era el mayor y su padre se mantenía trabajando. Me acompañaba y me calmaba cuando lloraba. Me decía que él saldría adelante y que todos íbamos a dejar de sufrir”, cuenta Paula, quien califica a Edwin de humilde, cariñoso y buen hijo.

Una carrera poco profesional

Más allá de su talento y su visión positiva de afrontar los desafíos de la vida, Cardona jamás logró consolidarse en ningún equipo. Marcó golazos, brindó asistencias pero nunca fue una pieza fija de arranque. Con 28 años, pasó por Atlético Nacional, Independiente Santa Fe, Junior, Monterrey, Pachuca, Xolos de Tijuana y Boca en dos oportunidades. En varias de esas estadías tuvo cortocircuitos con sus entrenadores y se marchó por la puerta de atrás.

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