Ciudad

La barra de Alvarado y otra puesta en escena lamentable

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La historia de nunca acabar. Lo mismo de siempre, en una ciudad repleta de delincuentes y carente de gobernantes capaces. Nuevamente la barra de Alvarado haciendo de las suyas. Esta vez en la intersección de las calles Salta y Juan B. Justo. Con alrededor de 100 hinchas a bordo de un colectivo, camionetas, y varias motos escoltando dicho ómnibus. Antes de el encuentro que enfrentaba a los marplatenses con Cipolletti de Río Negro.

Una vez más el miedo de los comerciantes de la zona, por cualquier tipo de reprimenda, hizo mella en sus cuerpos y no dudaron en cerrar de manera urgente sus negocios, alertados de otro espectáculo sencillamente impresentable con forajidos que parecen ser los dueños de la ciudad.

La avenida cortada por completo. Un caos vehicular importante, debido a la impunidad con la que conviven estos matones. Con sus caramañolas a cuestas, repletas de alcohol, y horrorizando a los transeúntes que quedaron absortos con tamaña escena.

Los policías de la zona. Muy pocos por cierto. No pudieron, ni intentaron contener a los cientos de simpatizantes del “Torito” que una vez más nos demuestran en que lugar estamos parados en cuanto a la seguridad.

Definitivamente la de estos tiempos es una Mar del Plata desbordada por la incapacidad y la delincuencia. Que todos los días, y a toda hora, pierde por goleada una batalla imposible de afrontar sino existe una política de fondo que se involucre de lleno en un problema que sin dudas… no tiene solución.

2 Comentarios

  1. Pero hubo algun hecho de violencia? Porque la nota habla de delincuentes pero no detalla ningun acto delincuencial, solo habla de un micro lleno de hinchas y camionetas y motos detras que generaron caos vehicular, como si eso fuera algo gravisimo. Muy tendenciosa la nota

  2. Leandro. Gracias por comentar. La idea no es ser tendencioso. Sino comentar el miedo que vivió de la gente y comerciantes del lugar ante un hecho normal según usted. Acá no se trata de ser hincha sino de tener sentido común. Y apreciar el terror de dicho comerciantes que por lo sucedido con la barra de Aldosivi hace días, en otro punto de la ciudad, cerraba automáticamente sus locales. Una vez más gracias por el cometario.

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