Facundo tiene 21 años, trabaja como Community Manager y asegura que si bien aborda el tema con humor, también lo hace con la seriedad que amerita. Según cuenta, empezó analizando la calidad de la golosina “desde la perspectiva del consumidor” hasta adquirir “elementos más técnicos”, probando “siempre con mucha minuciosidad”.
“El circuito comercial que tiene Argentina no lo tiene ningún otro país del mundo”, aclaró el fanático del alfajor, y explicó que si bien nació como un dulce árabe muy distinto al actual, que se hacía con pan rallado, miel, frutos secos y almíbar, hoy se convirtió en un producto muy distinto.
Una variación que llegó para quedarse fue el alfajor triple, que según Facundo “está quizás para reemplazar un almuerzo” mientras que el clásico “nació como un postre y hoy lo sigue siendo”.
Desde el punto de vista nutricional, el joven subrayó que “no hay manera de defenderlo” ya que entraría dentro de la categoría de comida chatarra y “no es para nada sano”. Sin embargo, aclaró: “Las veces que tratan de transformarlo en algo sano terminan saliendo engendros que yo repruebo”.
Finalmente, Calabró respondió la consulta obligada y seleccionó a Cachafaz y Havanna como las mejores marcas “peleando mano a mano”, destacó a Guolis de Balcarce como una firma que “en pocos años se va a hacer bastante famosa si mantiene la calidad” y dejó en el peor de los puestos al Mogy.
Sobre el quilmeño que lo inició en el rubro, por último, sostuvo: “Lo banco mucho, pero objetivamente hay que decir que no es un alfajor premium. Me parece un buen alfajor, muy superior al Jorgito”.
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Importantisima labor la de un catador de alfajores. Argentina despega…