Política

Humana Ciudad, una alternativa más que una opción

fotos paco martinez 2Francisco Senno, impulsor de este nuevo espacio político, asegura que una ciudad sin violencia es posible sólo en una democracia real y con eje en el ser humano.

¿Cómo nace Humana Ciudad?

Formalmente comenzamos este Enero del 2016, pero en realidad se gestó durante el 2015, cuando quedaron conformadas las listas para las PASO y algunos vimos la falta de opciones que represente a un vasto sector, sector que esperamos la profundización de medidas a favor de la gente, pero que además vaya a fondo en el sentido de desmontar todo un sistema que genera violencia. Muchas medidas impulsadas por los gobiernos anteriores fueron beneficiosas para los sectores con sus derechos más vulnerados, pero sin modificar la estructura raíz. Entonces esto que hoy sucede, de Cambiemos, lo veíamos venir, porque no se pudo o no se quiso desmontar monopolios y cartelizaciones. La cuestión ambiental está amenazada más que nunca. El sistema financiero e impositivo está al servicio del capital concentrado. La matriz productiva es la misma desde hace décadas.

Y a nivel local se repite el esquema. De la gestión de Pulti podemos rescatar unas pocas iniciativas, pero la deuda social es grandísima. Y por otro lado, resultaba descarada la sumisión del poder político en favor de los grandes empresarios.

Todo esto nos motivó a impulsar este espacio. “Humana Ciudad” es una construcción que aspira a demostrar que es posible trasformar la situación actual para avanzar a una verdadera democracia, y más: queremos que exceda los límites electorales, no queremos sólo una sumatoria de acuerdos electorales. Queremos aportar a una nueva fuerza moral.

¿Cuáles son los puntos centrales?

La gente. Esto está dicho repetidas veces, pero no hay coherencia. Porque te hablan de salud o educación para todos, pero luego te salen con las complejidades y las acomodan de acuerdo donde se paran.

Nuestra proclama es la vida humana como valor central y seremos coherentes en la medida que este espacio logre una construcción en base al diálogo y la participación. Nuestro objetivo es claro y preciso: devolver el poder de decisión a la gente. Sin eso, todo lo otro no tiene sentido o como mucho es caridad. Queremos una ciudad sin violencia y para ello toda política pública debe tener a las personas como preocupación central.

¿Era necesario otro espacio? ¿No existen demasiadas alternativas ya?

Son opciones dentro de un mismo sistema. Algunos mejores que otros. Y la gran mayoría que comienzan con buenas intenciones, luego quedan entrampados en el marketing, la urgencia electoral, y en definitiva comienzan a desviarse sólo para mantenerse “en vidriera”. Y ahí es donde los militantes comienzan a frustrarse, y caen en el escepticismo porque la convocatoria original de sus referentes es sólo un eco del pasado.

Y por otro lado está la cuestión existencial. Debemos unir lo social y lo personal. La militancia tradicional carece de un sentido trascendente, de algo que no termina en uno. Hay una dimensión espiritual que impulsa la acción social que no es atendida suficientemente y queremos aportar a descubrirla.

¿Cuáles son sus propuestas y preocupaciones más inmediatas?

La niñez y los adultos mayores son un claro ejemplo de cómo sentimos a nuestra sociedad. Si tenemos pibes y abuelos viviendo en calle, todo lo que se diga es hipócrita.

Por otro lado, seguimos teniendo una desocupación y trabajo en negro creciendo. El puerto es de lo más afectado y pronto vamos a ver sus consecuencias. La calidad de vida de más de la mitad de la ciudad no es satisfactorio, comenzando por la falta de viviendas y siguiendo por la inexistencia de servicios.

Hay que avanzar hacia una democracia real, con participación efectiva y con injerencia en la gestión. Con control de los usuarios y  transparencia en los actos de gobierno.

Pero la preocupación más inmediata es que no vemos sensibilidad humanista en la gestión. Ni en esta ni en la anterior. Y la propuesta más concreta es comenzar a ser protagonistas. En la época de las redes sociales, definitivamente es en la calle donde nos fortalecemos. Es necesario comprender que sustituir la militancia social por la militancia de teclado es hacerle el juego al sistema.

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