Política

Hooft: “Detrás de la causa en mi contra hay intereses espurios”

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El juez marplatense señaló un “entramado de poder” en la decisión de suspenderlo y denunció falta de garantías.

Suspendido desde hace siete meses en sus funciones como titular del Tribunal en lo Correccional N° 4 de este distrito, en el marco de imputaciones por presunta participación en delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, el juez Pedro Federico Hooft confirmó a LA NACION que presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una denuncia contra el Estado nacional, miembros del Ministerio Público y el juez de la causa por violación de garantías judiciales.

El magistrado sostuvo que la situación que le toca afrontar nace en una “venganza personal”, cuestionó la parcialidad del colega Martín Bava -que lo investiga y ha citado a declaración indagatoria- y se remitió a palabras de Claudio Kishimoto, fiscal en el inicio de esta investigación, cuando dijo que esta causa “es un gran verso” y que tuvo que firmar escritos “coaccionado por funcionarios superiores de la Procuración General”.

Hooft, a través de sus abogados, ha recurrido al fuero federal para que se investiguen estas irregularidades que dice advertir en el ámbito del Poder Judicial. Pero transcurridos casi ocho meses no hay juez que tome el caso. “La causa en mi contra está armada y detrás hay intereses espurios, con un entramado de poder”, señaló, y se abstuvo de dar precisiones sobre los responsables. En la primera entrevista que concede desde que fue imputado, manifestó su ánimo de preguntar a “cualquier ciudadano con conciencia recta si mi manera de actuar durante períodos tan terribles es compatible con alguien que supuestamente era cómplice de la represión”. Agregó: “La respuesta no es muy difícil”.

Hooft se desempeña en la Justicia desde 1966. Fue secretario de juzgado y de cámara, fiscal y luego juez, siempre en la jurisdicción provincial. Organizaciones de derechos humanos lo acusan de no atender recursos de hábeas corpus a favor de detenidos durante la última dictadura, algunos de ellos asesinados y otros desaparecidos. Hooft ha negado los hechos que se le imputan e impugnó cada una de las citaciones a declaración indagatoria en el marco de esta causa. “En manera alguna ofrecían las mínimas garantías”, afirmó.

Hooft carga contra el juez Bava, que tomó la causa una vez que magistrados del fuero local se excusaron. “En 48 horas y a partir de un expediente de 15 cuerpos me citó a indagatoria sin ningún tipo de fundamentación”, recordó. Esa citación, a la fecha, permanece suspendida hasta tanto se atiendan los planteos presentados por la defensa, a cargo de Héctor Granillo Martínez. “Una serie de actitudes del juez de la causa nos ha dado elementos de una sospecha grave y fundada de parcialidad de su parte”, insistió.

En una grabación, protocolizada por escribano, se escucha decir al fiscal Kishimoto que esta causa contra Hooft “es un gran verso” y que no hay delitos de lesa humanidad para imputarle. “Llega a sostener que ha sido coaccionado por funcionarios superiores de la Procuración, que individualiza, para que él firmara el dictamen para solicitar la indagatoria, escrito que dice no haber hecho y que fue coaccionado para firmarlo”, recordó.

En su defensa, y a partir de cargos que se le imputan, Hooft recuerda que nunca fue juez federal y ratifica que no tenían impedimentos para solicitar informes de hábeas corpus. “Es mentira que no se daba trámite, está todo documentado”, aclara.

Plantea la denuncia de torturas contra dos trabajadores rurales de Lobería que pudo probar en una investigación que encabezó. “¿Era común que un juez secuestrara picana? ¿Eso era congraciarse con la represión?”, se preguntó. Y cita un informe de la CIDH que menciona a Hooft por llevar adelante uno de los dos casos que pudo detectar como condenas judiciales por violaciones graves de los derechos humanos.

Hooft no quiere dar nombres, pero sostiene que los cargos en su contra son parte de “venganzas” personales. “Se sabe de dónde viene originalmente y quiénes se han sumado, afectados por investigaciones”, dijo. Además, Hooft ya afrontó un jury en 1993. “Fue una auditoría de 25 años de desempeño en la Justicia”, define. Pero celebra que en esa revisión también incluyeron el tema Noche de las Corbatas y el caso Candeloro. “El jurado de enjuiciamiento, con once miembros y por unanimidad, rechazó todas las acusaciones”, dijo.

Por otra parte, reclamó ser oído antes de adoptar cualquier medida. Su planteo no fue aceptado, ya que la ley que se aplica es la vigente al momento de los hechos investigados, en 1977, y no atiende esa alternativa. Hooft se abraza entonces a adhesiones y respaldos de colegas, instituciones y referentes, entre los que destaca al ex fiscal del juicio a las Juntas Militares Julio César Strassera, que destaca el papel fundamental del juez para la condena del ex jefe de la Armada Emilio Nicolás Massera.

En su descargo, Hooft destaca que no pudo evitar la comisión de hechos “como no pudo hacerlo nadie” durante la dictadura. Suspendido en el ejercicio de sus funciones como juez, lo que le implica retención de la mitad de sus haberes, asegura tener fe en que se hará justicia.

Por Darío Palavecino  | LA NACION

 

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2 Comentarios

  1. ¡ El mundo del revés !
    El juez más probo, más honesto, más justo, más honrado… el único que tuvo el coraje de enfrentar al gobierno militar… el juez a quien comandos de la dictadura ametrallaron su casa… ¡ es ahora acusado de colaborar con el gobierno de facto !
    Basta conocer la catadura moral(inmoral) de sus acusadores para darse cuenta del armado de la causa.
    Hooft sabe, y lo sabe todo el mundo en Tribunales provinciales y federales, que sus juzgadores ya tienen elaborado con antelación un veredicto de culpabilidad y una condena a prisión perpetua, desestimando todo tipo de pruebas y testimonios a su favor.
    Es por eso que viene aludiendo las citaciones a indagatoria, porque sería convalidad un juicio teatral con un libreto ya confeccionado, al estilo soviético… al estilo de la Inquisición española, al estilo de los cazadores de brujas en Salem en el siglo XVII.

  2. Gracias Néstor como siempre. Feliz Navidad mañana!

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