Política

Jubilados condenados a vivir en la pobreza y morir en la miseria

Reclamo-Protesta-callejera-jubilados-tiempo_CLAIMA20121208_0151_14“El petróleo y la minería deberían financiar las jubilaciones”. El defensor de la Tercera Edad explica por qué el actual sistema previsional es insostenible. Es el único vocero reconocido de un sector que nuclea a 6 millones de personas y –pese al aumento del 18,26 % que anunció el gobierno para marzo- no duda en aseverar que el sistema político en su conjunto le da la espalda a la realidad de los jubilados. El defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, reivindica algunas decisiones del kirchnerismo en materia previsional pero advierte que el sistema jubilatorio hoy no es sustentable sin una reforma impositiva integral que lo financie.

El Defensor reclama un incremento de emergencia extra para los pasivos, afirma que el PAMI funciona sin control, opina que en Argentina hace falta un Pacto de Toledo como el que firmó España hace 20 años para resolver la crisis de la seguridad social y se refiere a la suerte de los funcionarios que, después de pasar por la Anses, saltan a la política electoral.

¿Cómo ve el aumento que anunció la presidente días atrás?

Estuvo dentro de lo que fue la media de la ley movilidad. Salvo marzo del año pasado, donde fue apenas del 11,3 %, el resto de los semestres el incremento se ubicó siempre en esos porcentajes. Obviamente tiene mucho menos impacto que otros aumentos porque hubo subas de precios significativas durante todo el año. El mismo día del anuncio -que se va a cobrar recién en marzo- se autorizó un aumento del 5 % en los medicamentos que los jubilados ya están pagando. Los jubilados no tuvieron bono extra en 2014 y hace falta un plus de emergencia a más tardar en marzo para que exista recomposición real. Aunque en realidad nuestro reclamo es que se duplique el haber mínimo para que no haya pérdida del poder adquisitivo, como sucede ahora.

¿Por qué dice que ningún candidato se ocupa en serio del tema de los jubilados?

Hay tres grandes pilares de la seguridad social que están en crisis y tienen un elemento de financiación común, aunque se los toma por separado: el trabajo y la previsión, la salud y la educación. El sistema político no debate qué hacer hacia el futuro. Con los adultos mayores, prevalece una mirada que está más basada en la piedad que en el derecho. “Hay que hacer algo con esa pobre gente”. Es una mirada atrasada incluso con respecto al criterio del Papa Francisco que el 28 de setiembre pasado en Roma dijo que hay que pensar el tema en términos de sujetos de derecho.

¿Usted afirma directamente que el sistema previsional hoy no es sustentable?

Sí. La quita de aportes patronales, la sobrevida que aumenta, la incorporación de muchos trabajadores que no tenían los aportes al sistema con la moratoria previsional, todo -incluso las cuestiones positivas- obliga a que se rediscuta el financiamiento. Se sigue hablando de lo previsional como en la posguerra, cuando era un sistema financiado por el trabajo. Pero eso ya no ocurre: ahora la mitad de lo que financia la seguridad social en Argentina son impuestos. La relación de trabajador activo-pasivo llegó a ser de 3,5 o 3,7 a 1, pero hoy con un 40 por ciento de trabajo en negro, es de 1,4 a 1.

¿Cree que es necesario modificar la edad jubilatoria?

Es el huevo y la gallina porque si yo aumento la edad jubilatoria, que es una de las cuestiones que se discute en el mundo, lo que hago es ocluir la entrada al mercado de los jóvenes. Hoy la seguridad social se financia con el IVA, que es el impuesto más regresivo, entre un 11 y un 17 %. Y Ganancias, que los que más pagamos somos los trabajadores en relación de dependencia.

¿Y cómo se debería financiar la seguridad social?

Lo que hoy se está discutiendo es rentas diversas, desde renta financiera y minera hasta hidrocarburos. En ningún caso, ni el trabajo ni el consumo pueden financiar al sistema mayoritariamente. Además, nuestro sistema jubilatorio sigue tomando para el coeficiente los diez últimos años de aporte, que no son los mejores.

Por eso, sostiene que el kirchnerismo mejoró muchas cosas pero no modificó la viga maestra del sistema que son las leyes de Cavallo.

Claro, la 24241 y la 24463 son leyes que siguen generando efecto y son inequitativas al momento de hacer el cálculo del haber inicial del jubilado. Tenemos que ver cómo agrandar la torta. Los aportes patronales tuvieron una quita promedio de 8 puntos durante la gestión de Cavallo y nunca más se recuperaron. Ninguno de los gobiernos que vinieron después modificó los aportes, ni el IVA, ni las leyes de Cavallo. Aunque se hayan querido plantear como reformistas, nadie tocó eso, que es la estructura impositiva, la madre de todas las batallas en la Argentina.

La década achatada

El menemismo fue la década del congelamiento de haberes y la privatización del sistema ¿Cómo cree que será recordado el período kirchnerista desde el punto de vista de los jubilados?

Como un período de inclusión con inequidad. Lo que ocurrió es que se acható la pirámide y hoy la mínima la cobran el 53 % de los jubilados. Hasta el 77 % cobra entre la mínima y 6500 pesos. Hace 15 años, sólo el 17 % cobraba la mínima. Hubo una distribución del ingreso dentro del sistema. Se redireccionaron ingresos pero no se sacó de otro lado para darle a los jubilados. Inclusive las moratorias, que yo apoyé fervientemente, debieran haber sido prefinanciadas con recursos del presupuesto nacional.

¿El 2014 fue el peor año del ciclo kirchnerista para los jubilados?

Lo fue en términos de poder adquisitivo. Dio 30,5 % setiembre a setiembre 2013-2014 y hubo una inflación de entre el 38 al 40 % en cualquier medición. Además, la inflación es mucho más notoria en la canasta del jubilado, que aumentó un 44 % según nuestra medición, porque es una canasta pequeña en la que pesan los alimentos que están fuera de los Precios Cuidados y los medicamentos.

¿No hay forma de mitigar la inflación en esa canasta en un acuerdo con los laboratorios por ejemplo?

Ese es un tema. Es cierto que el PAMI da hasta medicamentos sin costo para los jubilados que ganan la mínima. Pero la diferencia en aumentos que en algunos medicamentos fue hasta del 60 % la pagó el PAMI y ¿cómo lo hizo? desfinanciando partidas como las sociales. En 2014, hacer una internación geriátrica con un subsidio por habitación fue imposible. La industria del medicamento te cortó la prestación dos veces en el año y a las 48 horas logró lo que reclamaba.

Entonces, ¿no hay forma?

Bueno, tenemos hasta una ley de genéricos olvidada. Hoy el PAMI compra los medicamentos al mismo precio que vos o yo los compramos en la farmacia de la esquina, cuando en lugar de comprar 1 compra 10 millones por mes. El cliente de la farmacia no es el paciente sino el médico, que la mayoría de las veces recomienda los medicamentos de los laboratorios. Los médicos están sostenidos en gran parte de su formación por los laboratorios que hacen lo que debería hacer el Estado. Además, el PAMI y las obras sociales podrían comprar por lo menos el 30 o el 40 % de medicamentos genéricos. Pero bueno, son las políticas que faltan en Argentina.

PAMI oculta

¿La Anses aparece como la imagen de la transparencia y el PAMI sigue siendo como una zona oscura?

Absolutamente, porque el PAMI está concebido para poner plata en negro que viene en blanco. Recauda los aportes solidarios de los trabajadores y jubilados que pasan a un ente público no estatal que no es controlado por nadie. La Auditoría General de la Nación pide los balances y no se los dan. Hoy no se sabe cuáles son sus balances ni su situación patrimonial. No está publicado en ningún lado. El PAMI consume un tercio de lo que se consume en medicamentos en Argentina. La industria del medicamento que nace con Víctor Alderete en 1997 sigue existiendo como tal y sigue manejando desde el PAMI el mercado del medicamento.

¿Cómo una mafia?

En realidad, como un cartel. No hay ningún tipo de competencia, se fijan precios directamente. CILFA, Coperala y Caeme.

¿Por qué dice que La Anses es una especie de AFJP estatal?

Porque no cambió el control de los fondos. No se cumple con la pauta constitucional de que la administración de la seguridad social debe ser coparticipada y tripartita con trabajadores y jubilados. La asignación universal no la cuestiono pero el financiamiento a empresas privadas no se justifica. Hoy el Fondo de Garantía de Sustentabilidad son 480 mil millones de pesos. La discusión es si debiera invertirse con el criterio del gobierno de turno o debiera ser resultado de decisiones de un directorio en el que pesen la opinión de los aportantes. Hoy hay una Comisión de Seguimiento de los fondos en el Congreso pero hace la autopsia de lo que ya se gastó.

¿Qué pasa con los juicios contra el Estado? Bossio asegura que el tema se resuelve en 2016.

Mantener una litigiosidad que sigue siendo importantísima aunque haya decrecido. Está naturalizando la inequidad, se resuelve porque hay jubilados que se siguen muriendo, porque los tribunales están colapsando. Estamos mucho mejor, se paga más transparentemente y más regularmente. Pero en 2014 el flujo de demandas fue prácticamente igual a las sentencias pagadas: 40 mil nuevos juicios y 43 mil sentencias pagadas. Hace cinco años que tenemos un amparo de la Defensoría esperando una resolución.

¿La Corte no le está ordenando al gobierno que pague? ¿Qué es lo que esperan ustedes?

La Corte hizo dos medidas para mejor proveer y Anses respondió que era imposible. Queremos que la Corte resuelva por sí o por no y que no use el amparo simplemente para exhibirlo cuando tiene que discutir el Presupuesto para la Justicia con el Poder Ejecutivo.

“Hace falta un Pacto de Toledo”

¿Por qué cuestiona el reclamo del 82 % móvil?

Porque en realidad es aceptar una quita del 18 %. El planteo de máxima es que aquellos que necesitan más, puedan vivir con menos. Y es menos en forma directa porque si un jubilado cobra poco y no se alimenta bien, el Estado le termina dando el doble a través del sistema de salud en medicación, atención médica e internación.

¿Cómo se resuelven los problemas estructurales?

Yo recuerdo siempre lo que fue el Pacto de Toledo en 1994 en España. Hubo una crisis en la seguridad social que fue percibida por las fuerzas políticas, el PP, el PSOE, la Izquierda Unida. Fuimos invitados a un acuerdo de todos los partidos donde se convino el decálogo de la nueva seguridad social en España que incluía lo previsional y lo sanitario. Y ese decálogo se respetó al día de hoy, incluso con crisis de por medio.

¿Hace falta un pacto similar en Argentina?

Yo creo que sí, debería ser tarea del próximo o del actual gobierno. No hay una sola medida que vaya a resolver hacia 20 o 25 años este tema. El gran tema es discutir la dependencia. Hoy no existe ningún joven que esté pensando a los 20, 30 o 40 años que tiene que aportar porque un día se va a jubilar. Es más, cuando el patrón te ofrece dos mangos más en el bolsillo, lo acepta en negro para llegar mejor a fin de mes. Eso debe entenderlo y atenderlo el sistema político. Hacen falta consensos y salidas creativas.

¿Cuál es el problema de fondo, a su criterio?

Que existe un concepto de vejez como etapa previa a la muerte, como sinónimo de enfermedad o de pobreza y se justifica la exclusión. La gerontofobia pasiva, no querer envejecer, que es algo inexorable, es muy patológico socialmente. Todos los gremios de trabajadores activos discuten por lo propio, pero los jubilados y los adultos mayores están fuera de debate, por lo cual se supone que con tres mil pesos pueden vivir.

Moyano y las demás centrales sindicales lo mencionan.

Lo mencionan casi como obligación pero no es parte de su política de demanda.

¿Fue distinto en algún momento en Argentina el concepto de vejez?
No, pero no era un fenómeno social de tanto peso como ahora. Hace 50 o 60 años, éramos una sociedad joven. La vejez no era tema ni en términos de mercado ni en términos de los roles. Antes, una persona que se jubilaba tenía una sobrevida de 5, 7 u 8 años, hoy tiene una sobrevida de 20 o 30 años.

Los candidatos de la Anses

Primero Massa, después Boudou y ahora Bossio, ¿La Anses se convirtió en un lugar estratégico para un político que quiere ser candidato?

A ver, el que paga siempre tiene ventajas. En la medida en que la seguridad social no es vista como un derecho sino como una gracia, el que genera esa gracia recibe el consenso del que la recibe.

¿El voto de los jubilados incide entonces?

Cuando yo era joven, Francisco Manrique llegó a ser la tercera fuerza nacional con el “nuevo PAMI” de 1971. Lo preocupante es que después de tanto tiempo se sigue pensando en términos de dádiva.

¿Por qué da resultado electoral?

Puede dar resultado electoral. Pero no da resultado social porque cronifica las crisis.
Diego Genoud – mdphoy

 

Un comentario

  1. QUE GAUCHITO EL BOLUDO ESTE, ME IMAGINO QUE DEBE VIVIR CON LA JUBILACION MINIMA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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