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Gremios piden por el trabajo de los fresqueros

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Prácticamente superada la instancia de paritarias con relativa satisfacción, la menor actividad de la flota fresquera de altura vuelve a ser un eje de preocupación que cruza a todos los gremios de Mar del Plata vinculados a la pesca.

“De poco sirven los puntos conseguidos de recomposición salarial, si el trabajo no repunta”, analizan los representantes de los trabajadores cuando intentan proyectar la segunda parte del año.

La inquietud alcanzó tal grado que en representación del conjunto, el secretario general de la CGT local, Pedro Fernández, pedirá una reunión con los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carlos Casamiquela.

La intención de los dirigentes sindicales es reponer en la agenda oficial las consecuencias sociales/económicas de la problemática: “Un viaje por mes no alcanza para sostener el ingreso ni el nivel de ocupación de los compañeros”, es el discurso que predomina, según reveló una fuente consultada por Pescare.com.ar.

Así, los representantes de los sindicatos que integran la mesa del sector portuario en la CGT local le dieron forma esta semana a un documento, donde exponen el escenario de crisis y le piden a las autoridades medidas para revertirla.

El texto, que por estas horas será entregado en las sedes porteñas de los ministerios, lleva la firma del Soip, Simape, Somu, Siconara, la Asociación Argentina de Capitanes, el Centro de Patrones, Supa y Saon; es decir, involucra a toda la cadena de trabajo.

La oportunidad seguramente servirá para discutir cuáles son las variables que provocan un menor nivel de trabajo en la rama del fresco, que si bien no se refleja con magnitud en las estadísticas oficiales es palpable en el circuito.

Desde las empresas aseguran que la baja rentabilidad, agudizada por constantes subas de costos, fundamentalmente del gasoil, y precios de primera venta estancados, explican la menor cantidad de zarpadas del “Muelle Grande” y también de “La Isla”.

Como consecuencia directa, ingresa menor volumen para procesar en tierra, aumentando los niveles de conflictividad en las relaciones laborales y, al mismo tiempo, profundizando un círculo vicioso que las políticas oficiales no han podido aplacar.

Los problemas económicos planteados por la industria por enésima vez en buena parte de 2013 recibieron respuestas parciales del Gobierno nacional y no modificaron la cuestión de fondo. Quizá sea este el momento de retomar esa discusión.

Pescare

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